La pandemia del COVID-19 ha generado una de las crisis globales más agudas de la historia contemporánea, no solo por las lamentables muertes que sigue provocando, sino también, por las dificultades sociales y económicas que deja a su paso, afectando sobre todo a la clase media trabajadora y a los sectores populares. Venezuela no escapa de esta realidad.
Los procesos de cuarentena, las semanas radicales y las restricciones han afectado la economía de miles de personas, comerciantes y emprendedores que viven de una actividad comercial que les generan un ingreso diario para subsistir y proveer a sus hogares.
Ante la situación económica que atraviesa nuestro país, la mayoría de los venezolanos no tienen la capacidad de quedarse en sus casas permanentemente para resguardarse del COVID-19, muchos se han quedado sin empleo, cada vez son más los empresarios que debido a la actual coyuntura se han visto obligados a cerrar sus empresas, adultos mayores que no tienen qué comer ni la capacidad para comprar sus medicamentos y familias enteras que se están viendo afectadas ante este panorama adverso.
Aprovecho este espacio para invitar a todos los venezolanos a ser solidarios con las personas que están atravesando por un momento difícil durante este proceso que estamos transitando como nación. Siempre habrá una persona de nuestro entorno familiar, vecinal, social o laboral que tenga una carencia o que esté pasando por un momento adverso en el que nosotros podemos ayudar con un gesto, un aporte o simplemente escuchando y dando un consejo.
Ante la situación que atraviesa Venezuela, no dejemos de ser solidarios con nuestro prójimo, como nos los encomiendan Dios y la Virgen del Valle.
Junto a nuestra Fuerza Vecinal, sigamos trabajando por Chacao.