Energía es igual a masa por la velocidad de la luz al cuadrado. La interpretación de esta famosa ecuación del Albert Einstein nos puede cambiar la concepción que tenemos del universo. Desde lo cotidiano de ir a comprar pan en la más cercana panadería hasta la determinación del origen del famoso virus global covid 19, ahora eclipsado por la guerra, pasando por todas teorías conspiranoicas del orden global. La energía como consecuencia de multiplicar cualquier masa por la velocidad de la luz al cuadrado puede adquirir un significado para cualquier trashumante terrícola. Desde que el mundo es mundo, la guerra ha acompañado a los seres humanos. Ha habido un impresionante uso de la energía humana en eso de ejercer un acto de violencia encaminada a forzar al adversario o enemigo, a nuestra voluntad. En algún momento esa energía que se dedicaba para fortalecer el musculo de guerra, se orientó a privilegiar el desarrollo y la modernización de la humanidad. Muchos de los avances científicos y tecnológicos estuvieron montados inicialmente en los laboratorios de investigación de los cuarteles. Los viajes espaciales y las computadoras son un buen referente para esto.

Trigésimo tercer taquito

En occidente nos estamos refiriendo a Vladimir Putin, el presidente de la Federación de Rusia, un país de 145 millones de habitantes, la primera potencia nuclear con 6.250 misiles estratégicos y comandante en jefe del segundo ejército global, con una superficie de 17. 125.191 (el más grande del mundo) con una subestimación olímpica. La misma que se le dio en su momento a Hugo Chávez y se le sigue dando a Nicolás Maduro. Es un antiguo policía de la extinta KGB, la agencia de inteligencia, y el más importante centro de la policía secreta de la Unión Soviética desde el 13 de marzo de 1954 al 6 de noviembre de 1991. Un tombo al decir criollo y así le decimos. Piensa y actúa como policía, y de esa manera reducimos y simplificamos al adversario mundial; como si dentro de las instituciones policiales no existieran funcionarios capaces de asumir altas magistraturas y grandes responsabilidades. Edgar J. Hoover sobrevivió al frente del FBI, a siete presidentes estadounidenses a quienes rindió cuentas con responsabilidades de Estado, incluso por encima de los ocupantes de la Casa Blanca. ¡Es un policía de la KGB! y a partir de esa expresión empezamos a trajinar el sendero del desprecio al conocimiento, al manejo de la información y su potencialidad, y le damos un insulto al verdadero trabajo de inteligencia de los organismos de seguridad del Estado al más alto nivel. No imagino a ningún general o almirante de la CIA o algún alto funcionario de la NSA o del Departamento de Estado presentándole al presidente Joe Biden un resumen de inteligencia que concluya con la peregrina expresión, Vladimir Putin es un ex policía de la KGB. Y desde esta acera criolla simplificamos un valor real con intenciones de ningunear el verdadero poder con muy poca imaginación, especialmente en Latinoamérica y en Venezuela. Tanto como si Apascasio Mata, el popular policía metropolitano de la esquina de Sociedad en el casco central de la Caracas de los años 70 y 80, en el famoso incidente donde detuvo la caravana presidencial del presidente Luis Herrera por haberse comido la luz roja, hubiera bajado de la limusina con violencia al primer magistrado, y con ese mismo impulso hubiera ocupado su asiento con un sorprendido jefe de la Casa Militar al frente. Y con esos mismos arrestos con que apretó su silbato de policía, el moreno de Panaquire le ordena al conductor, ¡Arranca Berroteràn… pa Miraflores! Un golpe de Estado de librito que hubiera dejado envidioso a Curzio Malaparte y sus técnicas. Y nos hubiéramos despachado a Apascasio Mata como primer magistrado nacional, administrador de la hacienda pública nacional y comandante en jefe de las fuerzas armadas nacionales. De repente con Apascasio en Miraflores, nos hubiéramos ahorrado el viernes negro, su relevo con Jaime Lusinchi y Blanca Ibáñez, al segundo CAP y Cecilia Matos y; obvio a Hugo Chávez y Nicolás Maduro y los 24 años de revolución bolivariana. En fin, esa superficial y ancestral costumbre de subestimar las capacidades del adversario para poder inflar las propias o las de nuestros aliados sigue privilegiando decisiones y opiniones, y dejando mal parados a los emisores con los resultados posteriores de sus sentencias sin apuntar con precisión. Mientras tanto, desde la otra acera, Vladimir Putin el ex policía de la KGB se ha mantenido en el poder de la federación rusa durante 20 años, Nicolás Maduro, el exconductor de Metrobús va por el camino de su noveno año y Hugo Chávez, un teniente coronel que rasparon en una materia de su curso de Estado Mayor se fue con la cabuya en la pata, ejerciendo el mando de la revolución durante 14 años.

Trigésimo cuatro taquito

Uno de los presidentes occidentales que más ha enfrentado a Vladimir Putin con la crisis Rusia- Ucrania ha sido el de Francia, Emmanuel Macron. Putin lo ha tenido de interlocutor en varias oportunidades. Largas y complicadas han sido las conversaciones, y los temas de la agenda muy puntuales y específicos para frenar los avances rusos en Ucrania y distender la situación tratando de llegar a un alto al fuego definitivo. La negociación directa, fundamental en el desarrollo de una guerra con posibilidades de escalar – la amenaza del uso de las armas disuasorias por Putin está aún en vanguardia – ha movilizado al ocupante del palacio de Los Elíseos con mayor diligencia y energía que los otros mandatarios de los países de la alianza atlántica. Francia que tiene una dependencia energética marginal del gas (7,61 %), petróleo (9,5 %) y carbón (30%) procedentes de Rusia, pero es uno de los principales objetivos militares si la guerra escala continentalmente. Y ya ustedes saben las consecuencias de eso. Probablemente las principales ciudades galas, París, Lyon, Marsella, etc. deben estar inscritas en los blancos programados una vez que se desencadenen contingencias como consecuencia de la escalada bélica. Estamos en guerra en el mundo. A pesar de la cercanía del proceso de elecciones presidenciales y los compromisos para mantenerse como presidente en un segundo mandato, el presidente Macron ha estado en la vanguardia de la crisis y se ha mantenido en seguimiento permanente, por delante de los demás jefes de estado occidentales. Estamos en guerra.

Trigésimo quinto taquito

Adolfo Hitler con un expediente académico mediocre, en algún momento sirvió en el ejército alemán y fue asignado al frente occidental en Francia y Bélgica, donde llegó a la jerarquía de cabo. La energía de este cabo frente al III Reich provocó una guerra mundial que arrojó como resultado entre 50 y 70 millones de víctimas. ¡Un cabo! Como si dijéramos frente a la actualidad… ¡Un policía!

Como va avanzando con tanta energía este esfuerzo bélico en Europa oriental, con la masa humana en un abultado sumario de pros y de contras sobre esos acontecimientos y en la síntesis de la situación venezolana y en cómo se intensifica en el poder la revolución ante estos episodios, me es imposible dejar pensar a la velocidad de la luz al cuadrado, que Apascasio muy bien pudiera haber tomado el poder ese día del semáforo, y después de amarrado su caballo en alguna reja de Miraflores empezar a ejercer la alta magistratura de la presidencia. Probablemente estuviéramos los venezolanos, hoy en día, mejor. Y era un policía. Es el día 15… de la guerra.


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