Ser papá es una labor comprometida que se construye día a día y que brinda muchas satisfacciones. La figura paterna tiene una gran influencia en los hijos, por lo que debe involucrarse de manera activa y continua tanto en su desarrollo físico, como emocional. De allí la importancia de fortalecer los vínculos comunicativos y afectivos. Sin duda, se requiere voluntad, paciencia y mucho amor, pues esta responsabilidad se aprende poco a poco, con base en las experiencias.

Con anterioridad, la figura paterna era vista únicamente como el proveedor de la familia desde el punto de vista económico, pero eso ha cambiado porque la mujer de hoy comparte el rol de madre con su participación en el mundo laboral. Esto hace que el padre actual deba estar más involucrado con las necesidades afectivas de sus hijos, para que así establezcan una compenetración que ayude a modelar rasgos positivos en su personalidad, tan importantes en las decisiones que tomarán a lo largo de su vida.

No es fácil determinar cuáles son las virtudes que identifican a un papá responsable, activo y preocupado por brindar lo mejor a sus hijos, especialmente en este mundo de hoy tan exigente. Entre los principales atributos se encuentran convivir con sus hijos tiempo de calidad haciendo actividades que disfruten mutuamente, como juegos, excursiones, deportes o conversaciones sobre temas de interés mutuo.

Así mismo, demostrar el rol de autoridad que deben cumplir ante ellos estableciendo límites, expresando comprensión, evitando los castigos físicos, proporcionando recompensas adecuadas. Igualmente, asumir un correcto comportamiento en su rol de guía, sin duda, fortalece el respeto y los valores que se desean forjar.

Por otra parte, debe consolidar una relación basada en demostraciones de amor, tomando en cuenta sus emociones, tratando de entender su personalidad y sus errores.  Esto permite motivar a sus hijos a ser mejores, a superar esos obstáculos para alcanzar sus metas y que demuestre confianza en sus padres.

También se hace oportuno guardar un comportamiento apropiado, que sea percibido por sus hijos como un modelo digno a seguir, en cuanto al fortalecimiento de sus valores personales y a su actuación en la vida. Evidentemente, el padre es una referencia masculina en la familia, que debe ser adecuada, para que los niños y jóvenes puedan formarse una identidad correcta.

La gran tarea de un papá debe responder a las necesidades de sus hijos, guardando un equilibrio entre la orientación, la disciplina y la diversión.  Va más allá de cumplir con lo que le corresponde, en cuanto a sus compromisos económicos y al sustento familiar. Debe guardar armonía, para cubrir las necesidades afectivas de ellos, basadas en sentimientos de amor, de afecto y de entendimiento, sin dejar de desempeñar su rol de guía. Pero, sobre todo, se requiere su presencia durante la infancia y a lo largo de su vida, así como, demostrar una actuación acorde con principios familiares íntegros, para que pueda ser un adecuado modelo.


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