En enero de 1959 Fidel Castro arribó a Caracas en su primer viaje oficial —tras su ascenso al poder —para pedirle petróleo a Rómulo Betancourt, quien en ese momento era el presidente de Venezuela. La respuesta del artífice de la democracia al guerrillero cubano fue precisa: “Si quieren petróleo tendrán que pagarlo”, esto enfureció y frustró al tirano. Tras ese evento pasaron muchos años hasta que Fidel pudo tener carta blanca sobre nuestro crudo, a costa de la pobreza del pueblo venezolano; para entonces la democracia que en otrora fue un ejemplo para el mundo se encontraba gravemente herida a manos de Hugo Chávez.
El vínculo entre Cuba y Venezuela se podría definir como históricamente karmático. Aquel año de 1959 Fidel Castro agradeció el apoyo de armas, respaldo político y dinero, recibido de Betancourt —de acuerdo con la información publicada en diarios como el ABC de España y El País— durante los tiempos de combate en Sierra Maestra. Paradójicamente Fidel llegó a convertirse en el destructor de nuestra institucionalidad. Su injerencia fue total, aún antes que Chávez y Maduro llegaran al poder, dio entrenamientos y armas al movimiento guerrillero venezolano y orquestó múltiples acciones desestabilizadoras en nuestra nación, siendo las más mencionadas dos desembarcos cubanos en territorio venezolano, uno el 24 de julio de 1966 y el otro en 1967 conocido como el desembarco de Machurucuto, ambas operaciones fueron neutralizadas.
Con total con descaro, Castro le solicitó en 1959 un total de 300.000 barriles diarios de petróleo a Betancourt, pero el líder democrático le exigió por adelantado el pago de su precio en valor internacional, hecho que causó molestia al revolucionario. También el gobierno de la Unión Soviética solicitó a Venezuela ayuda petrolera para Cuba sin obtener respuesta favorable.
El dictador cubano pretendía solucionar los desastres que había provocado en su país, a expensas de nuestros recursos y sin pagar por ellos, como no lo pudo lograr en ese momento inició una conspiración con el objetivo de poner una ficha suya a cargo de Venezuela.
Al principio las posturas ideológicas entre el presidente de Acción Democrática y el dirigente cubano guardaban ciertas afinidades, sin embargo la realidad y el tiempo los alejaron diametralmente.
Desde el principio el comandante guerrillero empezó a dar muestras de totalitarismo y de un talante antidemocrático, por esta razón aquel año de 1959 el líder adeco hizo una advertencia cuando Raúl Castro y el Che Guevara querían visitar a Venezuela: “Si vienen, se van a regresar en el mismo avión que los trae”.
El padre de Acción Democrática se convirtió en un ferviente anticomunista. En 1961 Venezuela rompió relaciones con Cuba, ese año también Kennedy visitó a Venezuela, además en 1962 Rómulo apoyó a Estados Unidos en la crisis de los misiles.
En estos tiempos en los que Rusia amenaza con desplegar sus bases en Venezuela para intimidar a Estados Unidos, es bueno recordar que durante la guerra fría las cosas eran muy diferentes, porque el gobierno democrático de nuestro país llegó a movilizar un submarino y dos destructores, para ser utilizados contra la URSS si realizaban una ofensiva desde Cuba.
El dictador de Cuba odió a Betancourt hasta el punto de que varios historiadores coinciden en que fue el autor intelectual del atentado realizado en su contra, tan solo unos meses después de no poder lograr sus pretensiones de obtener petróleo gratuito.
Con Carlos Andrés Pérez se restablecieron las relaciones entre Cuba y Venezuela y se inició una relación comercial con la que Castro recibió petróleo. Se firmó un acuerdo de entrega de 20.000 barriles diarios y la factura fue pagada por la URSS. Este suministro se amplió en el segundo gobierno de CAP.
Aquel encuentro de Fidel Castro y Rómulo Betancourt en 1959 fue tenso y áspero y sirvió como ejemplo de cómo un estadista no cedió ante las pretensiones de un oportunista cuyos ojos siempre estuvieron puestos sobre nuestros recursos naturales. Lamentablemente, el régimen cubano logró su cometido 40 años después y se ha mantenido y lucrado de Venezuela, gracias al chavismo, quienes siguen regalando nuestras materias primas, mientras hipotecan al país para obtener beneficios personales.
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