Nunca, debemos olvidar la importancia de agradecer diariamente, por todas las experiencias vividas, por existir, por contar con personas valiosas para nosotros, que nos inspiran, así como, por las bendiciones recibidas día a día. Es muy nutritivo, que de manera habitual reflexionemos sobre las diversas vivencias, sobre las satisfacciones y aprendizajes, incluso cuando han sido el resultado de  momentos   desfavorables.

Es propicio, reflexionar a diario en positivo sobre las oportunidades que tenemos de vivir a plenitud, las cuales, si las asumimos sonriendo, de forma optimista, forjando nuestra propia versión del mundo, con mucha fe, podemos lograr la armonía que necesitamos. Con esa actitud y pensando, que cada circunstancia es parte de un universo y de un aprendizaje, se lograrán materializar las mejores cosas de la vida, permitiendo a su vez,  el crecimiento personal que deseamos.

Todos los días se aprende algo nuevo y tenemos la oportunidad de reafirmar nuestros compromisos como individuos, para que así,  nos podamos identificar con esos retos existentes y sintamos el empuje requerido para seguir adelante. Además, es necesario recordar que a lo largo de nuestro camino, contamos con la libertad de tomar las mejores decisiones en beneficio de nuestro crecimiento y bienestar.

Debemos tener presente que, para vivir plenamente es importante valorarnos a nosotros mismos, agradecer quienes somos, reforzando el amor propio, para que nuestra voz interna crea en las capacidades y virtudes, que nos caracterizan. Es la mejor manera, de crear ese pensamiento positivo requerido para defendernos de cualquier crítica o circunstancia que nos quiera afectar.

Cuando se agradece, se abre la mente y el corazón, de manera que recibimos gratificaciones, recompensas y motivos para ser más dichosos. Esto, no sólo lo sentiremos nosotros mismos, si no que también, irradiaremos ese positivismo hacia los demás.

De esta forma, observamos cómo el bienestar de los individuos está directamente conectado con las manifestaciones de agradecimiento, pues, simplemente se trata de reconocer o apreciar lo bueno de la vida. Por eso, es tan importante instaurarlas en nuestros hábitos rutinarios, ya que, permiten sobreponerse ante los obstáculos y brindarle más relevancia a lo bueno.

Sin duda, esta actitud orientada a agradecer ayuda a atraer las cosas buenas de la vida con la energía positiva que esto genera, así, se puede fortalecer la confianza en  nosotros mismos, pues nos permite pensar que somos merecedores de lo mejor y además, facilita que construyamos una experiencia positiva  de la vida.


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