Definitivamente la era Trump fue una mala época para los venezolanos en Estados Unidos, con la excepción de algunos de los seguidores del expresidente que tuvieron sus propios momentos de satisfacción personal extasiados por las fantasías escuchadas en sus discursos. Al final todo resultó en una terrible jaqueca para muchos de nosotros, hasta el punto de que el mismo senador Marco Rubio, compañero de partido del señor Trump, lucía cansado luego de repetidos e insistentes pedidos públicos de TPS para los venezolanos,  hasta que fuera el mismo Trump quien resolviera dándonos un DED un día antes de su partida de la Casa Blanca, y según dicen fue por sugerencia de su hija Ivanka. Bien tuvimos la suerte de que el candidato demócrata Joe Biden incluyera en su programa el TPS para los venezolanos, de que ganara y ahora cumpliera como presidente de Estados Unidos.

Y es que la política migratoria de Trump fue ampliamente conocida por su animadversión a los inmigrantes, particularmente hacia los hispanos. Para nosotros ha sido novedoso vestirnos con este ropaje de hispano o latino, pero eso somos en este país, así que si Trump se la lleva mal con los hispanos, también lo hace con nosotros.

La administración Trump tiene una nota negativa en lo que respecta a la protección de migrantes venezolanos, pese a que en su retórica argumentaba que los venezolanos estábamos en peligro por la naturaleza criminal del régimen de Maduro. En los hechos sus funcionarios en USCIS tenían una actitud diferente y contradictoria, que en los números se expresaba por una altísima cantidad de rechazos de asilos.

Llegó a comentarme una conocida defensora de los refugiados aquí en Estados Unidos que incluso estas negaciones de asilo se daban en proporciones nunca vistas contra los venezolanos, al punto de que hicieron negaciones de asilo a figuras como la mamá de Oscar Pérez, a quien USCIS ya había enviado a presentarse a una corte de inmigración y fue salvada por el mismo Trump. Este se enteró en un acto donde ella le acompañaba en la tarima, porque la gente desde abajo le gritaba que le habían negado el asilo. Una injusticia cometida por su propio equipo de inmigración en un caso bastante conocido y catalogado de crimen de lesa humanidad, como fue el del hermano Oscar Pérez que sufrió un asesinato extrajudicial donde hubo múltiples víctimas. De modo que fue gravísimo que un organismo que se supone debe tener un mínimo de información sobre las personas que entrevistan haya fallado a ese nivel.

Trump al lado de la madre de Oscar Pérez

Otro caso muy conocido es el activista de derechos humanos Marcos Guada, a quien le negaron el asilo y lo deportaron a Venezuela, terrible lo que le hicieron a este ciudadano que había suplicado que no lo devolvieran a su país porque temía ser asesinado por los esbirros de Maduro. Sin embargo, la orden fue cumplida, Marcos pudo escapar de Venezuela a los tres días de haber aterrizado en Maiquetía, no le dio tiempo a la policía de Maduro para arrestarle.

Otro caso de negación injusta que llamó la atención fue la del teniente Tejera publicado por el diario Chicago Tribune. Este caso tenía consistencia y fortaleza porque se trataba de un teniente del Ejército que estaba huyendo por el caso de los drones: «Dos militares fueron arrestados por su presunta participación en un intento de asesinar a Maduro con drones y él pensó que sería detenido y torturado si regresa a Venezuela”.

 

Las situaciones injustas en contra de los inmigrantes venezolanos no tienen descanso, lo que vimos se queda corto entre historias que nos llegan, es el caso del artículo publicado el 9 de junio de 2019 por  The New York Times que narra la historia  de una venezolana que llegó por tierra huyendo de la dictadura de Maduro. Ella estuvo durante más de siete meses encarcelada sin derecho a fianza en un centro de detención para inmigrantes en el sur de Arizona. En su caso, un juez migratorio federal le otorgó asilo a Ysabel (nombre ficticio) en febrero. Lo ganó incluso sin tener un abogado. Dice el periodista que cubría la historia que llegaba al centro de detención con la esperanza de que el nombre de Ysabel hubiera desaparecido de la lista de detenidos. “Pero la encontraba sentada nuevamente en la sala de visitas entre las demás mujeres que solicitaban asilo: madres, abuelas, hermanas, hijas. Cada vez que hablábamos su libertad parecía más lejana. El gobierno había pedido que se retrasara su liberación mientras los funcionarios preparaban una apelación”. Finalmente supo que, en efecto, el gobierno del señor Trump había presentado una apelación, pero no le habían dado una fecha para comparecer ante el tribunal y darle seguimiento al caso.

