¿Quién no se equivoca? ¿Quién no comete errores? La expresión es muy conocida: Errare humanum est. Sí, errar es de humanos. Partiendo entonces de un principio tan elemental, es imposible que en el transcurso del tiempo y a cada momento no se produzcan acciones buenas que son luego seguidas por conductas protervas.

Dios creó al hombre (Adán) a imagen y semejanza suya, y le prohibió comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal porque moriría. Para que tuviera compañía, Dios decidió formar una mujer que llamó “varona” porque del varón fue sacada. Pero la presencia de la serpiente, el animal más astuto de todos, hizo inevitable el paso siguiente: ella convenció a la compañera de Adán para que abriera los ojos y ambos fueran como dioses, conocedores del bien y el mal; “varona” comió primero del árbol prohibido que estaba en medio del Paraíso y dio de comer después a su marido. El castigo que se les vino encima fue generador de sangre, sudor y lágrimas. La parte más cruel estuvo representada en la muerte de Abel en manos de Caín, ambos descendientes directos de Adán y su mujer.

A partir de ese hecho criminal, sancionado por el mismo Dios, se da inicio al accionar de los seres humanos, cargado siempre de amor y odio, generando así la creación de las mejores cosas y causando también los peores males. La historia de nuestro país a partir del derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez es un buen ejemplo de lo anterior.

Aun con sus falencias inevitables, nuestra democracia fue lo mejor que como país nos pudo pasar. La alternancia en el poder fue una norma y la aceptación de las derrotas electorales un principio sagrado. Una figura emblemática de aquel tiempo, Teodoro Petkoff, izquierdista y ex guerrillero, pero después demócrata acérrimo, pudo ocupar posición de gran relieve durante la segunda presidencia de Rafael Caldera. Y no sólo eso, Teodoro fue un firme oponente de la revolución bonita y, nada extraño en nuestra cultura política, fue rechazado y odiado por un importante sector opositor a Hugo Chávez.

Llegado el histórico momento, la mayoría del pueblo venezolano prefirió darle su respaldo al teniente coronel -causante de la muerte de un grupo de venezolanos, así como de graves daños y perjuicios a la nación- quien nos condujo a la realidad decadente que hoy experimentamos.

A pesar de los infinitos golpes y porrazos que hemos recibido, poco hemos aprendido y avanzado. Hoy la oposición es mayoría, pero está muy dividida. Cada sector se considera a sí mismo mejor y más puro que los otros, y lucha con denuedo para destruir a los grupos que no comparten sus puntos de vista. El bravo pueblo mira con estupor el alto grado de idiotez y se mantiene en silencio, tratando de sobrevivir.

¿Lograremos salir del atolladero? Soy optimista, un creyente ferviente de que nada es eterno; que llueve y escampa. Tenemos que armarnos de paciencia sin dejar de luchar por lo que queremos: un país libre y una democracia real y verdadera.

@EddyReyesT


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