La súbita reacción de la ideología exagerada va a llenarnos de cuantos males nos faltaba, o más bien los van a completar. Todo el mundo va a entregarse al torrente de la demagogia y ¡desgraciados los pueblos! Y ¡desgraciados los gobiernos!” Simón Bolívar

Repasando la lectura de uno de los libros de mi autoría: Simón Bolívar, ideario y pensamiento”, llegué a la conclusión de que quienes se dicen ser bolivarianos, además de socialistas y marxistas, y por ende comunistas, son simplemente unos falaces mercantilistas de la política, pues no hallaron otra manera de engañar al pueblo, sino utilizando el nombre del padre de la patria y Libertador de nuestro país y otras cuatro naciones, en su mentada revolución socialista del siglo XXI, para alcanzar sus oscuros propósitos de perpetuarse en el poder.

Esta suerte de franquicia con la que abusan día a día en nombre de Bolívar, sobrepasa todos los límites, pues no contentos con ello, comparan a Chávez con el Libertador en sus vocinglerías políticas, mensajes, cuñas televisivas, radiales y publicidad oficial en los medios con los que cuenta (periódicos, televisoras y radios), lo cual evidencia una contradicción con el pensamiento de Bolívar, enemigo de la adulación y el reconocimiento. Bolívar lo dijo:”No creo ninguna cosa tan corrosiva como la alabanza: deleita el paladar pero corrompe las entrañas”.

La democracia no solo es un sistema sociopolítico, institucional, régimen jurídico, división de poderes, coexistencia de mayorías y minorías, consenso, disenso, acuerdos, gobierno electivo y demás, no es un mecanismo para que los gobiernos asuman y se atribuyan poderes fuera de su contexto. Bolívar lo dijo: “El hombre de honor no tiene más patria que aquella en que se protegen los derechos de los ciudadanos y se respeta el carácter sagrado de la humanidad: la nuestra es la madre de todos los hombres libres y justos, sin distinción de origen y condición”.

En Venezuela, desde hace 21 años se ha constituido un régimen ideológico, jurídico y político, en el que se excluye la protesta y la expresión del descontento de cualquier sector social, pues la visión particular que tienen los partidarios del llamado socialismo del siglo XXI es una idea uniforme de cualquier decisión y acción gubernamental, lo que explica que Maduro, heredero del difunto Chávez, de quien se considera su hijo, excluya la protesta social y los derechos de las minorías, y reprima con violencia inusitada como en todos estos días, cualquier manifestación. Bolívar lo dijo: “Hablo de Venezuela, mi querido país. Esta consideración me ocupa noche y día; porque contemplo que el primer desorden que allí nazca destruye para siempre hasta la esperanza, porque allí el mal será radical y penetra luego a la sangre”

La vida de cientos de jóvenes venezolanos, es la dolorosa cuota del trágico saldo de las acciones de calle de la oposición desde que se instauró el régimen comunista. Sus muertes ocurrieron por manifestarse en contra de un movimiento autoritario basado en los ejes de la supresión del pluralismo político, que exige la creación de un partido único, obediencia de las masas, la concentración del poder y el control de los medios de comunicación. Bolívar lo dijo: “Dios no puede aprobar la violencia de sus propios principios, de sus leyes fundamentales; por el contrario, Dios ve con horror el crimen de la usurpación, de la tiranía”

Impacta desde todo punto de vista la crítica y difícil situación a la que hemos llegado. Venezuela cayó en una espiral del desastre, que si fuera solo material podría incluso ser aceptado, pero se trata de la esencia humana, privación de libertades, derecho solo al silencio, prisión y al final de todo, muertos y heridos únicamente por querer expresarse y protestar. Bolívar lo dijo: “La ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la libertad, la traición por el patriotismo; la venganza por la justicia. Semejante a un robusto ciego que instigado por el sentimiento de las fuerzas marcha con la seguridad del hombre más perspicaz y dando en todos los escollos no puede rectificar sus pasos”.

