A mediados de 1991, un grupo de ganaderos –entre quienes estábamos Ricardo Zuloaga, Antonio Julio Branger, Iván Darío Maldonado, Alfredo Fonseca Buffet, Raúl De Armas López, Alfredo Paúl Delfino, Jesús Eduardo Rodríguez, Guillermo Rodríguez Eraso, Asdrúbal Hernández Urdaneta, Gustavo Llamozas, Carlos Henrique Rodríguez Matos y quien esto escribe– decidimos dar los pasos necesarios para la formación y puesta en marcha del Consejo Venezolano de la Carne, Convecar. La nueva asociación no lucrativa tenía como propósito esencial coadyuvar al mejoramiento y al crecimiento de la producción y del consumo de carne de vacunos y búfalos en el país, para lo cual debía no solo promover la investigación en todos sus aspectos relevantes, sino además convertirse en factor aglutinante de los distintos actores del circuito cárnico nacional. Al mismo tiempo y dada la significativa presencia de productores primarios en tan importante iniciativa, se propuso dedicar los mayores esfuerzos al intercambio de experiencias en la gestión de recursos y transferencia de tecnologías de avanzada para la producción de forrajes de calidad razonable y rebaños de mayor aptitud y rendimiento. También se adelantaron notables estudios –en todo ello recordamos las muy valiosas contribuciones del profesor Nelson Huerta– sobre el mercado de productos cárnicos, su calidad y atributos nutricionales, así como las preferencias y expectativas del consumidor, incluso la idoneidad de los procesos en cada una de las etapas de producción, faenado, distribución y expendio de carnes rojas a nivel nacional. La obtención y análisis profesional de información sobre todos los aspectos relevantes del negocio –asuntos económicos, contables y tributarios, insumos, materiales diversos, mecanización, genética, sanidad animal, nutrición, mano de obra, asesoría técnica, crédito agrícola– fue igualmente actividad prioritaria, cuyos resultados se entregaron oportunamente a los interesados; sobre ello es preciso recordar el significativo aporte de la Gaceta Ganadera, una excelencia editorial devenida en utilísima herramienta para los productores del campo, que estuvo a cargo de Carmen y Jorge Ordóñez y que en su momento contó con el decisivo respaldo y patrocinio de Convecar.

Transcurrida una primera década de actividades enfocadas en el estímulo y mejoramiento del sector productor primario, Convecar decide abrir el compás de sus agremiados incorporando a otros actores de la cadena. Fue el momento de ejercer a plenitud el importante papel de factor aglutinante de quienes conforman el circuito cárnico nacional. Esa visión llevó a la institución a promover el Comité de Integración del Circuito Cárnico, Cicca, un foro consolidado para la discusión que busca conciliar posiciones en beneficio de todos los eslabones de la cadena, auspiciando igualmente aproximaciones y entendimientos constructivos con las autoridades gubernamentales.

Pero hay algo más que es preciso resaltar en tan especial trayectoria institucional. Convecar se sostiene sobre los pilares y valores de la ilustración –la democracia, el respeto al individuo y el Estado de Derecho–, sobre los principios que consagran el derecho de propiedad, la libertad de elegir, la responsabilidad individual, la libre iniciativa y el libre mercado, tanto como la seguridad personal, el predominio de la justicia y la conservación de nuestros recursos naturales renovables –no hay la menor duda de que la ganadería tiene un papel primordial en este último empeño–. Se trata pues de las bases fundamentales de apoyo y estímulo al progreso tecnológico y gerencial de sus miembros activos y de quienes forman parte del circuito nacional de la carne en términos generales. Y en este orden de ideas, también favorece el desarrollo de condiciones y mecanismos que permitan de manera apropiada, la exportación de ganado en pie y de productos cárnicos como fórmula de estímulo a la producción nacional. Naturalmente no se opone a las importaciones que igualmente sean necesarias como parte de un proceso económico que tiene por objeto satisfacer las necesidades de la población –comenzando en la producción primaria, pasando por la transformación industrial, el comercio y terminando en la esfera del consumidor–.

Treinta años no son nada en la vida de un país, de un sector de la producción nacional, de una institución como aquella que motiva estas breves anotaciones. Convecar –que no es un gremio en el sentido político del término– ha logrado sobreponerse a las dificultades, desempeñar el papel que le corresponde en su sector y crecer contra todo pronóstico. Ha sido el resultado de años de esfuerzos ininterrumpidos, de entereza moral de sus miembros fundadores y asociados, de sus directores y responsables, siendo hoy por hoy una institución relevante a nivel nacional y muy eficazmente conducida por una nueva generación de hombres y mujeres del campo y de los negocios que le transmiten vitalidad y nuevos bríos, que reafirman sus propósitos esenciales y que la proyectan a un futuro esperanzador.

 


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