Estados Unidos no es Venezuela.

El impresionante edificio del Capitolio de Estados Unidos ha sido el faro que ilumina el camino a la democracia para no solo sus ciudadanos, sino para millones en otras naciones. El Capitolio es realmente un edificio majestuoso lleno de historias reveladoras de la lucha de mujeres y hombres por alcanzar estadios de libertad. Les comento algo que probablemente pocos saben: el Capitolio guarda un origen masónico revelador,  su construcción empezó con la colocación de la primera piedra en 1793 en una ceremonia pública presidida por el general George Washington, quien asistió al acto revestido de las insignias de su logia y rango, en una ceremonia netamente masónica, este acto fue fijado en la historia por los artistas de la época en sus memorables pinturas.

Así que desde esos tiempos de los padres fundadores, conocemos del camino empedrado que le ha tocado transitar a los ciudadanos estadounidenses para encontrar su propio equilibrio entre la justicia, libertad e igualdad.

Sabemos de las batallas que han librado insignes figuras para crear un marco de convivencia que sea un modelo a seguir y precisamente ha sido desde el Capitolio.

Diarios de EE UU culpan a Trump de la violencia y piden su destitución
Foto EFE

La democracia americana no ha descansado y se ha fortalecido, ha transitado entre un ir y venir de acciones cuyo propósito es dominar las fuerzas extremas vinculadas con las fobias más profundas de la humanidad, entre las que menciono el racismo, el fanatismo religioso y la avaricia por mencionar tres de muchas que aún siguen despiertas imperantes al acecho del momento y lugar para arrebatar los espacios de justicia y libertad alcanzados por las leyes.

Sin duda, lo ocurrido con el asalto al Capitolio por parte de una turba de miles de seguidores políticos de un excandidato presidencial, de esta gente motivada por el delirio y fanatismo, es una muestra del poder que alcanza  el populismo, al punto de que ha amenazado de una forma nunca vista la existencia del corpus vivente de una de las democracias más fuertes y confiables del planeta, dejándola prácticamente desarmada frente a un ataque inclemente producto del cultivo de ideas.

Ante el poder de estas influencias políticas, es poco lo que podemos hacer si como sociedad no construimos un blindaje legal y constitucional, pero sobre todo, desarrollar una cultura de tolerancia, respeto y amor a través de la educación en nuestras aulas, desde los más chicos hasta los mayores.

El peligro es que estas filosofías y las mentes detrás son tan poderosas que no tienen límite en su alcance. Se nutren de pensamientos producto de la transformación e integración de las grandes ramas extremas de la política: el fascismo y comunismo, y han generado un producto seductor e impresionante capaz de atraer múltiples formas de pensar, caracteres, perfiles, razas, es el caso que podemos ver a latinos, hispanos  apoyar políticas que claramente los segregan y limitan en sus derechos, sin embargo ellos apoyan esto sin importar el destino de sus hermanos, vecinos y amigos.

Capitolio Washington
Foto AFP

Lo que significa para nosotros los venezolanos esta vocería populista y sus resultados; aún más, lo que realmente significa para quienes huimos de los efectos devastadores de las políticas de uno de los genios modernos del populismo, es el caso de Hugo Chávez, quien tuvo un verbo que atraía millones de simpatizantes al punto de adorarle como un  Dios y obedecerle ciegamente. Efectivamente Chávez era ese tipo de sujeto que dividía su país según su propia concepción entre buenos y malos, destruía las leyes, demolía la Constitución, humillaba, ofendía, lesionaba los derechos de sus adversarios, esto es precisamente lo que significa este tipo de populismo, nada bueno, es destrucción y muerte.

Si hablamos del poder destructivo del populismo moderno podemos sentenciar sin duda que cualquier parecido entre el asalto al Capitolio en Estados Unidos y el que ocurrió en el Palacio Federal en Venezuela no es casualidad, ya que es el mismo recetario de violencia y odio que emana del populismo moderno, pero con otros actores.

Recuerdo que recibí en mi celular noticias de las principales agencias y cadenas de prensa con imágenes y videos de esta turba enardecida que se abría paso dentro del edificio del Capitolio en Washington, esa gente gritaba y lanzaba objetos. Se les veía buscando qué golpear, algunos de ellos entraron en la cámara donde sesionan los legisladores, otros entraron a sus oficinas, se les veía sustrayendo y destruyendo objetos. También podíamos observar que los buscaban y no los encontraron gracias a la protección de sus servicios de seguridad. Pude observar imágenes de algunos miembros de la cámara tirados en el suelo, observamos estos videos de los senadores escapando por lo que creo son los pasillos de los sótanos. Se veía todo muy mal, toda esta gente estaba fuera de sí, muy fanatizada, muy ciega, esto terminó tan mal que la prensa reportó la muerte de un oficial de la policía y  cuatro manifestantes, pero a los días moriría un segundo policía. Imaginen ustedes tamaño choque de fuerzas, simplemente esta gente siguió una directiva equivocada. Francamente, no imagino el terror que vivieron todos los presentes en el edificio, los funcionarios administrativos, empleados, obreros, en fin, todos han debido pasar un mal momento de su vida, pero particularmente, para mí todas estas imágenes me resultaban terroríficamente familiares ya que se parecía mucho a lo que vivimos en Venezuela  en 2017, cuando el señor Maduro, heredero del gobierno populista de Chávez, envió a sus hordas y los colectivos para asaltar el Palacio Federal de nuestro Asamblea Nacional.

