1. Cuando Chávez ganó las elecciones y llegó a Miraflores, apenas controlaba el Ejecutivo. Conservaba ministros y altos funcionarios de Caldera, más que en señal de gratitud era expresión de que todavía no había encontrado dónde le apretaba el zapato. Era el personaje bocón que se aproximaba a gozarse el producto de su arrojo y ambición. Pronto, con la constituyente, se dejó de hacer carantoñas al orden existente y se lanzó al control directo de los poderes públicos nacionales, disolvió el Congreso y lo empequeñeció con su congresillo, se agarró el Tribunal Supremo, y comenzó con las vivezas electorales, con el “Kino” que le quitó peso a la votación opositora y le dio exceso a la gubernamental.
  2. Una vez que hubo tomado el control de los poderes nacionales se lanzó al asedio de los poderes regionales y municipales. También intentó cambiar o crear de un solo viaje unas 40 leyes que le daban un control completo de varias áreas, ya con una Asamblea Nacional que controlaba sin rubor. Sin embargo, los resortes democráticos del país se soltaron y llegaron las protestas en todo el país y de los más variados sectores. Chávez reaccionó con la represión, hasta llegar a la fase del pitico y la expulsión de los trabajadores de Pdvsa. La reacción ciudadana fue feroz, la de los militares también y vino el 11 de abril de 2002. Chávez renunció, salió, vació el poder o lo que fuera y… regresó.
  3. Cuando Chávez vuelve el 13 de abril, asustado e inseguro, comienza a calibrar a sus enemigos y sus propias fuerzas; así se inicia, después de breves y tragicómicos arrepentimientos, la degollina. Una a una va capturando instituciones fundamentales del Estado: Fuerza Armada, Pdvsa, Banco Central, entre las más relevantes. Las captura en un doble sentido: controla no solo el nivel superior sino que se lanza a lograr que hasta los bedeles, sargentos y office boys sean rojos-rojitos; y también promueve lo más importante: el cambio de sus objetivos y naturaleza institucional. El nombre de esas organizaciones sigue, pero encubre la metamorfosis hacia el monstruo que luego serán.
  4. No se queda allí Chávez sino que avanza con un diseño que estaba parcialmente plasmado en su fallida reforma constitucional de 2007, cuyos ejes eran la reelección presidencial indefinida y el Estado comunal. La derrota de la propuesta en el referéndum solo sirvió para aplazar su vigencia: al año siguiente en un referéndum chimbo logró la aprobación de la reelección y el Estado comunal ha sido implementado progresivamente por los caminos verdes, al crear tortuosos mecanismos de falsa participación social.
  5. El proyecto fue el control de la sociedad civil. Así se puso en marcha el arrebato contra los medios de comunicación por la vía de la confiscación, expropiación, compra, cerco o robo en descampado. También el control del aparato cultural del Estado así como sus actividades de promoción del deporte. Más adelante avanzó en el control de la educación, pública y privada; en el camino han destruido la pública y aplanado la privada. Sin dejar de mencionar el bloqueo a la Iglesia Católica bajo el intento de dominarla.
  6. Como resultado, se ha construido un sistema bajo el chavismo-madurismo. Un régimen que ha integrado, de grado o por fuerza, a porciones crecientes de la sociedad y sus agentes. Al margen de las voluntades, su fuerza ha sido de tal naturaleza que ha logrado la constitución de un sistema orgánico, con piezas que cuadran como en un rompecabezas, y si no cuadran, con unos martillazos lo hacen. Hay agentes que se revuelcan allí porque piensan que no hay nada que hacer; otros lo hacen gozosos porque encuentran el nuevo nirvana según el cual, si a ver vamos, si uno no se mete con ellos, ellos no se meten con uno; o los más, no tienen opciones si quieren seguir en el país.
  7. Ese sistema ha soldado muchas de sus piezas entre sí, ha aceitado las bisagras y se ha constituido en un espacio de dominio total. Al menos, eso creen muchos. Como si ya no hubiese nada que hacer. Ha logrado crear su propia oposición, que es la que adversa no al régimen sino al gobierno, pero se integra al sistema como pieza de su funcionamiento. Sobre todo, aparte de seguros de vida y de mantenencia, tiene la libertad total dentro de la jaula, mediante la aceptación de las reglas de juego sea que las consideren invencibles, inevitables o solo alterables con el concurso de quienes las imponen.
  8. Sin embargo, la masiva destrucción institucional y la constitución de un entrelazado entre el área política de los rojos, las unidades militares y policiales incondicionales, los grupos criminales que controlan porciones del territorio, hace que la base de sustentación del madurismo sea incierta. Toda su estructura es un armatoste sobre una estructura de lava burbujeante, que cuando aflore puede llevarse al régimen en un santiamén. No es seguro, pero es posible. Las contradicciones de una estructura que no permite la respiración de la mínima disidencia acumula una presión que tiende a hacerse insostenible en coyunturas imprevistas.
  9. La libertad no llegará por casualidad, pero quienes luchan por ella deben estar sólidamente preparados apenas brote el olor a sulfuro de las profundidades y los perros toquen todos, al mismo tiempo, a lamento. Allí será, otra vez, el instante.

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