Sócrates, Platón y Aristóteles

La mitología griega habla de un hombre llamado Diógenes de Sinope o Diógenes el Cínico (412 a. C.), quien con una lámpara deambulaba en busca de un hombre, hoy quizás los venezolanos andamos buscando un hombre con la moral y ética que nos salve del inframundo que es esa corruptela en que nos han hundido.

Esta semana saltó un nuevo escándalo, escándalos que ni sorprenden ni escandalizan a nadie. Como dicen, se ha perdido la capacidad de asombro. La denuncia del desvío por un lado de 3.000 millones de dólares y por otro, en esta alocada sumatoria, de hasta 23.000 millones de dólares, ya que al final, no se sabe en definitiva cuanto ha sido lo birlado; cifra que representan mucho más de lo que podrían ser las reservas internacionales. La respuesta ha sido “por allá va el ladrón”; es herencia de la IV República y males de capitalismo.

Esa cifra no se pierde de la noche a la mañana, ni lo pierden 4 empresarios infiltrados, ni los nuevos 11 chinos de expiatorios como el de Recadi. Donde estaban las instituciones del Estado, para donde veían las Gerencias de Comercio y Suministro de Pdvsa que hacía la contraloría interna de Pdvsa y la Contraloría General de la Nación.

Son preguntas que, como Diógenes, se hacen los venezolanos. La respuesta es falta de “ética”, de quienes asaltaron los cargos públicos, las empresas del Estado y más grave de quienes pretenden o aspiran dirigir al país, palabra que para algunos representa solo cinco letras, tres vocales y dos consonantes para adornar los discursos populistas.

¿Como con un bloqueo unilateral?, se logra producir, exportar y desaparecer, en una cuenta rápida, el equivalente a 460.MM/b durante un periodo de 12 años a un promedio de 50 dólares el barril. Saquen la cuenta y verán.

Aunque el desconocimiento de la norma no justifica su incumplimiento, parodiando la máxima, podríamos decir que el desconocimiento de los hechos y la historia no justifica su ignorancia. Hasta ahora las respuestas de los voceros oficiales han sido verdades a medias o verdades mal intencionadas, con fines solo políticos y no ejemplarizantes. Pareciera que la misión cubano–venezolana “cumplió su objetivo y le devolvió la vista al gobierno y se dieron cuenta de la corrupción viene desde los tiempos de Pdval y el Plan Bolívar, la cual se ha venido carcomiendo las entrañas de la ética y moral dentro de la revolución, como si fuera una más de las siete plagas de Egipto

La lucha contra la corrupción que hoy el gobierno denuncia como una bandera política a las puertas de unas elecciones, ya en los tiempos de Sócrates, Platón o Aristóteles, la política era entendida como la prolongación natural de la ética.

Sin pretender ser Nostradamus, ni profeta, ni predictólogo, difícilmente se puede construir las instituciones de un país, sin que sus ciudadanos sean respetuosos de la normas, las cuales Platón en su concepción de la ciudad ideal, el objetivo de la vida del hombre no puede reducirse a la satisfacción de sus necesidades materiales, por lo que pone como piedra angular el rechazo a lo crematístico, hoy exhibido groseramente por una clase privilegiada, distanciada de lo que prometió en su momento el líder ya ido.

En tal sentido, quizá el problema no solo sea diferenciar y decidir entre las dos éticas citadas (ideal y crematística), sino también elegir entre la vía de la Ética clásica y la vía de la política, como parece deducirse de la obra de Maquiavelo, cuando los líderes justifican los medios para alcanzar sus fines, el poder por el poder. En este contexto, Sócrates (399 a. C.) pone, en el centro de la reflexión filosófica, no al cosmos y la naturaleza, sino al hombre, quien debía desarrollar su conocimiento interno, puesto que esa reflexión era la que le permitiría dirigir su forma de vida hacia el bien.

Este paseo por el pensamiento grecorromano, como origen de nuestra civilización no tiene la intención de impartir una clase de ética a los políticos, pero sin ética difícilmente se podrá salvar este país a las puertas de ser un Estado fallido, aunque se tengan las reservas petroleras más grandes del mundo.

El escándalo de Pdvsa, no es nada nuevo, el negocio petrolero ha sido muy apetecido, por los amigos de los caminos verdes para hacerse de millones de los verdes. Uno de los primeros casos se dio recién nacionalizada la industria petrolera con los “petroespías” por el manejo de información privilegiada; pero ni pensar que dicha operación tuviera las dimensiones del actual robo a los venezolanos. 23.000 millones de dólares no se pierden ni en un día, ni en una semana, ni en un año, ni es cosa de dos santos inocentes. Hasta ahora los aparentes indignados dicen “caiga quien caiga”. Preguntamos dónde estaba la Contraloría Interna de Pdvsa, dónde estaba la Gerencia de Comercio y Suministro, donde estaba la Contraloría General de la República. La erradicación de este cáncer convertido en metástasis requiere de una voluntad política y de tiempo en el espacio con el cambio de paradigma de dos o más generaciones.

Los modelos de desarrollos esta definidos; los recursos financieros existen, la tecnología y el know-how no son problema, la cuestión es que sin valores éticos en el liderazgo no hay salida posible.

Para Max Weber la ética política se desarrolla en tres escenarios de la acción política: primero, las acciones e instituciones políticas vinculadas a lo que Weber concibe como Ética de la responsabilidad (el ser de la política). Aquí todos son culpables, menos los verdaderos culpables; segundo, los valores e ideales políticos ligados a lo que Weber concibe como Ética de las convicciones o de conciencia (el; deber ser), que nunca lo es; y tercero, la posibilidad de cambiar o transformar las realidades políticas presentes mediante la acción pública (el poder ser), sin ser. Sin duda, tales elementos como ejes conductores de la política, condicionan la acción pública, adelantada por los dirigentes políticos, tipificados por Weber como “políticos profesionales”, siendo el componente activo en la acción pública; como por la ciudadanía que Weber concebirá como “pueblo”, siendo los espectadores en el circo.

 


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!