“Amigo Fernando, mi hermano, nuestras oraciones de parte de toda la familia, a Dios y la Virgen, para que usted, su mamá y su papá mejoren lo más pronto posible. Se le aprecia mucho. ¡Usted es mi hermano! Tenemos muchas cosas que hacer, por la universidad, por Venezuela. Somos un equipo mi amigo, mi hermano. ¡Pa’lante! … ¡Vamos! … ¡Fuerza!…Primero Dios y la Virgen, y verá que todos van a sanar. Se le aprecia mucho. Nuestras oraciones, mi amigo Fernando, mi gran hermano. Dios lo bendiga. Tenemos fe en que se va mejorar junto con sus padres. Dios y su Divina Misericordia. ¡Salve María!” (a)

En Venezuela es más rudo que nunca el padecimiento, no solo por el patógeno inducido sino también por la precaria situación económica de los venezolanos, y el colapso sistemático del sistema de salud, agravado desde hace mucho tiempo. El desastre real es que nos estamos muriendo, pero no solo por el covid-19, sino porque no tenemos la capacidad material para hacerle frente con éxito. “Vamos a estar claros, con menos de 5 dólares mensuales (que recibimos en bolívares) no se puede vivir dignamente, y menos aún afrontar con éxito cualquier percance de salud por muy leve que este sea, con el agravante de que los asalariados o dependientes de renta fija tenemos una alta probabilidad de perecer por carencia de recursos mínimos necesarios”. (Ver: https://bit.ly/3oqtqX9 )

Mientras que es un  hecho cierto, además público, notorio y comunicacional, la dolarización de toda la economía, incluso formalizada por el mismo gobierno nacional; todavía existen personas “reflexionando” acerca de si es conveniente, legal o ilícito, el empezar a ajustar desde nuestras propias instituciones, las universidades por ejemplo, los salarios y demás estructuras de costos que permitan el cabal funcionamiento. Digresión I: El salario mínimo estimado y proyectado  para junio de 2019 tenía que haberse ubicado en 1.066,89 dólares. Ver el monto equivalente para un obrero, administrativo y docente universitario en  https://bit.ly/2XHyz2h

A esta altura de la vida, muy grave ser “tibios” en la fe, y “lentos” para acabar de comprender  el verdadero significado de Dios en nuestras vidas. Lucas 24, 13-33; Apocalipsis 3, 14-22; 2 Timoteo 1, 1-8; Marcos 3, 31-35

Pero siguen pensando los del gobierno y un sector de quienes le adversan que la educación de excelencia y calidad debe continuar gratuita, pero a costas o “subsidiada” por sus trabajadores. Igualmente, es una desconsideración, irrespeto y un  completo contrasentido  de espaldas  a la realidad, que algunos personeros universitarios generen falsas expectativas acerca del reinicio de actividades universitarias de forma presencial o semipresencial, cuando ni sanitaria, económica y socialmente es humana, moral y éticamente viable.

“…Porque si algo está escondido es para que se descubra, y si algo se ha ocultado, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír…Pongan atención a lo que estan oyendo. La misma medida que utilicen para tratar a los demás, esa misma se usará para tratarlos a ustedes, que oiga Atención a lo que estáis oyendo: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces…”. Marcos 4, 21-25

Incluso desde los más elementales principios de la gobernanza y la gobernabilidad universitaria (en este caso), deben considerarse, atenderse y escucharse todos los agentes involucrados en las decisiones trascendentales de la institución, más aun cuando al menos existe una propuesta formal sobre la mesa de discusión. Ver: 1) UNET: 6R https://bit.ly/2YnSofx ; 2) UNET: 6R II https://bit.ly/3abURPu

Todo lo que se hace a escondidas sale al descubierto. Tenemos la convicción y certeza de la fe en Dios, que con la vara que se mide, de la misma forma todos seremos medidos, porque nunca se debe olvidar que pese a la oscuridad, la semilla de la luz y la justicia florecerán.  Marcos 4, 26-34

En el mismo sentido, determinar un monto de “dinero que requerimos para no ser indigentes” (según estudio presentado por el honorable rector de la ilustre Universidad de los Andes, Venezuela), lo que comprueba es que la universidad gratuita de calidad y excelencia nunca más podrá ser financiada por el Estado venezolano, que está literalmente quebrado: su recuperación tomará sacrificios encadenados a lo largo de más de cinco años.

“Aprender la lección” equivale a un renacer, donde la luz gobierna toda la existencia. Marcos 16, 15-18

En el caso particular de las universidades públicas deben reactivarse, pero para iniciar un proceso de reforma y transformación adaptado a esta nueva era, pero antes se debe empezar a remunerar el trabajo en dólares. Digresión II: Progresivamente se han venido presentando unos precios, valorados en la divisa estadounidense, de todos los bienes y servicios, lo que ha “normalizado” los respectivos mercados: caso de la gasolina y los alimentos por ejemplo. Digresión III: Este proceso de transformación, reforma y renovación universitaria y del sistema educativo en general, debe descontaminarse de la influencia engañosa, negativa e incongruente de los partidos políticos (oficialistas y opositores), que con sus lineamientos partidistas han alejado a las universidades de su razón de ser, sintetizada en el artículo 2 de la Ley de Universidades. Ver: https://bit.ly/36mELSe

¿En qué tipo  de “tierra está sembrada” nuestra vida? La “Sagrada Palabra de Dios” no es un adorno, es para la aplicación en todas las facetas y responsabilidades de la vida. “El que tiene oídos para oír, oiga” Marcos 4, 1-20

No existe opción, la universidad en su conjunto tiene la urgente obligación de  transformarse y renacer. Este gobierno o el que lo pueda sustituir, no dispone ni dispondrá de los recursos  necesarios  para seguir con el mismo modelo de universidad pública gratuita.

Entonces, corresponde a las fuerzas decisorias universitarias sincerar la situación, realizar las transformaciones normativas que impone la actual emergencia compleja de carácter humanitario (es insólito e insensato seguir sujetos a normas obsoletas),  y cónsono a ellas, la derivación o construcción de  un nuevo modelo y accionar estratégico institucional, fruto de  decisiones sabias  que sean cónsonas con la plataforma jurídica y las  respectivas políticas universitarias:  y nunca más a lineamientos de política partidista. De lo contrario, seguiremos en un laberinto sin luz: si a los que corresponde tomar decisiones trascendentales, mantienen las mismas posturas, a aquella otrora realidad diametralmente opuesta a la actual.

Cada ser tiene dones y talentos que constituyen la luz de la vida. Siempre busquemos opciones en honra de Dios, para que esa luz no se esconda o sea arrebatada, y pueda seguir “venciendo la oscuridad”. Marcos 4, 21-25

(a) Nos referimos al profesor universitario (UNET) Fernando González. Extraordinario ser humano de alta calidad humana, familiar y espiritual en toda su integridad; un gran valor universitario y un venezolano ejemplar, que está convaleciente junto con sus padres, del terrible covid-19. Dios les pague por sus oraciones y por el apoyo solidario: https://bit.ly/3oqmcT1

Fuente: “Perspectiva Económica y Académica Contemporánea”. UNET. Años: 2018 al 2021. [email protected]

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