Alimenta la Solidaridad es una de las ONG que ha sido hostigadas por el régimen | Foto AP

La definición de una organización no gubernamental es simple. Un grupo sin interés de lucro se organiza para trabajar en favor de un objetivo que generalmente beneficia a muchas personas. No tienen filiación partidista o simpatía política, pero lo más importante es que no están ligadas a ningún gobierno. Por esa razón, para financiar su trabajo acuden a otras instituciones similares fuera o dentro de su país. También hacen actividades para recaudar fondos.

Hay miles de organizaciones no gubernamentales a escala mundial y casi todas operan de la misma manera. Lo que es más importante, se ayudan entre sí. Las hay de diversos intereses, pero con profundo arraigo social, pues generalmente se dedican a defender lo indefendible, lo menos visto, lo pasado por alto, lo abandonado del interés de las cúpulas del poder.

Es una labor noble y riesgosa, porque siempre su acción está en el filo de una navaja. Le surgen muchos enemigos porque va en contra de los intereses preestablecidos de grupos de dinero o de poder. Es la única manera que tienen para defender al que lo necesita. Siempre son perseguidos, vigilados, pero también son premiados y reconocidos.

A un régimen totalitario le duele la actividad de estas organizaciones. Sobre todo porque estos sistemas son narcisistas y egocéntricos. Estas dos características definen muy bien a ciertos personeros rojitos a los que les molesta que otros se lleven los laureles porque realizan acciones que debieron hacer ellos (como la vacunación contra el covid, por ejemplo). Pero además porque el trabajo de ciertas ONG revela los puntos flacos de los que usurpan el poder.

También en países democráticos funcionan organizaciones de defensa de la democracia o de la libertad de expresión, lo que sucede es que no hacen ruido porque, aunque están vigilantes, no tienen nada que denunciar. Las ONG que defienden los derechos humanos existen en países que tradicionalmente respetan a sus ciudadanos, pero solo alzan su voz en los que se dedican a oprimir a la gente.

Con todo lo anterior, no hace falta mucha explicación para lo que pretenden instaurar en Venezuela, una camisa de fuerza que además aprieta y sofoca. De eso se trata el registro que pretende levantar el régimen de todas las ONG en la oficina contra la “financiación del terrorismo”. Para los jefes del régimen es terrorismo la defensa de los más necesitados, de los torturados, de los presos políticos, de los enfermos, de los niños desnutridos. Todo eso lo interpretan como acciones en su contra, porque los exponen como lo que son, incompetentes, despóticos, violadores de derechos humanos y totalitarios.

Hay que salir en defensa de las ONG que han dado la cara por cada venezolano que sufre, porque sin esa legión de voluntarios el sufrimiento sería mayor.


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