En junio de 2023, Moisés Naím, nuestro pensador y columnista de rango global, publicó un artículo titulado «Dictadores sin salida» en el que señala que uno de los grandes debates de nuestro tiempo es cómo se trata a los dictadores. El artículo forma parte del último libro de Naím (Lo que nos está pasando, publicado por Debate de Penguin Random House en marzo de este año). «En decenas de países hay un choque frontal entre quienes solo aceptan la salida incondicional y el eventual enjuiciamiento y condena del dictador y sus secuaces y quienes están dispuestos a aceptar horribles concesiones con tal de establecer una democracia», escribe el celebrado columnista.
Ese es el trance en el que se encuentran los demócratas venezolanos en la víspera de un proceso electoral que puede, o no, conducir a la redemocratización del país.
El contexto mundial no es halagador para las democracias y, por tanto, tampoco para los procesos de virar de las autocracias a las democracias. El informe de 2022 del enorme programa de investigación Variedades de Democracia (V-dem), que tiene su sede en el Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), indica que 72% de la población mundial (5,7 billones de personas) vive bajo regímenes autocráticos. El informe en español se puede consultar en este enlace con el Instituto de Ciencia Política de la Pontificia Universidad de Chile, que aloja el centro de V-dem para América Latina.
El resumen ejecutivo del informe de V-dem señala que el nivel de la democracia en el mundo ha retrocedido al nivel de 1986, con la caída más drástica en la zona de Asia-Pacífico que vuelve al rango de 1978. Por primera vez en dos décadas hay más autocracias cerradas (28% de la población mundial) que democracias liberales (13% de la población). Y destaca un nuevo récord: 42 países están en vías de autocratización, con 33 del año anterior, es decir de 2021.
V-dem ha publicado siete informes, el último, al que se hace referencia, se titula Resistencia a la autocratización, una batalla en la que se va cuesta abajo. Sus apreciaciones, calificaciones y conclusiones son el resultado del análisis de la friolera de 31 millones de puntos de datos de 202 países sistematizados desde 1789 en adelante. El nombre de Venezuela aparece en el fondo y en rojo -un color a gusto del régimen en el poder- para indicar, junto a otras naciones, que se está frente a un proceso de autocratización sustancial.
Al identificar lo que atacan los autócratas en el mundo hay un retrato hablado de nuestra situación:
+ Aumento de la censura a los medios de comunicación y de la represión de las organizaciones de la sociedad civil. También disminuye la libertad académica en más de 25 países en vías de autocratización.
+ Desinformación, polarización y autocratización se refuerzan mutuamente.
En este contexto de retroceso, ocho naciones muestran avances democratizadores: Bolivia, Moldavia, Ecuador, Maldivas, Macedonia del Norte, Eslovenia, Corea del Sur y Zambia. También hay datos esperanzadores en los últimos tres años del informe en República Dominicana, República Checa, Malawi, Gambia, Honduras y Seychelles.
En esas recuperaciones democráticas ha habido cinco elementos clave: movilización popular a gran escala, el Poder Judicial revierte la toma del Poder Ejecutivo, una oposición unificada que se une a la sociedad civil, las elecciones como eventos críticos que producen alternancia en el poder, y apoyo y protección internacional.
Naím remataba aquel artículo de 2023 expresando que “El mundo tiene que volver a aprender el arte y la ciencia de salir de un dictador”. ¿Estamos en eso en Venezuela?