Foto AFP

La similitud de los hechos entre estos asaltos a los edificios del pueblo tanto de Venezuela como de Estados Unidos se puede verificar fácilmente por el material fotográfico y audiovisual existente, así que podemos establecer un patrón de conducta en este populismo transnacional, son ellos quienes producen, fabrican e inyectan en la gente la idea que el parlamento es una cloaca llena de traidores, son ellos al igual que lo hicieron los nazis con el parlamento alemán, los que dicen ser llamados por un  poder divino, sobrenatural, investidos por la providencia para limpiar la sociedad de estos legisladores, y así sucedió en Venezuela,  ellos siguieron al pie de la letra la palabra favorita de los populistas, “drenar el pantano”, y ¿cómo lo hicieron?. Los colectivos irrumpieron en el Palacio Federal con violencia, la guardia nacional que custodiaba el palacio les dejó entrar, todos estos oficiales recibieron órdenes del coronel Lugo para que no actuaran y dejaran indefensos a los parlamentarios. Simplemente esta gente no hizo nada para detener la turba, a toda esta gente fanática del chavismo que entró al edificio y destruyó todo a su paso. lL diferencia con el asalto al Capitolio en Estados Unidos es que los colectivos golpearon a los funcionarios y a los diputados con tubos y palos, pudimos ver mucha gente herida, sangrando por el impacto de los golpes que recibieron.

Tenemos imágenes cortesía del presidente de la AN Juan Guaidó, que muestran a su opuesto en la presidencia de la Asamblea Nacional pro Maduro, el señor Jorge Rodríguez, liderando precisamente esa turba cuando entró a golpear al palacio. Lo inaudito de toda esta gente del PSUV es que ellos publicaron en Twitter un mensaje alertando de terrorismo contra el Capitolio de Estados Unidos… Francamente, son unos desvergonzados, pero además caradura para presentarse de esta manera. Hay que tener mucho cuidado y denunciarlos.

Naturalmente, no todos los venezolanos pensamos igual ni vamos en la misma dirección, pero en términos generales creo que nuestro título refleja la actitud y el sentimiento mayoritario del pueblo venezolano en este momento tan delicado para Estados Unidos, creo es el sentimiento de aquellos venezolanos que formando parte de los diferentes partidos políticos democráticos y de los que no necesariamente militan en un partido político, también de los ciudadanos comunes que quieren de vuelta la democracia en su país, de esa Venezuela hermosa estamos hablando, de aquella que no acepta un caudillo para sacar otro caudillo, ni se hace parte o cómplice solo porque puede beneficiarle; es esa Venezuela hermosa, empática, luchadora y valiente la que esta y se pone al lado de este valeroso pueblo de Estados Unidos y su gente, y de su voluntad de elegir libre y democráticamente, de eso se trata la vida, de honrar los valores y la dignidad.

Finalmente, lo cierto es que si hay razones para preocuparnos, el asalto del Capitolio de Estados Unidos ha demostrado puntos de fragilidad en nuestras democracias, incluso en las más fuertes; sin embargo, hemos constatado la prevalencia de la gobernabilidad basada en la Constitución y sus leyes. Ahora mismo estoy leyendo el comunicado del Estado Mayor Conjunto Militar de Estados Unidos condenando la «sedición y la insurrección» en el Capitolio de Estados Unidos, ellos dicen y cito: “Como miembros del servicio, debemos encarnar los valores e ideales de la nación. Apoyamos y defendemos la Constitución. Cualquier acto que interrumpa el proceso constitucional no solo va en contra de nuestras tradiciones, valores y juramentos; es contra la ley ”.

También estos militares reconocen al presidente electo Joe Biden como su comandante en jefe, elegido a través de la voluntad popular ejercida a través del sufragio y expresada por intermedio de los diferentes canales constitucionales.

Algo que me llamó la atención entre las figuras famosas que han salido en defensa de la Constitución y que han condenado el asalto al Capitolio fue el video que publicó Arnold Schwarzenegger. El actor y exgobernador envió un contundente mensaje al mundo  comparando la turba que asaltó el Capitolio de Estados Unidos con los nazis y llamó al presidente Donald Trump un líder fracasado que «pasará a la historia como el peor presidente de la historia».

Según el diario Washington Hispanic, el republicano dijo en un video que publicó en las redes sociales el domingo que «el miércoles fue La Noche de los Vidrios Rotos aquí en Estados Unidos». En 1938, los nazis en Alemania y Austria destrozaron casas, escuelas y negocios judíos durante un ataque que se conoció como Kristallnacht o «La Noche de los Vidrios Rotos».

Los venezolanos somos conscientes de esta terrible situación que atraviesa el pueblo estadounidense, les apoyamos a ustedes amigos y hermanos norteamericanos, a sus familias, su constitución, queremos que prevalezca la paz y la unión, la solución siempre será la transformación cultural basada en el respeto, la tolerancia y la educación.

Hasta aquí el artículo de la semana, reciban un abrazo fraternal y nos seguiremos leyendo en una próxima ocasión en El Nacional.


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