De acuerdo con la Constitución entonces vigente, el período presidencial del general Marcos Pérez Jiménez culminaba a finales de 1957. Pero en vez de llamar a la elección de los poderes públicos, el gobierno, contrariando elementales principios legales, procedió a convocar un plebiscito para el 15 de diciembre, a fin de que el pueblo decidiera si prorrogaba o no la reelección del régimen para el período 1958-1963.

Ante esa situación, los estudiantes de los liceos y universidades de Caracas realizaron encendidas manifestaciones públicas. Un hecho, especialmente llamativo, se produjo: en el patio principal de la Universidad Católica Andrés Bello quemaron una fotografía del presidente de la República.

El 31 de diciembre de 1957, Caracas se vio afectada por movimientos más febriles. La ciudad hizo honor a la estrofa que le corresponde en el Himno Nacional: “Y si el despotismo levanta la voz/ seguid el ejemplo que Caracas dio”. Ese día, el gobierno nacional ordenó la detención de dos altos militares: el general Hugo Fuentes y el coronel J. M. Castro León. A las 5:00 de la madrugada del 1° de enero, se declaró en rebeldía la Base Aérea Boca de Río y un contingente de la Guarnición de Maracay.

Muy temprano en la mañana, el ruido de los aviones militares y los disparos de las baterías antiaéreas despertaron a los caraqueños. El teniente coronel Hugo Trejo se sublevó en el Cuartel Urdaneta, ubicado a pocos kilómetros de Miraflores. Sin embargo, en un movimiento estratégico inexplicable, en lugar de dirigirse contra Miraflores, avanzó a Los Teques para después seguir a Maracay. Al siguiente día, los militares leales a Pérez Jiménez lograron dominar la situación: Trejo fue detenido a la entrada de Maracay.

Pero los ánimos no se apaciguaron. Pocos días después, el jefe del Estado Mayor, general Rómulo Fernández, solicitó al presidente de la República la remoción del Gabinete Ministerial y principalmente la salida del ministro de Relaciones Interiores, Laureano Vallenilla Lanz, hijo, y del director de la Seguridad Nacional, Pedro Estrada (1906-1989). Ambos personajes salieron del país. Pero en una jugada sorpresiva, el 13 de enero, Pérez Jiménez ordenó la detención del general Fernández y lo obligó a marcharse a la República Dominicana.

El clima político era de extrema tensión, lo que explica que la agitación en las calles no se hiciera esperar. Los manifiestos y pronunciamientos de la Junta Patriótica (“Pueblo y Ejército unidos contra la usurpación”), intelectuales (“Declaración sobre la situación política nacional”), y estudiantes (“Manifiesto N° 1 del estudiantado universitario”) se sucedieron uno tras otro.

Al mediodía del 21 de enero sonaron las cornetas de los automóviles que circulaban por la ciudad y repicaron las campanas de los templos de Caracas. Estalló entonces la huelga general acordada por la Junta Patriótica, órgano de amplia representación opositora. Todo el comercio y la banca cerraron sus puertas. En varios barrios de Caracas se produjeron manifestaciones que fueron reprimidas por la Seguridad Nacional.

El día 22, se sublevaron la Escuela Militar y la Marina. El desenlace se produjo de seguida: en la madrugada del 23 de Enero de 1958, el general Marcos Pérez Jiménez salió precipitadamente del país a bordo del avión presidencial –conocido popularmente como La vaca sagrada-, sin informar previamente a su tren ejecutivo. A consecuencia de la atropellada salida, el mandatario depuesto olvidó una maleta repleta de varios millones de bolívares en efectivo, valores públicos negociables y documentos.

@EddyReyesT


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