A muchos nos encanta estar en la calle, tocar, oler, comprar, estar con amigos, tomar café; sin embargo, los cambios de hábitos que se han generado por la presencia del coronavirus son muchos, siendo el más relevante en el mundo del marketing: el uso de la tecnología que nos permite ser la vía de contacto con el mundo y realizar nuestras compras; en fin, subsistir, sentirnos vivos y activos.

Debido a este crecimiento abrupto del mundo digital, el marketing offline se ha visto muy afectado, deteniendo momentáneamente las actividades que se generan en los pisos de venta; pero los creativos del mercadeo estamos utilizando este momento para planificar activaciones que podamos realizar en los diferentes espacios para el comercio como tiendas, cafés, restaurantes, centros comerciales.

Ya estamos viendo que las marcas han salido a las calles para dejarse ver y conectar con sus seguidores, por ejemplo, las alcaldías realizan conciertos con grupos musicales que se trasladan en tarimas móviles en zonas urbanas donde hay alta concentración de personas que viven en edificios. Por otro lado, también vemos que las marcas están activándose de forma paulatina llevando a los hogares de sus consumidores sus productos predilectos de forma distinta, claramente, ya no es una simple entrega.

Definitivamente, con esta experiencia del aislamiento físico, las compras que comienzan en una tienda online terminan cerrándose de manera física, bien sea para retirar las compras en el comercio o en su defecto los productos llegan a través del servicio delivery, por lo que, la calidad del producto, la atención al cliente y la creatividad en la entrega son piezas fundamentales para que exista la deseada recompra y permanecer en el top of mind del consumidor.

Por mi parte, he estado considerando qué transformación pudiera sufrir el marketing offline y he leído que en los puntos de venta se pudieran gestar nuevas acciones, por ejemplo: aviones con asientos distanciados, restaurantes con cabinas de aislamiento, túneles de desinfección, salones de clases con menos alumnos con asistencia mixta (online y presencial); cambios que sin duda serán momentáneos y transformadores de hábitos en el tiempo, pues todos tenemos la esperanza de terminar con esta pandemia.

Sin duda, pensar en los cambios posibles que puede suceder en el retail después de las transformaciones generadas por la pausa del covid-19 en el mundo, es algo ansioso, ambicioso y quizás hasta prematuro; pero sin duda, hay aspectos que ya podemos ir prediciendo, veamos:

Aprovechando la adicción a la tecnología y los beneficios que se generan de ella al momento de la decisión de compra, sin duda “lo digital” se debe integrar aún más en “lo físico”, desvaneciendo así las barreras entre los mundos online y offline, hasta el extremo de estar navegando de un lado a otro, sin que el cliente tenga consciencia de haber cambiado de canal.

Por consiguiente, es el momento para crear activaciones con tecnología para lograr un enganche eficaz con el consumidor, a través de actividades rápidas, con premios instantáneos, donde activemos los neurotransmisores y generemos emociones para penetrar en la mente del consumidor y crear una gran experiencia en el usuario, activar al mundo de la realidad virtual y aumentada será un punto de honor para generar conversiones de forma diferente.

Con tanta diversidad tecnológica la intención es no dejar escapar ninguna oportunidad para cerrar una venta, disminuyendo los momentos de abandono o postergación de la decisión de compra; siempre con mucho tacto para lograr una comunicación no invasiva y eso se puede lograr conociendo bien al cliente objetivo.

Los comercios deben reinventarse y ampliar su formato de exhibición, ya no solo son anaqueles de venta, deben convertirse en espacios donde los productos estén allí y sean probados de otra manera, por ejemplo, crear espacios de encuentros realizando: clases maestras con personalidades que las dicten, presentaciones de productos, crear espacios de trabajo y, sobre todo, no quedarse con ser protagonistas únicos de los espacios; la tendencia es la economía colaborativa, por lo que, entre más marcas que se unan, mejores serán los resultados, logrando actividades en pisos de venta más atractivas, llegando a más personas con un presupuesto compartido. Definitivamente lograr buenas experiencias en el punto de venta es lo que hará que los consumidores vuelvan.

La pura transacción comercial ya no tendrá sentido en el retail físico, los especialistas en marketing deben crear impulsos para que el cliente tome la decisión de desplazarse a la tienda, de no ofrecerlo, el consumidor preferirá comprar a través de click, y allí estarán, esperando los grandes jugadores de la distribución online.

CEO @LBMLA @yoencima

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