Rusia Ucrania
Vladimir Putin, presidente de Rusia. GETTY IMAGES

Hagamos un ejercicio imaginativo sin colocarnos límites. Solo concedamos la licencia de conjeturar que por eso que llaman en Latinoamérica un falso positivo o ajustándonos en el término exacto de una operación de falsa bandera, orquestada por Vladimir Putin para remontar la guerra o por Occidente para justificar una intervención; y este se monta con todo el guillo posible sin direccionar responsabilidades inicialmente, llevándolo a los extremos de caracterizarlo en eso que llaman en Venezuela “la conchita de mango”. Y en algún momento de la escalada, esa conchita pone a resbalar a Rusia o a Occidente (cuando se coloque por acá Occidente léalo como la OTAN) y en la caída Rusia o el mismo Occidente dispara los protocolos de reaccionar. ¿Cómo se imaginan ustedes que sería la reacción de Rusia o de Occidente? ¡Ojo! El mango es una fruta tropical muy bien cotizada acá en Europa, pero aquí y allá su corteza es resbaladiza y aleve en los resultados de un pisotón inadvertido, mucho más en estos casos de crisis militares, de manera que la analogía es válida. Una vez que se pisa y se desciende en la aparatosa caída, esa secuencia de proyectar las responsabilidades para empezar a disparar lo convencional o lo nuclear, no tiene freno de mano en lo inmediato. La muerte del teniente Roberto Paz, un colombiano nacionalizado estadounidense, en un oscuro incidente con fuerzas panameñas, y el arresto y maltrato del teniente (Estados Unidos) Adam Curtis y su esposa fueron en sus tiempos de 1989, las causales que necesitaba el presidente George H. Bush para proceder con la invasión a Panamá y la captura del general Manuel Antonio Noriega. Ambos eventos anteriores, son la cáscara resbaladiza del mango en Panamá.Desde que Vladimir Putin amenazó con tomar severas represalias con cualquier país que se involucre directamente en el conflicto con Ucrania, y prometió que habrá consecuencias para los países que envíen armas y voluntarios a Ucrania la tensión está al extremo. «Cualquier experimento en este sentido conllevará responsabilidad para los países correspondientes«. Y entonces es oportuno resaltar, a tenor de la cascara del mango;unos Migs-29 propiedad de Polonia que andan girando sin destino como el judío errante y con calificación de papa caliente entre los otros países vecinos de Ucrania. El ministro de Relaciones Exteriores de Polonia indicó que “están listas (las autoridades) para trasladar de forma inmediata y gratuita todos los aviones MiG-29 a la base de Ramstein y ponerlos a disposición del gobierno de Estados Unidos”. Ramstein es una base aérea norteamericana en Alemania con misiones de transporte aéreo, operaciones de paracaidismo y evacuación médica. La respuesta de Estados Unidos a Polonia fue muy clara y rápida a través del portavoz de su Departamento de Defensa, John Kirby “No es sostenible”. Eso dice bastante de los temores, pero también de la seriedad con que occidente ha tomado las amenazas del presidente de la federación rusa.Igual, los rusos saben que una escalada no va a dejar piedra sobre piedra en lo predios de la Plaza Roja y las principales ciudades de Rusia. El presidente Joe Biden también ha declarado recientemente “Vamos a defender cada centímetro del territorio de la OTAN. Pero no vamos a pelear una guerra contra Rusia en Ucrania. Un enfrentamiento directo entre la OTAN y Rusia será la tercera guerra mundial. Es algo que debemos esforzarnos en evitar.”En el medio de los dimes de Rusia y los diretes de occidente, de la OTAN y de USA, está la soledad de Ucrania ante la invasión y el cerco ruso que cada día va apretando más y más la capital y las principales ciudades ucranianas, y con ello el fin de la guerra con los resultados que se proyectan. Y en el epicentro, plantada en alguna de las fronteras de los países que circundan a Ucrania, como Polonia, Eslovaquia, Hungría, Rumania, Bulgaria y más al norte, los que hacen frontera con Bielorrusia y Rusia como Estonia, Lituania y Estonia están pacientes y atentos a la siembra de la conchita que desencadenará la escalada. El 16 de enero de 1999, en la aldea de Racak, al sureste de Pristina, 23 cadáveres de hombres, mujeres y niños yacían con disparos de corta distancia, de frente, por la espalda y en la cabeza. Ese incidente desencadenó posteriormente en Yugoslavia, 78 días de bombardeos de la OTAN en una extralimitación de los alcances del artículo 5 de su constitución; en la primera guerra de la alianza atlántica que no necesitó de mandato de la ONU ni debate de su consejo de seguridad para empezar, mantener y finalizar las hostilidades.Los cadáveres de la aldea de Racak, que algunos denunciantes consideran como una trigger massacre, tiene parangones prebélicos como la voladura del Maine en 1898, o el incidente del golfo de Tonking en 1964, el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Sarajevo en 1914, como desencadenantes de una guerra.La crisis de Rusia – Ucrania, después de 16 días de hostilidades está en este momento en ese escenario donde la posibilidad de una operación de bandera falsa ponga a escalar la guerra. En Glewitz, Alemania, en agosto de 1939 un equipo de fuerzas especiales alemanas tomó por asalto una estación de radio haciéndose pasar por soldados polacos. Al día siguiente, la Wehrmacht franqueó la frontera polaca y comenzó la Segunda Guerra Mundial. ¿De qué lado saldrá la conchita de mango?

