Rubén González es un preso de los militares en Venezuela. Sindicalista de 61 años, ha sido encarcelado dos veces como castigo a su lucha en el sector público. En 2014, luego de un juicio de 5 años por organizar una huelga, se le declaró inocente de todos los cargos. Para 2018 lo vuelven a detener arbitrariamente y en 2019 un tribunal militar lo condena a 5 años y 9 meses de prisión. Alegan que el líder obrero habría “ultrajado” a las Fuerzas Armadas. Como en la caricatura de Zapata, a la revolución le gusta la sociedad civil pero firme y a discreción.

Trabajador de la Ferrominera, ex militante del partido oficialista y creyente evangélico, exigir derechos laborales le ha costado la libertad y la salud. Rubén sufre enfermedades crónicas que no son debidamente atendidas y según sus familiares, comparte celda sin ninguna  protección para prevenir el contagio de covid-19. Actualmente es el único civil preso en un ala militar de la cárcel La Pica. Sin embargo, para un sector de la izquierda internacional, Rubén no existe en el mapa de las víctimas de violaciones de derechos humanos.

Ese deliberado silencio de sectores afines con la revolución bolivariana evidencia una vergonzosa complicidad con los captores del líder obrero. El periodista Andrés Cañizalez, con ocasión a la jornada XXV del Foro de Sao Paulo, refirió el término izquierda caviar para señalar a quienes dicen ser progresistas, pero en realidad viven en una burbuja de confort, distantes del pueblo y de las víctimas que dicen reivindicar. Rubén González es un hombre de izquierda ignorado por gran parte de la izquierda.

Las instancias de derechos humanos más importantes del mundo se han pronunciado a favor de Rubén. La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, rechazó su condena. La Comisión de Encuesta de la OIT recomendó su liberación y la de Rodney Álvarez, otro sindicalista sin juicio justo. El Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias de la ONU calificó de arbitraria su privación de libertad y las condiciones de reclusión. Amnistía Internacional lo ha declarado “preso de conciencia”.

Los caviares han soslayado el caso y mirado hacia otro lado. Así como existe el abuso policial y racial en Estados Unidos, la violencia posconflicto en Colombia, la represión en Chile, Ecuador y Brasil; también existen las graves violaciones de derechos humanos contra líderes sociales de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Existen los Rubén González. Así pretendan invisibilizarlos.

@carlosdpatino


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