El populismo y la demagogia han hecho metástasis en el cuerpo social de los venezolanos. Rudiger Dornbusch acuñó el término “populismo macroeconómico” tras analizar lo que pasó en Chile y en Perú con Alan García y más tarde en Argentina (gobierno de Menem) y los Kirchner, y ahora en Venezuela desde que llegó al poder Chávez y le sucedió Maduro. Bolívar lo dijo: “La Hacienda Nacional no es de quien os gobierna. Todos los depositarios de vuestros intereses deben demostrar el uso que han hecho de ellos”

La privativa de libertad de mujeres y hombres enjuiciados por tribunales sujetos al control del Poder Ejecutivo, que pagan largas injustas condenas de cárcel, tras sentencias impuestas por jueces rojos rojitos, pone en evidente entredicho a la verdadera justicia. Bolívar lo dijo: La disminución del mal es un bien, y este bien debe premiarse en cuanto sea compatible con el decoro del gobierno, que es en lo que consiste la mayor dificultad para poder ejercer la clemencia”

La sociedad venezolana requiere urgentemente de un reacomodo institucional verdaderamente democrático, ajeno al diálogo que demagógicamente invoca Maduro en los actuales momentos, porque se ve perdido ante los últimos acontecimientos que están ocurriendo a lo largo y ancho de todo el territorio nacional., y por el fracaso de ciertos tecnicismos socialistas impuestos por los hermanos Castro desde Cuba. Bolívar lo dijo: “Mi sentir es que la libertad de los venezolanos depende de las virtudes, de la moderación y del amor a la gloria del ciudadano que, por sus talentos y grandes acciones, adquiera la confianza de sus compatriotas y una grande influencia sobre ellos, si emplea estas ventajas solo en enseñarlos a ser libres, dándoles el ejemplo del respeto y la obediencia debida a las leyes, que aseguren los derechos de sus conciudadanos para que sean respetados de todos”

La Iglesia venezolana ha tenido un papel preponderante en las más duras etapas de la vida de la República, desde su nacimiento. Bolívar lo dijo: “El clero secular y regular; los monasterios de religiosas, los funcionarios, los viejos, los niños, los pobres, las mujeres y hasta los moribundos se han acercado a mi enajenados y me han abierto su corazón. Yo no he hallado en esto el lenguaje de la lisonja, sino la expresión del candor y del sentimiento de los bienes que trae consigo la libertad”.

Coartar la libertad de expresión mediante canallescos artilugios jurídicos, que dificultan el otorgamiento de papel a los medios impresos del país y el encarcelamiento de numerosos periodistas en los últimos días, y el reforzamiento del aparato comunicacional del régimen, que cuenta con 5 televisoras de cobertura nacional y más de 540 comunales, 4 periódicos de circulación nacional, y un número ilimitado de semanarios, quincenarios, folletos y pasquines, no es otra cosa que pretender acallar la corrupción a todos los niveles, el desabastecimiento de alimentos, la crisis hospitalaria, la falta de insumos y medicinas, la inseguridad y la galopante corrupción entre tantos males que aquejan al ciudadano común, sin distingos ni clases sociales. Bolívar lo dijo: “No dejen ustedes de escribir en las Gacetas de Colombia, pintando la monstruosidad de estos perversos, y la modesta generosidad de nuestra comportamiento. Pueden Uds. explayarse sin temor alguno de ser desmentidos”.

Llamarse bolivarianos usando el nombre del padre de la patria y Libertador no es sino un inescrupuloso ejercicio de ignorancia, pues la mentada revolución del siglo XXI contraría el espíritu democrático que a lo largo de su fructífera vida puso de manifiesto Simón Bolívar, quien hoy día debe estar revolcándose en su lecho mortuorio, pues no basta leer sino sus pensamientos para comprender con indignación cómo se engaña a un pueblo que ignora el fruto de su sacrificio, en aras de la hoy menguada libertad. Bien lo dijo: “Con mi nombre se quiere hacer en Colombia el bien y el mal, y muchos lo invocan como el texto de sus disparates”.

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