En el hastío del confinamiento sanitario y la ya muy prolongada espera de algún evento que resulte en el desenlace –pacífico– del entuerto político en que nos encontramos, se nos metió en la cabeza la idea de hacer de cuenta que estamos presenciando un match de boxeo entre quienes  por un lado se resisten a dejar Miraflores y quienes por el opuesto luchan denodadamente por entrar a despachar desde ese palacio, sede que ha sido de variopintos inquilinos que en su día dirigieron los mejores y también los peores momentos de nuestra historia desde 1900.

Así la cosa, analizamos los varios rounds que se escenificaron tan solo en la pasada semana. Llegamos a la conclusión de que Nicolás ganó uno y perdió seis. Veamos.

1) El oficialismo se dio el gusto de saborear los primeros frutos de su recién designado CNE “chimbo” para meter los primeros golpes bajos a la legalidad electoral al fijar fecha para unas elecciones cuestionables y al mismo tiempo preparando las modificaciones a la conformación de la Asamblea Nacional, concebidas no para mejorar la representación popular sino más bien para secuestrarla. Cuando emigraron casi 6 millones de personas a las que aspiran escamotear el voto, ahora resulta que el número de legisladores debe aumentar sin que se haya explicado el fundamento técnico ni jurídico de tal decisión que –por lo que se afirma– es írrita. A ello opóngase el pasivo de que la comunidad internacional ya ha rechazado y condenado la maniobra, con lo cual se resta a la farsa el elemento de credibilidad que es esencial para el reconocimiento de resultados. Ganaste el round Nicolás (por ahora).

Pero a cambio de ese dulcito vino una seguidilla de palos que si no producen ya un desenlace será para plegarse a quienes expresan con desilusión aquello de que “aquí no pasa nada”.

2) Un juez de Inglaterra, donde se aloja el Poder Judicial más serio del mundo, sentenció que el oro venezolano custodiado en las bóvedas del Banco de Inglaterra debe ser dispuesto de conformidad con las instrucciones que gire el gobierno de Guaidó y no de la usurpación. El magistrado británico decidió que si el gobierno de Su Majestad ha reconocido a Guaidó como presidente interino, quien a su vez designó una junta directiva del Banco Central de Venezuela es pues esa instancia la que tiene legitimación para dar instrucciones al depositario. Se trata del mismo resultado logrado en Estados Unidos, con la diferencia de que en el Reino Unido la decisión es judicial mientras que en Estados Unidos es una atribución del Ejecutivo.

3) Informe de la señora Bachelet: poco más queda que agregar a lo que allí se pone al día como continuación de reportes previos, contemporáneos y posteriores a la visita de la expresidente de Chile. Palo te dieron, Nicolás.

4) Hay un refrán vernáculo que dice “arranque de pura sangre y parada de burro”. El mismo es aplicable al triste espectáculo de quien inflado con aires de guapo de barrio “expulsó” a la embajadora de la Unión Europea en retaliación por unas sanciones impuestas por esa organización a determinadas personas, no a Venezuela. Le dio plazo perentorio para abandonar tierra bolivariana, para lo cual hasta avión le ofreció. Pues resulta que la Unión Europea no es un club de puro pendejo y como tal mostró los dientes causando que el “hijo de Chávez”, en un complicado firulete circense, tuviese que “arrugar” una vez en cuenta de que el round venía complicado. ¡Qué vergüenza, Nicolás!, ¿cómo te dejaste castigar tan feo? ¿Le vas a reclamar algo a tu canciller o seguirán marchando a “paso de vencedores”?

5) Cuando la mano viene mal barajada parece que todo se junta. Autoridades de Estados Unidos han decidido sancionar a empresas marítimas que estaban transportando derivados petroleros hacia Venezuela. Cierto es que Washington no es el policía del mundo, pero cuando ellos te ponen la proa no es fácil pasarle agachados. Para quienes aún acarician la opción militar bien les haría evaluar si ese camino, con su elevadísimo costo político y humano, sería más o menos eficaz que el cerco que implacablemente se impone a la dictadura. ¡Se te pone chiquita, Nicolás!

6) El “pana” Alex Saab ya parece presto para emprender su viaje a Miami, pero no a las playas (que ahorita están cerradas) sino para estrenar el uniforme naranja que allá brindan a ciertos invitados especiales. Nos imaginamos ya al barranquillero haciendo gárgaras de clara de huevo para afinar las cuerdas de tenor con las que pronto debutará. ¡A cubrirse camaradas, que arranca el ventilador! ¡Mosca, Nicolás!

7) Y como cierre queda la desgracia del covid-19, cuya aparición en el mundo y en Venezuela ciertamente no es culpa de la “revolución”, pero es indiscutible que por causa de sus estragos el combate de la pandemia se realiza en condiciones extremadamente desventajosas que colocan al país en el camino de un muy probable descontrol epidemiológico. ¡Eso sí ocurre en tu guardia, Nicolás!

Atentos pues a los próximos rounds.


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