A lo largo de su historia republicana, Venezuela no había padecido una crisis tan horrible como esta que experimentamos con la “revolución bolivariana”. Eso explica que muchos compatriotas crean que los acontecimientos actuales son únicos; diferentes a todos los que han ocurrido en el mundo, desde los tiempos más remotos. Así piensan, por lo general, quienes han tenido raíces permanentes en un país y desconocen el amplio acaecer que registra la historia universal.

Lo cierto es que, a lo largo de los siglos, los eventos, comportamientos y leyendas se repiten en uno y otro lugar con disfraces diferentes pero con actores y actuaciones parecidas que no dejan de llamar la atención de los estudiosos e investigadores. Guardando las distancias correspondientes, así ocurrió con Robin Hood, esa figura legendaria que fue convertida en arquetipo del bandido desprendido y dadivoso que dirige su lucha contra los malos y poderosos, y además ayuda desinteresadamente a los oprimidos.

Dicho personaje es en realidad producto de una serie de baladas inglesas que fueron escritas entre fines del siglo XIII y el siglo XV. El bondadoso bandido era descrito entonces como un rebelde que se escondía en un bosque cercano a Nottingham y que era perseguido por la máxima autoridad policíaca. Pero eso no era todo. Robin era un verdadero experto en el tiro con arco y estaba dotado de una gran agilidad. Esos dones singulares los engrandecía con su desprendimiento: junto con sus leales seguidores, robaba a los ricos terratenientes y a los enriquecidos de manera indigna, y entregaba gran parte de lo obtenido a los más pobres. Su leyenda fue más tarde reformulada por el prolífico escritor escocés Walter Scott (1771-1832), cuando publicó su obra maestra que lleva por título Ivanhoe.

La leyenda anterior extiende sus hilos hasta nuestros días y explica en parte que Carlos Luis Revete, alias el Koki (o Coqui), goce de protección de un número nada despreciable de habitantes de la Cota 905, quienes lo tienen como un benefactor. Este sorprendente personaje comenzó a destacar en 2014 cuando se hizo público que era lugarteniente de la organización que dirigía Jesús Ramos (el Chavo), figura clave en la aparición de las “megabandas”, esto es, pandillas urbanas que imitan a las carcelarias de entonces.

A comienzos de 2015, luego de la muerte de Ramos en un enfrentamiento que tuvo con funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), el Koki tomó las riendas de la banda y celebró acuerdos con otras organizaciones delictivas que operan acá en Caracas con el claro propósito de limitar las acciones de la policía. Junto con lo anterior alcanzó un logro mayor: la Cota 905 fue incluida en el programa de “Zonas de Paz” patrocinado por el gobierno de Nicolás Maduro.

Como producto del mencionado programa, las autoridades nacionales cedieron el dominio territorial de dicho espacio a las organizaciones criminales, a cambio de que estas controlaran la violencia. La luna de miel se extendió hasta julio del mismo año, cuando el conductor de Miraflores puso en práctica la Operación Liberación del Pueblo, la cual, en su primera incursión en la Cota 905 dejó un saldo de quince muertos, de los cuales solo seis tenían antecedentes criminales.

En 2017 se escribió un nuevo capítulo de esta rocambolesca historia: producto de sus malas prácticas, la policía de la Cota 905 fue retirada, lo que le permitió a Revete incrementar su poder de fuego. De esta manera, su grupo alcanzó un poderío cercano al de las fuerzas de seguridad del Estado.

Al logro anterior hay que añadir otro avance relevante. Se cree que actualmente el Koki coopera con dos figuras del mundillo del delito caraqueño: Carlos Alfredo Calderón Martínez, alias el Vampi, y Garbis Ochoa Ruiz, alias el Garbis, lo que le garantiza a ese grupo criminal el control de un territorio de casi 20 kilómetros cuadrados en el suroeste de Caracas.

Hasta el pasado mes de abril, la banda del Koki ha mantenido enfrentamientos casi semanales con bandas rivales y con organismos de seguridad del Estado en zonas colindantes con la Cota 905. Esas confrontaciones ponen de manifiesto que él sigue adelante con sus planes de expansión. Además, como ya señalamos, el peculiar personaje cuenta con el apoyo de muchos vecinos de la zona que ya tiene bajo control. Siendo así, este delincuente habría alcanzado el estatus de Robin Hood tropical.

Solo faltaría que la revolución bonita ponga a un lado su truculenta oferta de 500.000 dólares por la cabeza de su bandido estrella y con más poder en Venezuela, y -entre los “ilustres escritores revolucionarios” que todavía le quedan- escoja al epígono de Walter Scott que redactará la vida y obra de este prócer de los bajos fondos.

@EddyReyesT

 


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