Dado los últimos acontecimientos, quienes usurpan el poder en Venezuela deberían cuidarse de ese gringo que se sienta en la Oficina Oval de la Casa Blanca. Recomiendan  los analistas que no deberían seguir jugando con candela con lo que respecta al señor. Donald Trump, porque el hombre acaba de demostrar que no juega carrito.

Sí, el operativo realizado por las Fuerzas Especiales de Estados Unidos con el cual dieron de baja a Abu Bakr al Bagdadi, líder del denominado Estado Islámico, es una clara demostración de que sin mucho ruido el señor que habita la Casa Blanca no se anda con miramientos.

Y es que en Estados Unidos saben de estrategia y entienden muy bien que esta nunca se revela. Es decir, ellos no andan pregonando lo que van hacer, ni cómo lo van hacer, ni cuándo lo van hacer, simplemente lo hacen cuando sus cálculos le indican que es el momento.

Todo el mundo sabía que Estados Unidos estaba trabajando para ponerle un punto final a las acciones de ISIS. Sin embargo, ni Trump, ni sus colaboradores en materia de defensa o de política exterior develaron lo que tenían en planes, solo lo hicieron y listo.

Esos mismos analistas dicen que estas son las cosas que deberían sopesar aquellos que tienen complejo de duros y sueñan con una victoria irreal en contra de un  verdadero titán. Bueno, soñar no cuesta nada, señalan, aunque este sueño de valentía artificial les pudiera costar muy caro a sus protagonistas.

Lo cierto es que sería bueno que los bocones de la usurpación venezolana recuerden este tipo de advertencias antes de abrir sus gaznates para decir cualquier sandez. Dicen que  Nicolás Maduro, por ejemplo,  a quien le encanta fanfarronear y decir barbaridades, en una especie de mala imitación del finado, debería ser más comedido en sus intervenciones y peroratas.

Y no solo se trata de Trump, es que muchos antes de él han sido diligentes a la hora de silenciar las bravuconadas de tiranos de cartón y malandrines endiosados. Recordemos el caso del Manuel Noriega en Panamá, que luego de aparecer con un machete en la mano amenazando a tiros y troyanos terminó detrás de los barrotes.

Y no olvidemos la imagen de un Sadam Husein disparando al aire desde un balcón presidencial, para terminar siendo capturado en un agujero, todo sucio, despeinado y barbudo. En verdad, se lo dicen como una lección, deberían cuidarse de ese tipo de provocaciones.

Y la mejor forma de hacerlo es cesar la usurpación, convenir con el tiempo que aún les queda, una salida para los jerarcas del régimen para que terminen, por lo menos, resguardados en tierras de sus aliados, es decir un exilio en Cuba, Turquía, China o en la gélida Rusia.

No seguir jugando con la candela porque se van a quemar; ya en Estados Unidos reposan expedientes tras expedientes que vinculan a la usurpación venezolana con el negocio ilegal de las drogas, que relacionan al Estado venezolano con alianzas con grupos terroristas como el Ejército de Liberación Nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, sin dejar de hacer mención de las denuncias de nexos del régimen de Nicolás Maduro con Hezbolá y Hamás.

Con ese prontuario de señalamientos, en la usurpación deberían estar rezando y preparando una salida que les deje el mejor acuerdo, porque el reloj sigue andando y el tiempo se les agota y eso… eso no es un juego apto para niños.


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