Ilustración: Espacio Público

Nueva ola de terrorismo de Estado azota a la sociedad civil en Venezuela

La violencia política tiene dos formas básicas, la legítima y la ilegítima. Las rebeliones populares son acciones de violencia política legítima, y el terrorismo de Estado es violencia política ilegítima. Hoy el chavismo ha pasado de reivindicar su nacimiento producto de la violencia política legítima a la versión más vulgar del terrorismo de Estado o la violencia política más ilegítima que se haya vivido en el país en los últimos tiempos.

Evidencia de la afirmación anterior se encuentra en varios eventos que han sucedido estos últimos día con mucha intensidad: El Sebin intenta ingresar a taller sindical de Provea en YaracuyConatel bloquea la página web de El Carabobeño, cierran en Cojedes la emisora de radios Class 98.7, nuevamente Provea es víctima de acoso junto a promotores sociales de todo el país en el evento organizado por Movimiento Unidos por el Agua y Provea, Foro por “El derecho al agua”.

Y la tapa del frasco es el secuestro y privativa de libertad contra Nelson Piñero por tuitear contra el gobierno de Maduro.

Esto, sumado a algunos eventos que empiezan a suceder de manera más sistemática y evidente, visibilizando contradicciones y disputas de parcelas económica y de poder entra las tendencias mafiosas del chavismo en el poder, dejan claro que la nueva ola de terrorismo de Estado es consecuencia de algunos síntomas de inseguridad que viven las cúpulas de la autocracia kakistocrática madurista.

El colofón de esta situación es el escenario en desarrollo de un conflicto bélico en puertas. El último escenario de las salas situaciones de Chávez ante una pérdida de legitimidad irreversible lo ha empezado a desarrollar Maduro, poniendo en evidencia que sólo un hecho sobrevenido podría colocar en el poder y uno de mayor magnitud lo puede mantener de manera aparentemente legítima. En este sentido, sólo el rescate del territorio del Esequibo podría darle un nuevo oxígeno a Maduro, y ellos no solo lo saben, sino que trabajan para eso, fuera del escenario diplomático.

Sirvan estas alertas para poder generar escenarios más asertivos por parte de aquellos que desde una visión democrática deseamos lograr el cambio de sistema en Venezuela.

«Consenso por un nuevo país»

En medio del agotamiento de la sociedad venezolana ante el conflicto estéril, la legítima rebelión fracasada por aplastamiento y la ausencia de una conducción política opositora unida, eficiente y eficaz, nace una alternativa política y social que busca no solo demostrar que es posible ponernos de acuerdo como iguales, sino que es posible dejar las diferencias a un lado mientras trabajamos en fortalecer una verdadera agenda común por el país.

Consenso, en el medio de su diversidad ideológica y de experiencias dentro de las organizaciones que la componen al nacer (Vanguardia Popular, Movimiento Democracia e Inclusión (MDI), Movimiento 132, Hombre por la Equidad e Igualdad, Sirtrasalud, Distrito Capital y Organización Cultural Toromayma, e individualidades de sectores gremiales, sindicales, académicos y de pequeñas y medianas empresas), tiene como reto demostrar que se puede coincidir en el método democrático.

Sectores de izquierda, de centro liberal, chavistas, exchavistas, opositores radicales, demócratas, y opositores decepcionados han decidido abrir un espacio alternativo, expresión de ese 80% que no se ve expresada en las organizaciones políticas y sociales clásicas.

Esperamos con gran expectativa sus próximas acciones y estaremos presentes este miércoles en el foro sobre el tema del Esequibo que han organizado.


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