La Unión Soviética (hoy conocida como Rusia) siempre fue un imperio autoritario, desde los zares, pasando por el comunismo, por el duro estalinismo, hasta la “moderna” Rusia que no cambia de dirigentes hace más de veinte años. Supieron siempre manipular la opinión pública interna y externa con noticias grandilocuentes de sus “logros”, muchos de ellos cuestionados.

Rusia está conformada por una gama de pueblos hermosos, de gente bella y solidaria, pero siempre aplastada por el peso de oligarquías zaristas, comunistas, estalinistas y ahora de los nuevos ricos que lograron adormecer al país sin libertad ni democracia, a la usanza occidental.

Los nazis les ocasionaron una pérdida de vidas humanas incomparables con otras guerras, más de 20 millones de soviéticos (rusos en su mayoría) perecieron en manos del régimen nazi (1939-1945). Tienen marcada su sociedad por el sufrimiento comunista, nazi, estalinista. Es un sino contra el bello pueblo ruso: no poder vivir en felicidad sino en constante zozobra.

Competir contra Estados Unidos fue su “norte de vida”: en su vano empeño lanzaron, después de los gringos, la bomba atómica. Sus “éxitos” en la carrera espacial contra Estados Unidos tampoco fueron significativos. Sencillamente no llegaron a la Luna, como los gringos lo hicieron en 1969.

Su sociedad no llegó a los avances de progreso, bienestar y tecnología que los que llegó hoy en día Estados Unidos. La economía rusa es como un poco menos que la economía de un solo estado norteamericano, Texas. De manera que la “competencia” de dinero entre Rusia y Estados Unidos no existe. La billetera estadounidense no tiene fin. El Estado ruso es anticuado, burocrático y eso se refleja en sus fuerzas militares que no tienen el equipo, preparación ni tecnología de este siglo.

Hoy están, nuevamente, en competencia. Esta vez contra Ucrania, un pequeño país vecino al que no pueden derrotar tras seis meses de pretendida “invasión”. Y no pueden vencerla, ni lo harán, porque no tienen el dinero y la tecnología para ello. La dirigencia rusa sigue creyendo que estamos en los cuarenta o setenta donde se vencían guerras con hombres en el campo de batalla, olvidaron los dos factores más importantes de una guerra moderna: dinero y tecnología.

Eso sí, hacen gala de su abuso, matonaje y permanente violación de derechos humanos, tanto de sus propios ciudadanos, cuanto de Ucrania.

Como no les está saliendo bien el plan de apoderarse de Ucrania van a molestar a Europa amenazando con “cortar” el suministro de gas natural, vital para el sistema eléctrico de los perezosos europeos que en tanto tiempo de bonanza y prosperidad no supieron construir una matriz energética propia confiable y alejada de matones como Putin.

Si bien es cierto el suministro de gas ruso a Europa es significativo, tal amenaza es un bluff o bluf, dependiendo como quiera usted escribirlo.

Tienen un cordón umbilical entre Rusia y Europa (el gasoducto Yamal-Europa) que transporta gas ruso a Europa. Tiene una longitud de más de 4.000 kilómetros. Cruza Bielorrusia y Polonia, hasta terminar en la capital más vibrante de la industria, banca y comercio de Europa: Frankfurt, Alemania.

La amenaza de corte de gas a Europa no pasa de ser un engaño, o blef porque no pueden cortar su gas y destinarlo a China o la India, porque no tienen los gasoductos conectores necesarios para esas multimillonarias operaciones. Y no tienen el dinero para financiar tales proyectos.

Siendo así, el capitalismo de Alemania es el principal cliente de Rusia en Europa; de momento en tanto los alemanes, siempre innovadores y de vanguardia, pongan la cantidad de dinero que sí tienen rebosando en sus arcas privadas y públicas y generen proyectos de independencia energética. Cuando eso ocurra Rusia no tendrá dónde acomodar su gas y será un proveedor marginal, si es que no juega con reglas de mercado.

En medio de este teatro de engaños y blefeos -o como se escriba- otra de las tonterías fue que Putin ordenó que el gas ruso sea pagado en rublos a los que considera «países no amigos». Contablemente esta operación es un desmadre, un desastre, porque la propia empresa gasista rusa, Gazprom, tiene que reconvertir sus operaciones contables a rublos, de manera que cualquier impacto de esa medida no será ni significativo ni importante.

