Tres meses después de su instalación, la Comisión Nacional de Primaria anunció ayer la fecha del domingo 22 de octubre como el día para la elección de la candidatura única de la oposición venezolana.

Después de esa fecha, dijo Jesús María Casal, presidente de la comisión, empezará una etapa nueva: «Ganar las presidenciales de 2024». Faltan cerca de 250 días para la primera alcabala, que pueden ser muchos o pocos, en el que la oposición tendrá que resolver asuntos de suma importancia.

Casal –destacado profesor de Derecho Constitucional y decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica Andrés Bello– no vaciló en calificar la realización de las primarias como un desafío. Un desafío que tendrá que vencer las «muchas incertidumbres» que rodean el proceso y no han desaparecido –como apuntó–, también superar una «desesperanza inmune a razones» y convencer a la ciudadanía –porque las primarias estarán abiertas a todos los venezolanos en edad de votar– de que se haga dueña del proceso. «Hoy ponemos las primarias en manos de los ciudadanos», afirmó Casal.

La oposición venezolana tiene experiencia en la realización de primarias nacionales. Lo hizo en 2012 para decidir igualmente sobre la candidatura presidencial y también sobre quienes aspirarían a gobernaciones y alcaldías en todo el país. Fue un éxito rotundo en el que participaron más de 3 millones de electores, una cantidad impensada y récord para este tipo de procesos voluntarios dentro de las organizaciones políticas, no solo en Venezuela sino incluso a nivel regional.

Fue allí donde salió electo Henrique Capriles Radonski, que luego compitió en dos elecciones presidenciales: en 2012 contra Hugo Chávez y en 2013 contra Nicolás Maduro.

El país es otro 11 años después, más pobre, más adolorido, más desamparado ante la ley y con una diáspora que apenas empezaba entonces. También el clima que rodea a la oposición es otro: 2012 marcó un punto de inflexión con la aparición de un liderazgo emergente que sintonizó con amplias capas sociales; 2023 empezó con evidente discordia entre las principales y aún así modestas organizaciones políticas de la oposición por el celebrado, y a la vez, frustrado gobierno interino.

Casal definió claramente los dos componentes fundamentales del mandato de la Comisión Nacional de Primaria: conducir el proceso hasta la realización de las elecciones y hacerlo de tal modo que su legitimidad salga reforzada por la ilusión del cambio.

Que renazca la ilusión del cambio compromete a todos. Compromete a la sociedad civil organizada: asociaciones, gremios, sindicatos, partidos. Y compromete a un liderazgo que necesita transmitir –sin duda alguna– que primero está Venezuela. Que primero está el bien de la gente.


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