El presidente Uribe, en un tweet, el pasado 3 de mayo sabiamente expresó: “Resistir revolución molecular disipada: impide normalidad, escala, copa”. Obviamente, como todo tweet del presidente, este se convirtió en tendencia, pero sobre todo enardeció a los comunistas y compañeros de camino de esta ideología, que como es corriente se lanzaron en una campaña ominosa contra Uribe, con los usuales apelativos de paraco y fascista. Como es usual también, no hubo una contraofensiva de los demócratas liberales apoyando a Uribe, siempre lo dejan solo. También como es usual, el debate se basó en generalidades y superficialidades, sin ir al fondo del asunto y mucho menos, analizando las bases ideológicas del fenómeno. Es precisamente esto lo que pretendo realizar en estos dos artículos dedicados a la revolución molecular disipada.

La revolución molecular disipada es un concepto ideado por Felix Guattari. Él fue un influyente filósofo y pscicoanalista francés, académico y activista socialista del siglo XX. Discípulo de Lacan, extiende los conceptos psicoanalíticos al campo social y político, fundador del CERFI y de la revista Recherches, fue un precursor del apoyo político a movimientos sociales como el feminismo y LGTBI y destacado ideólogo del movimiento de Lula, la causa palestina y los obreristas italianos.

Por revolución molecular disipada, Guattari entiende la forma de revolución que sería triunfante frente al neoliberalismo dominante mundialmente a finales del siglo XX. Según él, “con altas y bajas, se está gestando un nuevo panorama político, donde ese tipo de lucha no constituye ya una vanguardia, una minoría… un nuevo proletariado, constituido por desempleados, por obreros especializados, trabajadores emigrados, los assistes, etc., tendrá su lugar en la lucha y un lugar fundamental”. Guattari constata que los trabajadores ya no son socialistas, sino que están imbuidos de la práctica social del capitalismo y que los partidos de izquierda y los sindicatos, ya no son revolucionarios, sino socialdemócratas.

De allí que Guattari, influenciado por el Gramscismo, postule una nueva forma de revolución comunista:

“Pero las principales consecuencias giran en torno a otros intereses, y que son la forma, como están incidiendo en la política estas nuevas trasformaciones para hacer y generar violencia. En este sentido, el modelo aplicado como consecuencia de la convulsión social se enmarca en lo que se conoce como “revolución molecular disipada”, que es un modelo del construccionismo creado por Félix Guattari, destinado a conformar un sistema teórico práctico de carácter estratégico, orientado a superar el referente teórico del “socialismo real”, como una nueva política revolucionaria. Esta diseña un diagrama o plan de acción para la construcción del poder sistemático, como un proceso integral y permanente de territorialidad, desterritorialización, reterritorialización y nueva territorialización”. (Steven Gustavo Romero Mier: “La democracia y la participación de las Fuerzas Armadas frente a las convulsiones sociales en los países de América Latina”, Revista de la Escuela Superior de Guerra Naval, Julio – Diciembre. Año 2019, Vol. 16, Nº 2, pp. 32 – 52).

Guattari, indica pues que la vía para destronar al régimen  democrático liberal, es a través de una nueva forma de revolución, que básicamente está basada en la lucha de los nuevos movimientos sociales, que apelarán a la violencia, pero sin una organización piramidal, con modos de lucha diversos, orígenes y contenidos diversos, pero con el fin último de la derrota del régimen dominante en el mundo, el democrático capitalista, que por la globalización pasó a ser mundial y que el llama capitalismo mundial integrado (CMI). La fórmula organizacional de esta revolución, es la de la insurgencia violenta en acciones sistemáticas, coordinadas más no dirigidas por un solo liderazgo, que copiaría el modelo molecular de la materia y que no se concentraría en un solo foco sino en acciones cronológicas y espaciales dispersas, de allí su nombre de revolución molecular disipada. (Guattari, F. (s.f.). Destruir la Cultura y al Hombre para «desconstruir» la sociedad. El Neomarxismo. Recuperado de http://23neomarxismo.blogspot.com/2011/04/64-felix-guattari.html).

