La democracia se impone hasta en el mundo financiero… En días recientes, el Banco Central Europeo (BCE), en la persona de su vocera principal, Christine Lagarde, nos sorprendió con el anuncio de que dentro de dos años llevará a cabo un proceso público con miras a cambiar la imagen gráfica de los billetes de euros.

Aunque la información circuló este lunes, no será sino hasta el año 2024 que se complete este plan para el rediseño de una imagen que ya tiene cerca de dos décadas y que solo ha sufrido ligeros cambios con el transcurrir del tiempo.

Desde 2002, año en el cual el euro entró de lleno como moneda de curso legal, en su diseño se podía apreciar que los temas y las imágenes eran más de corte genérico, sin nada en particular que hiciera referencia a épocas, estilos y monumentos. Se pretendió, en todo momento, un planteamiento común a todas las geografías que integran la zona euro.

De acuerdo con el comunicado emanado por el BCE y suscrito por Lagarde, “después de 20 años, es hora de revisar el aspecto de nuestros billetes para hacerlos más cercanos a los europeos de todas las edades y orígenes”.

Agregó que los billetes son un símbolo “tangible y visible” de que se levantaron juntos en Europa, “especialmente en época de crisis, habiendo aún una fuerte demanda de ellos”.

Para llevar a cabo el proyecto, el BCE ha señalado en la comunicación que reunirá grupos a través de los cuales pulsará la opinión de las personas en toda la región acerca de cuáles podrían ser los temas que estarán presentes en los nuevos billetes.

Posteriormente, un equipo de “asesoría temática”, integrado por expertos en representación de cada país de la eurozona, presentará al Consejo de Gobierno del ente emisor una lista  con las sugerencias de la nueva identidad gráfica de la moneda impresa.

Finalmente, y para hacer más democrático el procedimiento, el Banco Central Europeo abrirá una consulta pública sobre las propuestas y celebrará una competencia de diseño para los modernos billetes. Sin embargo, la decisión final recaerá en los hombros de los integrantes del Consejo Soberano de la institución, que también determinará cuándo entrarán en circulación.

Sin duda alguna, este será un interesante proyecto a través del cual los ciudadanos de la eurozona podrán participar activamente en un aspecto de singular interés, y que además enfrenta un reto novedoso: permitir que los habitantes de esta región del mundo decidan cuáles son los temas que quieren ver plasmados en sus monedas impresas.


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