María Carolina Uzcátegui

A medida que se acerca el 22 de octubre, los acontecimientos van anunciando el clima y los personajes van dejando ver sus intenciones. Como es natural, tanto la gallardía como la basura  ya comienzan a aflorar.

Las advertencias y anuncios más o menos velados, pero cada vez más insistentes, preanuncian la posibilidad de que todo el proceso colapse como resultado de alguna decisión del Tribunal Supremo, la cual se rumora ya está preparada y lista para ser publicada en el momento que más convenga a Miraflores.

El repulsivo programa conducido por el Sr. Cabello lleva días advirtiendo a la candidata que ya se perfila como ganadora con aquello de “no te vistas porque no vas”.  Se ve a las claras que en ese espacio el conductor goza de la total impunidad que le garantiza un sistema dictatorial que ya no se disimula. Aquello de la Ley contra el Odio ha quedado claro que solo se aplica a quienes adversan al gobierno, mientras que los que lo glorifican tienen abiertos los espacios sin restricciones y si algún periodista se atreve a salir un poco del libreto ya es claro que le espera el despido “como corcho de limonada”, según pudo comprobar hace unos días el periodista Seir Contreras de Globovisión, convertida hoy en vocera incondicional del oficialismo.

Tiempos aquellos cuando este y otros opinadores expresábamos nuestros pareceres con libertad en acreditados programas en ese mismo canal como  Aló Ciudadano, Buenas noches y otros, aunque tampoco ello estaba exento de riesgos, tal como lo comprobó quien esto escribe la noche del  1º de junio de 2009, cuando fui secuestrado saliendo de Globovisión por quienes  avisaron que el “trabajito” era un encargo ordenado por quienes no aprobaban “las muchas p….” que hablábamos por televisión.

Hoy las esperanzas están puestas en un proceso que nos consta que está siendo llevado con minuciosidad y transparencia por la Comisión Nacional de Primaria que preside nuestro antiguo alumno y siempre amigo Jesús María Casal, acompañado por otros ciudadanos de comprobada honorabilidad. También sabemos que los inconvenientes que enfrentan en esa labor no son solo los que coloca la dictadura, sino también los que son aportados por los mismos partidos en cuyo nombre se adelanta todo el proceso. A la hora de escribir estas líneas acabamos de conocer el contenido de la conferencia de prensa  que adelantó la señora Uzcátegui, cuya confusa agenda política queda aún más oscura a medida que nos preguntamos cómo fue que llegó a la vicepresidencia de la comisión.

No es de extrañar, pues, que algunos precandidatos ya estén mostrando sus apetencias inspiradas tan solo en su interés y no en el de la democracia a la que dicen aspirar. Las inhabilitaciones, las normas del orden de sucesión si dichas inhabilitaciones se mantienen, los que son reticentes a comprometerse seriamente en los acuerdos requeridos para ofrecer percepción de seriedad, los que anuncian o dan a entender que se presentarán a la elección general  por fuera de la Plataforma Unitaria (Rosales, Er Conde del Guácharo, Ecarri y algún otro), más todos los obstáculos que se irán inventando y colocando en el camino como el más reciente expresado en la constitución de un nuevo Consejo Nacional Electoral, cuyo presidente es nada menos que el mismo  señor que en su anterior condición de contralor de la República ejercida hasta el día antes, firmó o avaló las inhabilitaciones que afectan a los dos precandidatos que mayor intención de voto acumulan. ¡Zamuros cuidando carne!

Resulta triste constatar cómo casi todos los precandidatos, menos María Corina Machado, han ignorado a los varios millones de votantes que residen en el exterior cuyos votos pudieran igualar o superar en número al de los electores de muchos estados del país, así como también se ha ignorado el clamor de varios millones de jóvenes que habiendo cumplido los 18 años requeridos para la inscripción en el Registro Electoral encuentran que el mismo lleva años cerrado tanto para ellos como para quienes requieren actualizar su domicilio, en el país o en el exterior.

Lo que es absolutamente evidente es que quienes usurpan el gobierno estirarán la cuerda hasta el máximo evaluando el posible costo político de una condena o aislamiento internacional frente a la posibilidad de tener que entregar el poder y enfrentar los tribunales nacionales e internacionales, siendo que en estos últimos el ambiente ya viene anunciando malas perspectivas, como es el expediente en la Corte Penal Internacional, los casos que comienzan a aparecer invocando el principio de la “justicia universal” como el que acaba de introducirse en Argentina, los pedidos de extradición y los procesos por lavado de fondos, etc. La sola evaluación de esas alternativas parecería suficiente para requerir un urgente lavado de interiores de los afectados.

Sin embargo, así como lo expresado hasta aquí es relevante para nosotros venezolanos, triste pero necesario es reconocer que el tema Venezuela no solo ha dejado de ocupar los titulares preferenciales de los medios y las conversaciones con funcionarios extranjeros, sino que ya se ha convertido en un fastidio, especialmente para quienes han visto una y otra vez cómo la mismísima oposición es una bolsa de gatos que en nada se asemeja a la conducción preclara que llevaron aquellos verdaderos estadistas que, sin renunciar a sus parcialidades, fueron capaces de poner el interés de la patria en el primer lugar apuntalando así las mejores cuatro décadas que Venezuela ha vivido en toda su historia (1958-1998).

Desde estas líneas rendimos homenaje de agradecimiento y admiración a aquellas personas e instituciones que, conociendo el riesgo, han ofrecido sus espacios privados para poder llevar adelante el evento del 22 de octubre sabiendo que habrá Lista Tascón, “colectivos” y demás represalias abiertas o encubiertas que forman parte del arsenal de una dictadura.

@apsalgueiro1


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