Esequibo
FOTO EFE/ Miguel Gutierrez

El chavismo gobernante no ha escatimado cualquier género de conspiraciones durante el siglo XXI, tramadas bajo el subterfugio de distraer la atención sobre el origen de la debacle y decadencia de nuestro país y mantenerse como lo ha hecho en el poder, aun cuando la población venezolana haya pagado el más alto precio: la precarización absoluta de su condición de vida.

Usualmente bajo la actual gestión conocida como la década de la infamia, se suele difundir el rumor de “ya Venezuela se arregló” y en versiones oficiales se anuncian los vuelos del retorno a la patria y el regreso de centenares de miles de venezolanos, citando cifras extraídas de las opiniones de los youtubers tarifados del régimen.

Incluso, se pretende difundir la imagen de la felicidad de un país donde 30.000 fanáticos llenan las gradas del Estadio Monumental de La Rinconada en un Magallanes-Caracas, o en la asistencia masiva a conciertos de cantantes que otrora vociferaban epítetos contra la dictadura. Siendo una manipulación de la realidad al representar esa población asistente solo el 0,01% del total, recurriendo a la triquiñuela demográfica de adjudicar el poder adquisitivo de un ínfimo grupo poblacional como si fuera el  total del censo nacional.

Este discurso se basa en publicitar zonas comerciales “burbuja” como el caso de Las Mercedes en Caracas, donde comensales dilapidan diariamente miles de dólares como signo del derroche y la opulencia extendida supuestamente a otros estados del país.

En realidad, ¿cómo terminamos el año 2023? En materia de inflación de acuerdo con las cifras del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), en octubre de 2023 la tasa de inflación mensual registró un ligero aumento para situarse en 6,7%, respecto al 6% del mes anterior. Por su parte, las tasas de inflación acumulada y anualizada alcanzaron 176,7% y 362%, respectivamente. Datos de escándalo a nivel global al señalarnos como el país de mayor aumento de precios en el mundo en la última década.

En materia laboral, el efecto de estas cifras son devastadoras en la condición de vida al multiplicarse la pobreza generalizada de más de 2/3 de la población. Recordemos que la última vez que se aumentó el salario mínimo fue en marzo de 2022. Han transcurrido más de 600 días hasta noviembre de 2023 con una depreciación por inflación que convirtió los 30 dólares otorgados por Maduro en aquella fecha en un monto menor a 4 dólares.

Ante esta cruenta realidad, el Consejo de Administración de la OIT reunido el 7 de noviembre de 2023 en Ginebra indicó “la situación crítica que padecen los trabajadores venezolanos en lo laboral, social y económico, ante la situación salarial y la falta de interés en firmar las contrataciones colectivas hace años por parte del Estado”. Destaca la alarma de la OIT por la permanente posición del gobierno nacional de evadir las recomendaciones de los Foros Sociales realizados en el país como parte del Diálogo Social durante los años 2022 y 2023.

Esta lectura de la situación venezolana es el contexto de la diáspora que nada más en Colombia es cercana a 3 millones de connacionales y mundialmente sobrepasa los 8 millones, cifras que registran la decisión desesperada de huir de un país convertido en escombros, como si atravesara una guerra del Medio Oriente. Drama que pretende ser solapado por el referéndum del Esequibo convocado por el régimen para el próximo 3 de diciembre.

En resumen, el Estado venezolano recurre a este nuevo ardid para mantener en zozobra a la población, atarla a una nueva aventura cuyo desenlace garantice su continuidad en el poder y la permanencia de una casta cívico-militar parasitaria de nuestros recursos nacionales.


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