Tal como lo expresamos en reciente artículo de opinión, horas antes de los comicios presidenciales del 3 de noviembre en Estados Unidos, estos serían unos resultados electorales “muy cerrados” en ese país, contrario a lo que vaticinaban casi todas las encuestadoras, “analistas”, y reportajes de los medios más influyentes del espacio televisivo, radial, impreso y virtual del espacio norteamericano.

En tal sentido, cómo veíamos un incesante ataque de palabras que expresaban todo tipo de insinuaciones y conjeturas de criminalidad dijimos: “Todas las encuestas  –como en las elecciones de 2016 que entonces daban triunfadora a Hillary Clinton– asumen como ganador al candidato demócrata, Joe Biden, aunque a pesar de ello, ha arreciado una campaña sobre el actual presidente desde la gran mayoría de medios de comunicación encabezados por CNN y The New York Times. O sea, pareciera que no existe la confianza suficiente en tales encuestas, y todo se ha centrado en intentar convencer al electorado de que Trump debe ser sustituido, al punto que importantes figuras del canto, cine y farándula latina, y hasta de la intelectualidad como Mario Vargas Llosa han colocado sus imágenes y pensamientos en favor de Biden” ¹.

Y efectivamente, no solo tales resultados nos dieron la razón, al punto que al momento de redactar estas líneas aún se desconoce el nombre de quién asumirá The White House en los próximos cuatro años, lo que revela que en cuestión de política, el excesivo pragmatismo y polarización que marcaron estas elecciones, y que incluso tuvo un intenso debate en el voto latino, principalmente centrado en el estado de Florida, han originado tanto denuncias de fraude –desde antes de los comicios– por parte de Trump, hasta planteamientos de que “Biden no es comunista”, lo cual deja en evidencia que la senectud política que se disputa la silla presidencial tuvieron que recurrir al discurso de la desconfianza tecnológica y fundamentos de realidades exteriores, que al parecer en ambos casos, si no son definitivos en los escrutinios del pequeño estado de Nevada – que solo aporta 6 votos al colegio electoral – para cualquiera de los candidatos, terminarán siendo definidos en la máxima Corte de esa nación.

Las elecciones estadounidenses envueltas en el medio del coronavirus –llamado “virus chino” por Trump– recesión económica y una guerra sucia sin precedentes entre “demócratas y republicanos”, ha sucumbido en los términos que el denominado “imperio” por algunos fanáticos de la política en un debate realmente estéril que ya no habla de ciencia, desarrollo económico, relaciones exteriores, sino de “autoritarismos” y “socialismos”, o sea, que supuestamente la nación de mayor poder en el mundo, ha degradado el debate hasta las mal llamadas “redes sociales” del cómo unos u otros votaron por Trump o Biden, o lo que es lo mismo, entre lo malo y lo peor o viceversa.

De hecho, sin que concluyan los escrutinios de varios estados y colegios electorales, el equipo político de Trump estaría solicitando recuentos de votos en Wisconsin y Michigan, amparados en una extraña tendencia entre la suspensión del conteo y su reanudación, cuando se habría registrado un pico en línea recta. Ante esto, Joe Biden le respondió a Donald Trump: “No descansaremos hasta que el voto de todos sea contado”²; es decir, asegurando desde esa perspectiva que debe contabilizarse hasta el último de los cuestionados votos por correo electrónico.

Por lo pronto, esta novela apenas comienza y no nos extrañe que los maduristas ya tengan listo su discurso del “mejor sistema electoral del mundo” y los más de “14.000 candidatos en competencia”, antes de que conozcamos si será Trump o Biden el que llevará el mando en Estados Unidos, en donde todo pareciera que la Corte tendrá la última palabra.


¹ https://pdctv.info/las-elecciones-de-estados-unidos-y-su-impacto-en-venezuela/

² https://www.gentetuya.com/joe-biden-le-respondio-a-donald-trump-no-descansaremos-hasta-que-el-voto-de-todos-sea-contado/#.X6LwPVyZ_J4.twitter

 


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