El fenómeno de las noticias falsas o fake news pica y se extiende. Especialmente cuando hay personalidades como Trump o Maduro que le dan rienda suelta.

Un estudio serio de opinión pública revela que 81% de los republicanos piensa que le robaron las elecciones al expresidente. La idea se ha regado por todas partes. Aunque sea difícil creerlo gané dos apuestas después de pasadas semanas de las elecciones en Estados Unidos, alegando que Trump había perdido y no ganado como él decía. Los resultados oficiales le dieron en el voto popular alrededor de 82 millones a Biden, más de 7 millones sobre Trump, que obtuvo 74 millones de sufragios. En los Colegios Electorales Trump obtuvo 232 votos y Biden 306. Trump perdió más de 50 demandas en las Cortes de Estados Unidos, incluyendo un recurso que llegó a la Corte Suprema donde los conservadores tienen mayoría. Los gobernadores y las asambleas legislativas republicanas certificaron los resultados contra Trump. El Departamento de Justicia y el de Seguridad Nacional también. Después de todas estas evidencias todavía hay gente pensando que a Trump lo robaron. Tanto que seguidores fanáticos irrumpieron furiosos en el parlamento para impedir que la sesión conjunta de las dos cámaras diputados y senadores presididas por el exvicepresidente Mike Pence proclamara el triunfo de Biden, tal como también lo hizo. Ahora Dominion, la empresa de tecnología electoral que ha sido acusada de teorías de conspiración por parte de Donald Trump y sus aliados, demandó a Rudy Giuliani, abogado del expresidente, por difamación. Esto, luego de que Giuliani promoviera la “gran mentira” sobre el fraude electoral en los más diversos medios de comunicación. La demanda de Dominion Voting System contra Giuliani exige 1.300 millones de dólares en daños.

En este mundo donde vuelan las noticias falsas, no hay que caer en trampas y hay que informarse bien. Hay que buscar fuentes confiables y noticias certificadas de medios con renombre, tradición o credibilidad. Noticias que vengan de periodistas serios, no fanatizados, amarillistas o ideologizados. Basta ya de creer en las teorías de terraplanistas, QAnon, los antivacunas, los pedófilos liberales, los que todavía exponen que ganó Trump y mejor paremos de contar. En la misma dirección el domingo pasado Maduro aseguró que su gobierno había descubierto unas gotas milagrosas, el “Carvativir”, que “neutralizan en 100% el COVID-19”. Si fuera verdad habrían pruebas científicas y en todo el planeta estarían tratando de adquirir la patente de la supuesta medicina. Igualmente, desde el inicio de su gestión ha mentido de manera sistemática alegando: complots que no existen, intentos de magnicidio frustrados, responsabilidad de la crisis a las sanciones, sabotajes a los servicios públicos por parte de la oposición y Estados Unidos…

En este sentido, la semana pasada el papa Francisco emitió el 54º Mensaje para las Comunicaciones Sociales. La exhortación, más urgente e importante que nunca, fue a vencer la tentación de las mentiras e historias destructivas. En un tiempo marcado por el uso divisivo de la palabra, el Papa nos recuerda que la comunicación es auténtica “si construye, no si destruye”. Si es «humilde» en la «búsqueda de la verdad» y tiende puentes y no muros. Y frente a la difusión de narraciones «falsas y malvadas» hasta la sofisticada aberración de la mentira profunda o deep fake, el Papa anima a que la narración hable «de respirar la verdad de las buenas historias”…“incluso cuando contamos el mal podemos reconocer el bien y hacerle sitio», concluyó.

@OscarArnal


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