Así que de esto se trataba la respuesta migratoria del señor Trump para los venezolanos, era la negación a toda costa de nuestros derechos. Incluso ganando el caso en tribunales, allí estaba la administración Trump para encargarse de hacer su apelación y retardar la libertad, de eso se trataba el cariño que el señor Trump tenía a los venezolanos.

Yo pude verlo con mis propios ojos ese supuesto cariño que nos tenía el señor Trump y su equipo de migración en USCIS. Sobre esto solo puedo comentarles que fue una de las peores experiencias en mi vida en materia de entrevistas o interrogatorios. No imaginé nunca que un interrogatorio me hiciera sentir tan mal como el hecho por ese funcionario de USCIS, así que allí estuve unas horas intentando explicarle al oficial de asilo algo que podía él tranquilamente leer en prensa para confirmarlo, explicándole qué era la Asamblea Nacional y quienes eran los colectivos para que él supiera el tipo de amenazas que enfrentábamos en nuestro lugar de trabajo. Recuerdo que cuando fui entrevistado aún era un miembro y funcionario activo de la Asamblea Nacional. La verdad no sé cómo llamar a esto, pero solo Dios sabe por qué razón tenemos que ver estas cosas, quizás para darnos cuenta de lo miserable que puede ser la vida de nuestros compatriotas o la de nuestros hermanos latinos y los que tenemos el poder de comunicarlo a millones lo hagamos. Alguien leerá y se hará una idea de que esto debe cambiar.

Así que a partir de ese día de la entrevista con USCIS fue una especie de renacimiento, de ver la luz con otros ojos, las del dolor que sienten los inmigrantes rechazados por odio a su raza, y ni modo me tocó ocupar tranquila y orgullosamente mi lugar en la acera de al frente junto a los millones de mexicanos, centroamericanos y miles de venezolanos, de esa manera me convertí en otra voz de las muchas que se unieron a Biden en favor de su política migratoria, y no tienen idea de la satisfacción que sentí cuando pudimos derrotar al señor Trump.

En un reportaje de Telemundo se puede ver la manera administrativa cómo deportaron a los venezolanos. Uno de los entrevistados, de nombre ficticio Carlos, contó por teléfono lo siguiente: “Yo me negué a firmar ese documento. No sabía si me podían dejar tirado en Trinidad. Al negarme, empezaron a presionarme para que firmara, pero al final nunca lo hice”. Se refería al parecer a un supuesto documento que le obligan a firmar a los deportados.

Él dice que fue trasladado desde su centro de detención en Mississippi al aeropuerto de Alexandria, Louisiana, para luego volar a Houston, Texas, y de allí a Miami con una aerolínea comercial. Iba acompañado por agentes de ICE “con su ropa civil”. Esa misma noche aterrizaron en Puerto España, la capital de Trinidad y Tobago.

Aunque él asegura que nunca firmó la petición, allí se le entregó un visado de Trinidad y Tobago con su nombre. “Estamos complacidos de informarle que su solicitud de visa ha sido aprobada”.

 

Algo muy malo de lo que me enteré en este reportaje de Telemundo es la supuesta participación colaborativa de la embajada venezolana en representación de Guaidó a cargo del señor Vecchio para otorgar los travel documents a estos venezolanos que eran deportados a Trinidad y Tobago. La pregunta que queda en el aire es ¿por qué lo hicieron si eran conscientes de que no estaban deportando a criminales sino a venezolanos que huyen de Maduro?; ¿por qué otorgaron esos documentos? Enterarme de esto lo que me deja es un amargo sabor en la boca, si esto es verdad, entonces ¿qué clase de gente nos está representando a los venezolanos aquí en Estados Unidos? ¡Dios cuídanos! Naturalmente que vamos a insistir en una investigación ante los congresistas, aún no sabemos cuántos venezolanos han sido enviados al infierno de Maduro.

