Esta semana, cuando en muchas partes del mundo celebran la fiesta de Halloween, miles de niños y adolescentes venezolanos regresarán a las aulas para comenzar el año escolar, después de más de año y medio bajo la modalidad virtual debido a la pandemia de covid-19. Sin embargo, lo que antes siempre era motivo de alegría en las familias, por el valor que tiene la educación, se ha vuelto una pesadilla y no precisamente por el virus.

Hay que asumir que el pasado año escolar tuvo demasiados tropiezos y el resultado ha sido un rezago significativo en la preparación de los alumnos a todo nivel. De acuerdo con el director de la Escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello, Carlos Calatrava, los estudiantes de secundaria ni siquiera alcanzan la nota mínima para aprobar un curso, pues el promedio general es de 9,33 puntos.

Esto se desprende de un estudio que hicieron en la UCAB, a través de un cuestionario en línea para medir los conocimientos de los alumnos. Los resultados indican que la mayoría carece de las destrezas y conocimientos mínimos de acuerdo con el nivel. Y eso que el presidente Nicolás Maduro se llena la boca diciendo que es tan fácil como abrir las escuelas para que todo vuelva a la normalidad.

Y no solo se trata de que el país es el que tiene la peor conexión a Internet de la región, lo que hizo realmente difícil seguir las clases de manera virtual, sino que hay muchos otros factores que inciden en el pobre rendimiento escolar. No hay que olvidar que la mayoría no tiene acceso a una computadora, pero hay muchos más que ni siquiera pueden pensar porque no tienen lo suficiente para alimentarse.

Sobre todo si se habla de las edades en las que los estudiantes deben cursar los niveles de secundaria. Muchos prefieren ponerse a trabajar –aunque sea informalmente– para poder comer y también ayudar en sus casas. Es una realidad demasiado dura, pero hay que reconocerla para hallar la solución. No se trata de repetir la mentira de que todo está bien para que al pueblo se le quite el hambre y olvide sus penurias. Calatrava lo advirtió: ¡la situación actual del país es similar a la de los años cuarenta! Un retroceso nada más y nada menos que de 80 años. Esto corrobora que uno de los mayores logros del chavismo es haber llevado a Venezuela al pasado más oscuro. Y aunque el panorama en los niveles de primaria es un poco mejor, no se puede olvidar que los pequeños sufren de los mismos males. La mayoría de los padres no tiene posibilidades de mandar a sus hijos a las escuelas.

A todo esto se le suma la poca o nula vacunación entre los docentes y personal de las escuelas. El sector privado está mejor preparado para recibir a los niños en cuanto a medidas de bioseguridad, pero se sabe que la migración que ha habido desde la educación privada hasta la pública ha sido una característica de los tiempos de crisis que vive el país.

Así que el panorama del regreso a clases es de terror. Sin embargo, cualquier esfuerzo que se haga por los niños venezolanos bien merece la pena. Y de eso sabe mucho el sector magisterial, que siempre se ha guiado por su vocación.

 


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!