No es un ejercicio muy complicado imaginar las conversaciones que tendrían los jerarcas del régimen sobre cómo justificar la detención del tío de Juan Guaidó.

Juan José Márquez venía con el presidente interino cuando regresó al país, luego de su gira internacional. El régimen lo acusa de transportar explosivos, chalecos antibalas no declarados y un plan de ataque redactado en inglés en un vuelo de TAP Air Portugal que venía de Lisboa.

Aunque parezca un guion de una película, es el realismo mágico que ocurre a diario en Venezuela. Desaparecieron a Márquez y, por si fuera poco, a los jerarcas no se les ocurrió mejor idea que suspender las operaciones de la línea portuguesa TAP en Venezuela.

Poco les importa que el país esté prácticamente incomunicado, pues no hay manera de salir en un vuelo directo a ninguna parte. Apenas 8 aerolíneas mantienen sus conexiones con Caracas. Ahora se verán afectados los que tenían pasajes para los próximos 90 días con esta empresa.

La razón que esgrimen es que TAP dejó pasar los materiales explosivos. Afirman con esto que una aerolínea tan respetable como Air Portugal falló en la aplicación de los protocolos de seguridad que desde hace muchos años han aplicado con toda seriedad. Y dejan entrever con esta aseveración que los responsables de la empresa lo hicieron porque son parte entonces o se hacen de la vista gorda ante el intento de Guaidó de provocar la violencia en el país.

Todo eso es completamente falso. Primero, porque TAP Air Portugal es, como se dijo antes, una empresa seria y responsable. Segundo, y sin lugar a dudas, porque ni Guaidó ni su entorno tienen ninguna intención de introducir al país por ninguna vía este tipo de materiales para provocar violencia.

Aquí los violentos están del otro lado. Y por eso el propio gobierno de Portugal asegura que no entiende la medida del régimen de suspender las operaciones por 90 días.

Ni Juan José Márquez ni TAP hicieron nada en contra de la ley. No hay manera de justificar lo injustificable. Al tío del presidente interino deben soltarlo de inmediato y la medida en contra de la aerolínea debe ser levantada.

Una vez más lo que prueban los jerarcas del régimen es que son arbitrarios y quieren aplicar el terror.


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