El país que alguna vez fue ya no lo es y su gente tampoco. Nos enfrentamos a algo sin precedentes, inimaginable y sin comparación. Monstruos que han destrozado hasta lo más mínimo, han arraigado su esencia más maligna en algunos. Mortal para nuestra supervivencia. La infinita retórica y la cronología del «estamos mal» y los «culpables de ese mal» debe terminarse porque el país necesita más allá y el más allá no está solamente en discursos floreados sino, en formación para la acción y en UNIDAD. No habrá otra receta para el futuro.

La unidad no se forja exclusivamente en la selección de un candidato presidencial o en el líder de la oposición, sino en tener un objetivo común. «Salir de Maduro» puede ser la razón momentánea, pero ¿y después?, ¿existe algún plan en caso de no darse esa «salida»? Particularmente he escuchado que esta «es la última bala» desde hace años, y ese letargo nos pasa facturas graves, porque se aumenta considerablemente la expectativa y al no obtenerla, la frustración nos arropa, consume y desintegra, otra vez.

Para construir la unidad necesaria no es simple y banal farándula escandalosa disfrazada de política, ni la catarsis divisionista desde grupitos de WhatsApp, mucho menos el interminable círculo vicioso de buscar la razón absoluta, liberando desmesuradamente esas pasiones ocultas contra líderes de la misma trinchera ha ocasionado que el respaldo popular vaya en declive. La búsqueda de más «RT», «likes» o «aplausitos» en la política del insulto y la destrucción no hace que el régimen se debilite sino que, lo fortalece.

Ahora bien, nos aglutinamos, apostamos y, en el escenario más maravilloso, ganamos, pero ¿cómo cobramos el triunfo?, cómo gobernamos?, cómo solucionamos el sinfín de problemas cotidianos que afectan al ciudadano? Incluso muy internamente lo pensaba desde hace tiempo y algunos me llamaban loco cuando preguntaba el «cómo, cuando, donde y para qué»…

«¿Para qué la unidad?, ¿Estás loco? Para sacar a Maduro pues», pero de inmediato respondía con una duda: ¿la «unidad» es netamente electoral o es POLÍTICA?, ¿acaso vamos a salir del régimen por la vía bélica como vociferan unos?, ¿Tienen fusiles, municiones, movilización, bunker, entrenamiento, táctica, ejército, dinero? ¿No?, ¿Vamos a salir por la vía electoral? ¿Tienen estructura, maquinaria, testigos, dinero para campaña, equipo, partido, unidad? ¿No?, ¿y entonces?

Algunos ingenuamente esperan que el régimen de facto no aplique sus tácticas, que no se defienda, que no actúe, que no articule su permanencia y que entregue sumisa y voluntariamente el poder.

Hoy dicen «Vamos a elecciones», pero cuando el CNE lo designa el régimen que combaten, no quieren ir.

¿Qué esperan realmente?, ¿Papelitos debajo de una mata?, que un rayo cósmico neptuniano designará el CNE?

«Este CNE es un asco, yo no voto, no voten». Absténganse hasta que Neptuno nos envíe el rayo cósmico con un CNE ultra mega casto, pulcro y de raza aria», pero lo que no ven es que en esa delgada línea del «despotricar y abstenerse» muere gente, se va gente, gente deja de creer, etc.

Llamar a la abstención porque el CNE lo designó el adversario, porque PUEDE, es como decirle a la mamá de cualquier sector que tiene la necesidad de comer no alimente a sus hijos de la bolsa CLAP. Crudo, pero así hay que ver la realidad de las cosas más allá de la fantasía.

No todo esta perdido. Para lograr recobrar la confianza hacia los futuros conductores hay que conectarse emocional y sinceramente con el pueblo, tener la capacidad de mirar a los ojos del alma y decirle: cómo diantres vamos a hacer para transformar su mañana. Debemos cambiar drásticamente las mismas técnicas populistas, clientelistas y rentistas que han arrojado a Venezuela a la ultratumba.

Si no nos preparamos para conducir, no forjamos nuestro carácter, no somos resilientes, no cultivamos nuestro ser y no contribuimos en el renacer de la verdadera esencia de la política, la gente seguirá pensando que es sucia por culpa nuestra.

 

@JorgeFSambrano

#RendirseNoEsUnaOpcion


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