Trigésimo sexto taquito

En la entrega anterior resaltábamos los esfuerzos del presidente de Francia, Emmanuel Macron, para buscar una solución negociada a la crisis y poniendo por delante un cese al fuego definitivo que se le ha vuelto inalcanzable. Lo está haciendo bien, sin resultados, pero al menos está haciendo el arrojo honesto y la energía responsable en sintonía con sus atribuciones de jefe del Estado francés, a contravía de los demás jefes de Estado occidentales, especialmente los europeos, que están opuestos a Vladimir Putin, quienes no han enfrentado con el carácter proporcional las pretensiones imperiales del ruso. Hace poco los ucranianos pusieron a circular en las redes sociales un video de un turista tomándose la habitual fotografía con el fondo de la torre Eiffel, en el preciso momento en que un bombardero deja caer un misil sobre el histórico referente galo y la destruye. El video no es real, es una publicación difundida con el objeto de generar conciencia de las consecuencias de que la guerra se extienda y franquee en sus alcances las fronteras ucranianas. No creo que el destino de un misil ruso diferencie de caer en cualquier calle de París o en el Museo de Louvre, el Arco de Triunfo, el Palacio de Versalles o el Panteón Nacional; o la Puerta de Brandeburgo en Berlín, o la Tower Bridge, el Big Ben o el Palacio de Buckingham en Londres. Tampoco el que uno de la OTAN se lleve por delante todo el Kremlin o la Catedral de San Basilio. La conciencia para impedir que la guerra escale y se logre un cese el fuego definitivo debe priorizarse antes de que surja una bandera falsa.

Trigésimo séptimo taquito

Las explicaciones sobre el desempeño operacional de Rusia frente a Ucrania han tenido una proyección corta. Las ilustraciones que se han dado remiten a un bajo nivel del apresto ruso, una pésima apreciación de la situación sobre los resultados y una sobreestimación de las capacidades del poder ruso frente a los ucranianos. Yo tengo una visión que nada contra la corriente de la mayoría. Y lo he venido sosteniendo en todos los escritos anteriores. El tema no es el Dombás, no se trata de las repúblicas ya declaradas en independencia pro Rusia de Donetsk y Luhansk, mucho menos la parte de Crimea. Las primeras eran ya un mandado hecho. En Crimea ya ondeaba la bandera rusa, y ni siquiera Ucrania se podía justificar en argumento prioritario. Con todo ese poder militar y la disposición de la superioridad nuclear global, adicional a los tratados de seguridad colectiva suscritos en primer lugar con la organización del tratado de seguridad colectiva (OTSC) con Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Serbia como observador; y luego en el denominado Grupo de Shanghái donde están incluidos otros países del club nuclear como China, la India, Irán y Pakistán; pensar en que un riesgo a pulso con la invasión a Ucrania y el potencial militar de la segunda fuerza global, se quedaba solo en el perímetro de los 603.549 kilómetros cuadrados del país presidido por Volodimir Zelenski, sería una extravagancia de Vladimir Putin. Adolfo Hitler empezó con Polonia el 1 de septiembre de 1939, bueno, en realidad antes, con la anexión de Austria el 12 de marzo de 1938.

En el día 17 de la guerra, se ha anunciado que media docena de misiles de procedencia iraní han impactado de madrugada en las cercanías del Consulado de Estados Unidos en Irbil y en el aeropuerto de la misma ciudad, capital del Kurdistán iraquí. No teníamos conocimiento que en estos predios el mango se cosechaba.

 


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