La deportación de venezolanos es realmente un gravísimo error cometido por la administración Trump. Se habla de más de 1.600 ciudadanos venezolanos que fueron deportados a la frontera de México y que según Human Rights Watch están expuestos a violaciones sexuales, secuestros, extorsión, agresiones y trauma psicológico, sin mencionar los casos de miles de deportados a terceros países, los cuales fueron denunciados por los senadores Rubio y Menéndez.

También las deportaciones se ocuparon de los padres de los asilados, tal como lo refleja la nota de prensa del diario Iberoeconomia. Es el caso de Alejo Gómez, que indicó al medio que tenia cuatro años viviendo en Estados Unidos bajo la figura del asilo y en ese tiempo recibió la visita de su madre hasta en cinco ocasiones, pero todo cambió. “Mi madre tomó un vuelo de Valencia [Venezuela] hacia Aruba, y de ahí a Miami. Los agentes de migración la retuvieron alegando que tenía dos hijos en Estados Unidos con asilo. Esa fue la única explicación que le dieron para hacerla pasar una noche en prisión y devolverla a Venezuela con una penalización de 10 años sin visa”, indica.

El expresidente Donald Trump y el embajador Carlos Vecchio

Ciertamente la situación migratoria de los venezolanos sigue siendo delicada, pese al apoyo que hemos recibido del presidente Biden y la aprobación del TPS; sin embargo, hay una voracidad sin precedente de actores vinculados a los aspectos legales que no ayudan, quizás los más preocupantes son los gestores que sin ser paralegales cobran honorarios y asesorías; esta gente deben ser los primeros en ser denunciados ante las autoridades porque causan más problemas que ayuda, y definitivamente hay que frenarlos. También pienso que la Embajada de Venezuela, el señor Carlos Vecchio designado por el presidente interino Guaidó, debería encontrar los recursos para pagar abogados que ayuden a venezolanos de escasos recursos a cargar los datos en los sistemas, o si es el caso, crear y hacer videos instructivos para enseñar a los venezolanos a llenar estos formularios… algo hay que hacer para ayudar a los compatriotas, no podemos abandonar a los nuestros a su suerte.

Finalmente, el presidente Biden enfrenta una dura arremetida de los sectores que le enfrentan. Sin duda, esta situación puede empeorar y vemos a canales como FOX dándole mucha publicidad a lo que se vive actualmente en la frontera con México con la llegada masiva de inmigrantes, en particular de niños solos y esto se parece más a un guion preparado por Maduro, AMLO y Putin, porque quién más se puede beneficiar de este caso, hasta el mismísimo Trump ha empezado a dar declaraciones señalando que hay un caos en la frontera, así que nuestra solidaridad está con el señor presidente Biden y su secretario de Seguridad Nacional, Alejandro N. Mayorkas, que sepan que tienen todo el apoyo de la colonia venezolana en las acciones de contención que vayan a emprender en el marco de los derechos humanos, pero recomendaría estar atento y observar lo que está haciendo el gobierno del señor AMLO en México y al dictador Maduro en Venezuela porque sospecho que ambos pudieran estar alentando todas estas acciones. De Maduro y sus emisarios pienso que pudieran estar visitando estos pueblos en Centroamérica para alentarlos a invadir Estados Unidos con el fin de desestabilizar la administración Biden, así que no sería malo devolverles el favor con medidas arancelarias. En fin, pienso que todos los gobiernos tienen la obligación de cumplir sus obligaciones y colaborar con la paz interior de los países vecinos, y esto es algo que no parece estar haciendo el señor AMLO. De esto hablaré con más detalle en mi próxima entrega.

Nos leemos en una próxima ocasión aquí en El Nacional.

@estebanoria


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!