En la sede del Museo Británico en la ciudad de Londres se encuentra un ejemplar bastante curioso producido por la imprenta Bartolomé Valdés en la ciudad de Valencia en el año 1841, titulado Reglamento de la Sociedad Patriótica de Carabobo.

Esta organización, la cual para ese momento estaba integrada por Pedro Tinoco, Manuel Cala, M. Ancízar, Gregorio Codecido, R. Wilson, Eligio Cazorla, Jun J. Maya, A. Carvallo, Ramón Montilla, Pedro Silua, Narciso Gonell, Pedro Estiquera, Raimundo Pazquez, Francisco La Hoz Zavaleta, Rafael Vidosa , Mateo Estevez, Donato Austria, Manuel Clemente Arvide, M. Escuté, José M. De Los Ríos, José Casildo Silva, Juan J. Herrera, Juan A. Camejo y Gerónimo Tinoco y Zabaleta tenía como base fundamental la meta de luchar por el bien material, intelectual y moral de la entonces Provincia de Carabobo.

Es decir, que este grupo de personas, trabajaron por impulsar todas aquellas gestiones que tuviesen como fin mejorar las condiciones de funcionamiento de esta provincia y que estas repercutieran en el beneficio de sus ciudadanos, lucharon por mantener como estandarte los valores de la moral lo cual era muy importante en una nación que apenas contaba con 11 años de creada y finalmente promocionaron todo aquello que tuviese que ver con el desarrollo del intelecto cuya base fundamental era la educación.

Cuando profundizamos sobre el mencionado reglamento, podemos ver que esta institución bien pudo haber sido la inspiración para la creación de un ente que nació poco más de un siglo después y que se le conoció con el nombre de “Instituto Científico de Carabobo”, fundado el 19 de diciembre de 1943.

Por otro lado, también llama la atención que la estructura de la “Sociedad Patriótica de Carabobo” tiene aspectos parecidos a lo que son las Academias de Historia Hispanoamericanas que nacen inspiradas de la Real Academia de Historia.

Entre esos puntos está por ejemplo la composición de sus miembros, los cuales ellos dividen en tres tipos:

  1. Socios “Numerarios”.
  2. Socios de “Mérito”.
  3. Socios “Corresponsales”.

En el caso de los “Numerarios” los mismos deben vivir en la capital de la Provincia de Carabobo (Valencia). Los de “Mérito” son los que siendo miembros o no de la sociedad obtienen un diploma por algún mérito conferido y los llamados “Corresponsales” son aquéllos que viven fuera de la Provincia e incluso fuera del país.

Esta sociedad para lograr sus objetivos dibujó sus líneas acción a través de 6 comisiones que fueron las siguientes:

  1. Redacción.
  2. Educación.
  3. Agricultura.
  4. Industria.
  5. Comercio.
  6. Caminos.

La junta directiva estaba compuesta por un presidente, vicepresidente, secretario, vicesecretario, tesorero con una duración en sus cargos de un año, los cuales eran electos por mayoría absoluta de los socios numerarios.

Para ingresar a la sociedad el candidato debe ser propuesto por dos socios numerarios y aquí hay un detalle bien simpático referente a una frase muy típica en Valencia que se refiere a que cuando algún sitio se dice “Le echaron bola negra” y siempre se ha tenido por cierta que esta es una tradición original del extinto Club Centro de Amigos, el cual se fundó a finales del siglo XIX y resulta que en el reglamento de esta sociedad en su artículo 11 establece lo siguiente:

“Art. 11. En la sesión inmediata siguiente el Secretario dará cuenta de la solicitud, y se procederá a VOTAR EN SECRETO “POR BOLAS”. Para la admisión necesitará las dos terceras partes de votos a favor: el Presidente declarará el resultado de la votación. 

A ningún socio le es permitido manifestar cuál fue su voto”.

Otro dato interesante de esta organización es que dirigía un semanario que tenía el nombre de El Siglo, el cual era manejado por la Comisión de Redacción cuya suscripción era obligatoria para todos los socios y si los gastos de impresión superaban el presupuesto el diferencial tenía que ser cubierto por los socios.

Y en cuanto a las demás comisiones se puede observar que tenían funciones bien importantes y lo que revela que era una institución que trabajaba con mucha seriedad.

Por ejemplo, la Comisión de Educación tenía entre sus tareas visitar las escuelas y colegios, informar sobre el estado de las mismas, procurar que los alumnos tengan los mejores textos para estudiar y llevar las estadísticas de la gestión educativa en la provincia.

Las demás comisiones también tenían funciones muy específicas e interesantes que de seguro ofrecieron importantes aportes, por lo que en relación a lo revisado anteriormente bien podríamos decir que la “Sociedad Patriótica de Carabobo” fue una institución que colaboró de forma decidida y con profundidad para hacer de nuestra región un sitio de desarrollo y progreso en el que sus residentes obtendrían una mejor calidad de vida y por supuesto también estimula a iniciar una línea de investigación sobre el tema  y que de seguro nos ofrecería información muy interesante.


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