La Unión Europea ha dependido en gran medida de envíos de gas de compañías privadas de Estados Unidos y Noruega para llenar el vacío de volúmenes de gas que dejó Rusia.

Pero hay adicionalmente otras buenas noticias para asegurar la independencia energética europea, si es que invierten coordinadamente en los próximos años: un nuevo descubrimiento de gas natural frente a la costa meridional de Chipre.

Según el Ministerio de Energía de Chipre ese “bolsón”(reservorio) de gas natural en sus costas podría contener 700 millones de metros cúbicos de gas (pozo Cronos-1 a 160 kilómetros de la costa, dentro de la zona exclusiva de Chipre), descubierta por la multinacional ítalo francesa Eni-Total.

En las costas de Chipre están trabajando poderosas compañías como ExxonMobil, Qatar Petroleum, Chevron y otros socios como Shell y la israelí NewMed Energy que están invirtiendo para asegurar nuevas fuentes de provisión de gas para Europa en los próximos años y dejan de depender de oligarquías autoritarias como Putin y sus amigos.

Entonces habrá gas para que Europa esté caliente en invierno y fresca en verano, pero hay que invertir y adicionalmente seguir promocionando inversiones y proyectos en renovables.

Pero sigamos con el engaño o blef ruso que adicionalmente a lo comentado consiste en que sencillamente no tienen mercados, así como lee. No tienen dónde almacenar el gas natural que están quemando en algunos de sus campos. No tienen capacidad de almacenar ni nuevos mercados donde acomodar volúmenes que eventualmente cortaría a Europa.

Empezaron una frenética quema de gas. Aunque esto es habitual en las plantas de procesamiento, normalmente por razones técnicas o de seguridad, lo que viene ocurriendo en Portovaya alarma a los expertos de la industria energética europea: «Nunca había visto que una planta de GNL quemara tanto», afirmó Jessica McCarty, experta en datos de satélite de la Universidad de Miami (Ohio).

El motivo principal de esa quema de gas es el señalado por el embajador alemán en Reino Unido, Miguel Berger, que aseguró a todos los medios de prensa que esta inusual quema “es prueba de que los esfuerzos europeos por reducir la dependencia del gas ruso estaban teniendo un fuerte efecto en la economía rusa». Y además, por la frase lapidaria que muchos expertos comparten: «No tienen otros lugares donde vender su gas, así que tienen que quemarlo».

Otra teoría esgrimida del porqué los rusos están quemando su propio gas en vez de venderlo y lograr dólares para su maltrecho ejército es que la tecnología de explotación de los campos de gas rusos es tan anticuada que prefieren quemar el gas en vez de “cerrar” o “apagar” la planta por temor a no lograr volver a ponerla en marcha, dada la obsolescencia de sus tecnologías.

Otra hipótesis apunta a que la compañía rusa Gazprom habría intentado utilizar el carburante para fabricar GNL en la nueva planta, pero podría haber tenido problemas para tal proceso de conversión de gas a líquido (LNG) y, por ello, ha optado por quemarlo. «Este tipo de combustión por tanto tiempo puede significar que les falta algún equipo», explicó Esa Vakkilainen, profesora de ingeniería energética de la Universidad LUT de Finlandia.

Debido al embargo comercial, por los abusos que Rusia comete contra Ucrania y la convivencia global, Rusia no puede fabricar las válvulas de alta calidad que se necesitan en el procesamiento del petróleo y el gas. Y, reiteramos esta tesis sostenida por expertos de mayor calidad y rango del que escribe: tampoco tiene dinero para construir, acomodar fábricas o máquinas o tecnología de punta para que su industria petrolera-gasista esté en los niveles de la gran industria energética norteamericana.

“Gracias” a esa quema deliberada de gas están liberando al medio ambiente unas 9.000 toneladas de CO2 equivalente cada día por esta combustión, lo que contribuye a ensuciar el medio ambiente, peor calidad de aire y contribuir a complicar los niveles de calentamiento.

Entonces, no es tal la amenaza rusa. No es posible que puedan cumplir sus amenazas a 100% porque se perjudicarán a sí mismos. El mundo cambia diariamente y la tecnología avanza y ellos están sin dinero y sin la mejor tecnología.

Foto: Ruleta rusa, fuente: Google

@ BorisSGomezU

 

 


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