A medida que el coronavirus se propaga por todo el mundo, es fácil olvidar el sufrimiento del pueblo venezolano a manos del régimen de Nicolás Maduro. El gobierno de Donald Trump no lo ha hecho. Hoy anunciamos un Marco de Transición Democrática para ayudar a los venezolanos a escapar de la crisis nacional que la caída de los precios del petróleo y el covid-19 han profundizado.

Presentamos este marco como un camino para que Venezuela emerja de años de represión y conflicto político. Propone que tanto el señor Maduro, el ex presidente que se ha aferrado al poder, como Juan Guaidó, el presidente interino, se hagan a un lado para que los miembros de la Asamblea Nacional de ambos lados puedan crear un Consejo de Estado que sirva como gobierno de transición mientras se celebran unas elecciones presidenciales libres y justas. En las negociaciones del año pasado, el equipo que representaba al señor Guaidó y la Asamblea Nacional propuso este camino hacia la restauración de la democracia.

La democracia no se trata solo de elecciones. Un Consejo Nacional Electoral nuevo, equilibrado e independiente también es crítico, y un Tribunal Supremo independiente debe reemplazar al actual, que no es más que un brazo del régimen de Maduro. Una democracia vibrante también exige medios libres e independientes y el fin de la censura generalizada del régimen.

Estados Unidos no apoya a ningún partido en particular en Venezuela. Apoyamos el retorno a la democracia y creemos que todas las organizaciones políticas, incluido el partido del régimen, el PSUV, deberían poder competir en igualdad de condiciones en elecciones libres y justas. Esto significa el fin de los enjuiciamientos injustos que han dejado a decenas de miembros del Parlamento en el exilio, cuatro en prisión y muchos más excluidos de postularse para un cargo, incluido el señor Guaidó, que continuaría como presidente de la Asamblea Nacional hasta que hayan nuevas elecciones parlamentarias y presidenciales. Estados Unidos reconocerá los resultados de una elección libre y justa, sin importar qué partido gane; a lo que nos oponemos es al abuso del poder del Estado que le permite a una de las partes gobernar indefinidamente.

Para el régimen de Maduro, los profundos recortes en los ingresos debido a la caída de los precios del petróleo agravan la crisis de un sistema médico que llevó al colapso lento durante dos décadas. La presión de Estados Unidos no ha impedido que los alimentos o las medicinas lleguen a los venezolanos. El propósito de las sanciones es privar al régimen de los ingresos que utiliza para la represión, o robar a través de la gran corrupción, y obligar al régimen a aceptar las elecciones presidenciales. Maduro nunca ha negociado de buena fe sobre ese tema central. Las elecciones a la Asamblea Nacional por sí solas no constituyen una solución política.

Los militares desempeñarán un papel esencial para lograr un cambio pacífico y dar forma al futuro de Venezuela. Los soldados venezolanos, junto con los agentes de policía, sufren como los civiles; apenas pueden permitirse alimentar a sus familias y no pueden pagar la atención médica o los medicamentos. Venezuela enfrenta un gran desafío de seguridad por parte de narcotraficantes, grupos terroristas y pandillas criminales, y necesita fuerzas de seguridad mejor pagadas, capacitadas y equipadas para asegurar las fronteras de la nación y mantener la paz. Los militares y la policía deben abandonar el papel que el régimen de Maduro les ha forjado: llevar a cabo la represión del pueblo venezolano. Los militares también deben unirse para expulsar a los agentes de inteligencia cubanos que los espían a ellos y a todos los ciudadanos y sirven como el verdadero escudo del régimen. El apoyo de las fuerzas armadas al Marco de Transición Democrática sería un paso clave en esta dirección.

Las elecciones presidenciales libres y justas son el camino para salir de la crisis de Venezuela. Debido a que no se puede confiar en el señor Maduro para organizarlos, establecer el Consejo de Estado es un paso esencial. Estamos preparados para trabajar con todos los venezolanos y con otras naciones y levantar las sanciones cuando se cumplan las condiciones necesarias. El Marco de Transición Democrática allana el mejor camino hacia la restauración de la democracia a través de la participación justa de todas las partes y el fin de la brutalidad, la represión y la agitación política que han marcado el pasado reciente de Venezuela.

Hasta que se logre ese objetivo, nuestra presión se fortalecerá. Esperamos con ansias el día en que se celebren elecciones, se establezca un nuevo gobierno democrático y se puedan levantar las sanciones. Esperamos restaurar las una vez cercanas relaciones entre Venezuela y Estados Unidos, para ayudar a los migrantes y refugiados venezolanos desplazados por la crisis a regresar a su amado país, y ver a los niños compartir nuevamente la generosidad natural de su patria.

Artículo de opinión publicado en The Wall Street Journal


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