La base conceptual de esta revolución fue ampliamente analizada por Guattari en diversas obras, realizaremos a continuación una brevísima descripción de la misma. Para Guattari, la revolución molecular disipada, es un proceso que busca la apropiación y expropiación de la subjetividad de los sujetos, a través  de la destructuración del sistema del poder dominante que alcanzará una nueva sociedad con un“poder social diferente”, principalmente anticapitalista y antimperialista. Para  Romero Mier, “este efecto dará como respuesta nuevas máquinas de guerra revolucionaria, plasmada en una lucha de clases sociales, que actúan como fisuras o quiebres dentro del sistema de poder imperante. Este proceso se ejecuta a través de una violencia fundadora, que redefine los derechos del hombre y sobre todo el control y la dirección del inconsciente social… el Sistema Revolucionario Molecular (SRM) intenta llevar a cabo un nuevo modelo de acción revolucionaria horizontal, que traiga como consecuencia de manera gradual y cotidiana, disposiciones y conductas que puedan alterar el estado de normalidad social del sistema dominante, con el objetivo de ser derogado, sustituido y sobre todo sature al ciudadano común por la falta de servicios públicos, bajo el principio de “seguir la ley de no obedecer la ley” (op. Cit.).

Para Guattari, la globalización del capitalismo produce factores de resistencia que producirían procesos de diferenciación permanente, que él llama revolución molecular, puesto que: “los procesos de revolución molecular no fueran retomados en el nivel de las relaciones de fuerza reales (relaciones de fuerza sociales, económicas, materiales) pueden comenzar a girar en torno a sí mismos como procesos de subjetivación en estado de implosión, provocando una desesperación que puede llevar incluso al suicidio, a la locura o a situaciones de ese género . La cuestión micropolítica es la de cómo reproducimos (o no) los modos de subjetivación dominantes.  (Guattari, F.: Micropolítica, cartografía del deseo, 2006,p154-55).

Traduciendo a Guattari, la revolución molecular disipada es una máquina de guerra revolucionaria, que pone a disposición de los nuevos movimientos sociales un medio de resistir al régimen democrático liberal, con autonomía, que a través de un “rizoma” active la violencia revolucionaria, que tiene como finalidad la implantación de un nuevo orden social anticapitalista.

Para Guattari, la esencia fundamental de esta revolución es que: “Hay que estimar que lo esencial de esa crisis mundial (que es, al mismo tiempo, una especie de guerra social mundial) es la expresión de la gigantesca ascensión, por toda la superficie del planeta, de toda una serie de sectores marginados. Centenas de millares de personas viven con hambre, y no sólo eso, sino también centenas de millares de personas no pueden reconocerse en los cuadros sociales que les son propuestos. Esa crisis de los modelos de vida, de los modelos de sensibilidad, de los modelos de relaciones sociales, no existe sólo en los países «subdesarrollados» más pobres. Existe también en amplias corrientes de masas de los países «desarrollados” (idem p 217). Todo esto generará una “Crisis que podríamos llamar también de guerra —una guerra mundial— con la diferencia de que no se trata de una guerra atómica (a pesar de que esta posibilidad no está excluida), sino una sucesión de guerras locales siempre en torno a ese eje Norte-Sur. (Ibidem, 220)

Guattari plantea como problema fundamental de su reflexión ideológica: “¿Cómo imaginar, entonces, máquinas de guerra revolucionaria de nuevo tipo que logren injertarse, al mismo tiempo, en las contradicciones sociales manifiestas y en esta revolución molecular?” (Guattari, Félix: Plan sobre el planeta. Capitalismo mundial integrado y revoluciones moleculares , 2004, p69). Cómo él responde a esta pregunta será tema de nuestro próximo artículo.


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