En septiembre de 2021, las Naciones Unidas celebraron la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios, un esfuerzo que apunta a la transformación de los sistemas alimentarios en el mundo para alinearlos al logro de los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030. Por “sistema alimentario” se entiende la constelación de actividades relacionadas con la producción, el procesamiento, el transporte y el consumo de alimentos.

Algunos de los desafíos planteados están relacionados con los impactos ambientales en la producción de alimentos y con mejorar el acceso a alimentos saludables de toda la población mundial. Una de las cinco vías de acción adoptadas en la Cumbre apunta a impulsar una producción favorable a la naturaleza.

La agricultura tecnificada y a gran escala que se practica hoy en muchas partes del mundo es un fenómeno de menos de cien años. Esta agricultura se ha caracterizado principalmente por: deforestación e intervención inadecuada de los suelos;uso intensivo de agroquímicos sintéticos, maquinarias y riego; manipulación genética de semillas y predominio de monocultivos. Estos esquemas de producción han multiplicado los volúmenes de producción de alimentos, lo cual permitió superar aquellos temores de agotamiento de los medios de subsistencia que proclamaba Thomas Malthus a finales del siglo XVIII. Sin embargo,circunstancias como la crisis del cambio climático, han llevado a que hoy se sostengan intensos debates acerca delos elevados costos que este tipo de agricultura tiene sobre el ambiente y los riesgos que acarrean ala salud del ser humano y la de los seres vivos en general.

Existen importantes oportunidades de transformación y mejora de los sistemas de producción agrícola,entre las que podemos destacar:prácticas agrícolas que mantengan o enriquezcan los suelos; disminución progresiva de agroquímicos e incorporación de insumos biológicos; rotación de cultivos y aplicación de sistemas agroforestales sustentables; sistemas de riego eficientes; reutilización de la materia vegetal; minimización del uso de los combustibles fósiles e introducción de tecnologías de información y comunicación, entre otras. En Venezuela,ya se han venido implementado algunas de estas prácticas.

Por su parte, la agroindustria también ha evolucionado con esquemas más tecnificados que han favorecido un incremento significativo de su productividad. Esta evolución industrial también ha significado un uso más intensivo de los combustibles fósiles, incremento en el volumen de recursos naturales requeridos, incremento acelerado de desechos y contaminación, entre otros efectos adversos. La presencia de islas de desechos plásticos en los océanos es solo una de las tantas evidencias de esta realidad.

Para afrontar los retos de la transformación de los sistemas agroindustriales, algunas de las áreas de oportunidades son: implementación progresiva del enfoque de economía circular, donde se minimicen los desperdicios y se favorezcan prácticas como reutilización, reparación, reducción de uso de materiales y reciclaje; uso de tecnologías mucho más eficientes desde el punto de vista energético; sustitución de energías contaminantes por energías más amigables con el ambiente; reducción de los costos para facilitar el acceso a los alimentos de toda la población; y sistemas de distribución más eficientes que minimicen la pérdida de alimentos en la cadena.

Estos retos conllevan la participación coordinada de productores agrícolas, agro-industriales, comercializadores, transportistas, gobierno, entre otros. En Venezuela, se han instrumentado Comités de Cadena de Valor en varios rubros alimenticios estratégicos, como una experiencia válida que puede contribuir en esa necesaria articulación entre los actores.

Finalmente, unos aliados claves para avanzar en los objetivos propuestos en esta cumbre de Sistemas Alimentarios lo constituyen varias agencias de Naciones Unidas como Onudi, FAO, PNUD y el Programa Mundial de Alimentos.


  • El Sr. Franco Silva es Ingeniero en Computación de la Universidad Simón Bolívar de Caracas, con una especialización en Gerencia de la Empresa en la misma universidad, y una especialización en Gerencia Pública en el Instituto de Estudios Superiores en Administración (IESA). Ha desarrollado carrera durante 33 años en especialidades como informática, finanzas, planificación estratégica, y diseño de políticas públicas, en los sectores de petróleo y energía, telecomunicaciones, agroindustria, entre otros. Desde 2018 se desempeña como Coordinador del Programa País de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) en Venezuela.

 


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