De acuerdo con la explicación sencilla que arroja Google, el terrorismo de Estado consiste en la utilización de métodos ilegítimos por parte de un gobierno para producir miedo o terror en la población civil y alcanzar sus objetivos o fomentar comportamientos que no se producirían por sí mismos. Es decir, para controlar a los ciudadanos a través de la violencia que se ejerce desde el Estado, que como bien sabemos tiene el monopolio de la fuerza. ¿Y quien es el Estado? Es el gobierno de turno.

En Venezuela no hay gobierno, solo existe una tiranía que ejerce la brutalidad para aniquilar cualquier voz que tenga la osadía de enfrentarse y denunciar las barbaridades del sistema. Todos sabemos que durante estos veinte años de chavismo se han armado grupos que denominaron “círculos bolivarianos” y seguidamente pasaron a llamarse “colectivos” grupos terroristas al servicio del régimen.

Ante esta realidad que no es un secreto para los venezolanos y el mundo no queda otra opción que hacerle frente en su mismo terreno, sin bajar la cabeza ni acudir a estafas que convoque el sistema para ganar tiempo y amaestrar a los grupos armados con el fin de perfeccionar sus métodos salvajes de violencia. Estamos ante un grupo sin escrúpulos que ostenta el poder bajo el apoyo de la inteligencia cubana, expertos en represión, tortura y control. El terrorismo de Estado en Venezuela se ejerce desde un punto de vista ideológico  que justifica cualquier acto sangriento en nombre de la revolución y su líder eterno.

El sistema que oprime a los venezolanos tiene todas las características para ser denominado terrorismo: la coacción, persecución ilegítima, secuestro, desaparición forzosa y tortura, asesinato o ejecución extrajudicial por parte de fuerzas del orden público o grupos extraoficiales pertenecientes al partido oficialista o a una facción del mismo.  Creación secreta de organizaciones terroristas clandestinas, que son apoyadas por el Estado mediante deliberada negligencia en su persecución o detención. Creación de centros clandestinos de detención, a los que se desvía a los prisioneros por razones políticas o ideológicas, y la violación sistemática del derecho al debido proceso judicial. Fomento de la emigración o el exilio a los ciudadanos contrarios al régimen o, por el contrario, implementación de medidas que impidan la emigración o la movilidad de los ciudadanos.

Es absurdo pretender que este régimen dejará el poder usando métodos convencionales para enfrentar a un “gobierno imperfecto” o una dictadura típica de nuestra región. Ha quedado más que evidenciado que son un régimen perverso dispuesto a todo para quedarse en el poder, desde emplear el narcotráfico como medida de financiamiento hasta ejercer el terrorismo para doblegar las fuerzas libertarias. Hasta ahora los métodos usados han sido un gran fracaso y se han valido de ellos para legitimarse en el poder a través de “diálogos y elecciones”, pero esa no es la vía. Solo una fuerza superior a la que ellos puedan implementar hará que Venezuela sea libre. ¿Estará el gobierno interino dispuesto a asumir esa responsabilidad después de esta gira por Europa y Estados Unidos? Los próximos días nos hará saber qué ruta tomaran.


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