Estuve un tiempo alejado de la política diaria. Unas vacacioncitas. Aislado de la dinámica enloquecedora de la política venezolana. En ningún otro país ocurren los desvaríos, las insanias, la “enfermedad de los nervios” (solo por la letra D encontramos: disparates, desatinos, dislates y devaneos), la bipolaridad, qué se yo, la esquizofrenia colectiva e individual que acontece y pulula y se pasea engalanada en calles y avenidas, en pueblos y ciudades, en montañas y llanos, en mares y ríos de esta sufrida patria tricolor.

Hace muchos años, el fallecido dirigente adeco Luis Piñerùa Ordaz ofreció publicar una lista de los jefes de la corrupción. Nunca lo hizo. Muchos años luego el Monje Loco de la Economía y principal asesor económico de Chávez, Giordani, prometió una lista de las 20.000 empresas que estafaron Cadivi. Tampoco apareció. A mi entender, existe un lugar imaginario adonde van a parar todos los paraguas que se pierden, todos los lapiceros que se pierden, todas las medias que se pierden (no conozco a nadie que se haya encontrado paraguas, lapiceros o medias, pero  a todos mis conocidos se le han extraviado tales adminículos y aparejos. En ese lugar imaginario están todos esos objetos perdidos más la lista de Piñerúa; más la lista de Giordani; más el acta de defunción de Chávez; más la partida  de nacimiento de Maduro y ahora, más recientemente, el acta de la Asamblea Nacional del 5 de enero. ¡Ese es el verdadero limbo!

En cuanto a la reunión de la Asamblea del 5 de enero, Stalin dice que tiene el acta, Parra dice que tiene el acta, Guanipa dice que tiene el acta. Con mi acta no te metas. Por lo visto hay por lo menos 3 actas. Parra dice que es mayoría. Guaidó dice que es mayoría. Uno miente. No hay dos mayorías. Total, que para mi entender el gobierno se salió con la suya, sí señor. Los objetivos del gobierno eran 1. Enlodar, enredar, enmarañar, confundir a la opinión nacional, dije nacional, sobre quién es la mayoría. ¿Lo logró o no? 2. Procurar la existencia de 3 Asambleas. La constituyente, la de Guaidó y la de Parra. ¿Lo logró o no? 3. Sacar a Guaidó y a los diputados opositores de la sede oficial del Poder Legislativo. ¿Lo logró o no?  4. Terminar de duplicar los poderes públicos, a saber, 2 TSJ o 3 según tengo entendido; 2 procuradores;  2 fiscales; 2 presidentes de la república; dos directivas de Pdvsa y Citgo y ahora 2 Asambleas Nacionales. En la confusión reina quien tenga más cañones.

La gira de Guaidó es exitosa, comunicacionalmente es buena. De gran impacto. Claro que para nada ayuda al venezolano humilde que Guaidó hable en Davos o en Washington o en Ottawa. Para nada es útil. Nadie se beneficia de tales encuentros (salvo para recoger un dinerito de solidaridad, unos milloncitos de dolarcitos y euritos). Sin embargo, sí sirve para ratificar que en todos los países visitados sus grandes líderes reclaman para Venezuela una salida pacífica y electoral. Nadie habló de guerra, ni de invasiones ni del TIAR. Todos hablaron de negociaciones, de acuerdos, de paz. Esa es la gran lección y el gran resultado de la gira.

Duque le pide a Guaidó, en su carácter de presidente ¿interino? ¿verdadero? ¿alterno? ¿auténtico? la extradición de la senadora Aída Merlano. Aída es una senadora que fue condenada a 15 años de prisión por comprar votos para ser electa y se fugó espectacularmente usando una cuerda, un mecate, desde un noveno piso. ¿Cuántos años sería la condena de los dirigentes del PSUV por comprar votos con dinero, con cajas CLAP, con bonos y bonitos y con casas y apartamentos?  Mr. Duque no se dirigió a quien tiene detenida a Merlano, que no es otro que Maduro, y montó esa payasada que trató de corregir luego dirigiéndose a la Interpol cuyos integrantes en Venezuela no son otros sino los miembros del Cicpc, es decir, Maduro. Tanto nadar para ahogarse en la orilla.

En 2015 la oposición obtuvo 112 diputados. Es decir, tiene dos tercios ((167×2)/3) igual a 111,33.  Pero el gobierno turbio y tramposo, para evitar que la Asamblea nombrara a todos los poderes públicos, menos al Ejecutivo, le anuló arbitrariamente y sin recato ni pudor alguno a 3 de sus miembros y además la declaró luego en desacato. Pero lleguemos al llegadero, si aceptamos que tenemos 112 diputados y que 14 de ellos (todos del G4, por cierto) se pasaron con aperos y mochilas para la bancada roja, nos están quedando 98, que no es mayoría para nombrar al CNE. Hacen falta 112. De donde concluimos que ni Guaidó ni Parra tienen los dos tercios (2/3). Y por lo tanto, por allí viene enfilada la omisión legislativa para nombrar al CNE. Excepto que el G4 se entienda con el gobierno, que está con toda seguridad interesado en hacer unas elecciones “decenticas” y digeribles por la comunidad internacional. Avanzada Progresista, por cierto, está solicitando que se fije la fecha de elecciones para el domingo 6 de diciembre. Veremos qué dicen las otras fuerzas políticas. Se supo que Maduro las quiere para octubre.

Y así transcurre la vida en nuestra querida Venezuela, enferma del coronavirus de la división, el enfrentamiento y el extravío de principios que ha impedido, entre otras cosas, que el crédito de la CAF para resolver la crisis eléctrica del Zulia pueda ser firmado y ejecutado. Qué indolencia. Y ahora parió la abuela  y éramos un bojote. La constituyente incluyó a las milicias dentro de la Fuerza Armada como el quinto componente. Y eso se hizo, con toda seguridad, con el visto bueno del Alto Mando Militar. ¿Fortalece o debilita a Maduro este decreto? Ummh, para mí, refuerza el carácter militar del régimen. Seguiremos opinando. Hasta el próximo lunes. (y se fue el mes de enero y el pescado sin venderse).

@eduardo_semtei


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