En el mapa mental de la semana pasada exploramos el lado izquierdo del dibujo, que corresponde a las perspectivas para comprender a la política. Hoy enfocamos el contextode la derecha del gráfico, englobado bajo la etiqueta de ‘situación total’, constituida por las fuerzas//tendencias, los eventos y los actores. Esta caracterización ha sido tomada de la reflexión seminal de una dama poco leída en nuestro país, Mary Parker Follett, quien dice en DynamicAdministration: “El dirigente no es solo un jefe de personas, sino de algo que estamos aprendiendo a llamar ‘la situación total’. Ella incluye los hechos presentes y potenciales, las aspiraciones y fines y las personas… ver la situación como un todo y la interrelación de todos los aspectos…[requiere] ver la situación en evolución, la situación en desarrollo… Normalmente a esta visión de futuro la llamamos ‘anticipación’. Pero anticiparse quiere decir más que prever o predecir, significa mucho más que hacerle frente al contexto, significa crear la nueva situación”.Los actores relevantes pueden comprenderse mediante la secuencia voluntad-influencia-poder-ética derivada de Scoto, Maquiavelo y Kant. Para el franciscano, la genuina política es configurada cuando es pensada desde la naturaleza de los eventos propiamente políticos que son configurados mediante la voluntad de actores participantes, un querer-hacer autodeterminado que necesita orientarse por el Bien Común: la voluntad política necesita de una mancomunidad de actores que preserven el espacio público. Maquiavelo enfatiza la influencia de actores en la configuración de las relaciones de poder, verdadera constitución del espacio político que es pensado más allá del plano discrecional por la visión de constituir los ordini, es decir, un espacio público capaz de superar la mera ambición de actores interesados para que el principado, o la república, perdure a los eventos calamitosos en el tiempo. Es Kant quien coloca el requisito fundamental de la ética del deber (actuar siempre desde un Imperativo de carácter universal, no discrecional), elaborada desde las premisas explícitas del Contractualismo: todo marco de leyes expresa, al menos, las instituciones de la promesa y confianza públicas; pero, siempre, las reglas transitivas del Derecho requieren de la fundamentación de las reflexivas o éticas, sin las cuales las leyes tienden a configurar el mero ámbito de la eficiencia jurídica.

Las cuatro fuerzas o tendencias,que intervienen para conformaruna situación y sus posibilidades de cambio, pueden identificarse con la ayuda del IChing: fuerzas de la sacudida, de lo venidero, directivas y estabilizadoras. Son, por supuesto, arquetipos, que permiten iluminar un modo de comprender la situación total para actuar con sabiduría.Las fuerzas o tendencias de la sacudida alteran lo constituido mediante dos maneras: mediante un movimiento que sacude o por algo que penetra, poco a poco, lo establecido. Las fuerzas o tendencias de lo venidero se expresan cuando la energía del cambio es manifestada, en la situación mediante dos posibilidades: enfrentando el peligro o cayendo en la dependencia. Las fuerzas o tendencias directivas representan los actos de constitución de la realidad humana, implicando elecciones y acciones por parte de quienes asumen una responsabilidad. Las fuerzas o tendencias estabilizadoras son aquellas que mantienen lo concebido, mediante dos vías: cuando hay limitaciones reconocidas o  cuando no hay movimiento, es decir, cuando no hay cambios. Nótese que las fuerzas venideras y de la sacudida son de carácter transitivo; mientras que las fuerzas directivas y estabilizadoras son de carácter reflexivo, humano.

Los eventos, de carácter interno o externo,pueden clasificarse en rutinarios, eventuales, repetitivos, contingentes y persistentes. La distinción interno-externo depende de la mirada de los observadores, pues es la expresión de lo que consideramos propio o externo. En general, bajo una reflexión abarcante, dicha distinción desaparece como es el caso de la problemática ecológica planetaria: el problema es de todos y la sostenibilidad es una visión a ser asumida.

De la ponderación de todos los componentes de la situación total emergen categorías para ponderar sus tipos posible: pacífica, anticipable, controlable, confusa, conflictiva y desesperada. Nótese que quisiéramos vivir en los tres primeros tipos de situación total, pero la incertidumbre que aportan los actores relevantes, la velocidad de los eventos y las tendencias imperantes complejizan toda situación. Así estamos inmersos en situaciones confusas, conflictivas y desesperadas que, en términos políticos, exigen más acción lateral que jerárquica, más coordinación que mando personalizado, más rectoría y regulación que control discrecional.

En situaciones desesperadas es cuando más  hay que asumir la calma para proseguir pues la distinción transitivo-reflexivo ayuda en este caso como oposición: los problemas están ‘allá afuera’, en nuestro interior debemos fomentar la reflexión en equipos mancomunados orientadosmediante una visión, estrategias y organización del esfuerzo definidos mediante mecanismos de consenso. “La desesperación no escoje los medios que la sacan del peligro” (Simón Bolívar, Carta al Editor-Gaceta Real de Jamaica, sept. 1815).

 


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