Programa de mujeres indígenas emprendedoras del Delta Amacuro con Tierra Viva. Foto: Tierra Viva (foto: https://es.mongabay.com/2024/01/desafios-ambientales-venezuela-presidencia-2024/ )

Parafraseo de Pablo Kaplún Hirsz

La reconocida periodista Lorena Meléndez el pasado 12 de enero publicó en Mongabay Latam un artículo que todo venezolano -y también cualquier ambientalista de cualquier ciudadanía- debería tomar en cuenta: Los  “desafíos ambientales para Venezuela deberían ser parte de la carrera a la Presidencia en 2024”. Claro, vale señalar que a estas elecciones no se les ha fijado fecha definitiva.

Parafrasearemos lo recogido por Meléndez: Es imperativo que los candidatos no olviden abordar los problemas ambientales. Estados Unidos decidió levantar las sanciones al comercio de oro y petróleo de Venezuela, siempre y cuando las elecciones se lleven a cabo de manera democrática. Algunos de los temas clave que deben ser considerados son la protección de la Amazonía contra la destrucción, la expansión del coral invasor conocido como unomia, y la disputa por el territorio del Esequibo. Además, las organizaciones civiles que se dedican a la protección del medio ambiente en Venezuela están sufriendo por la falta de financiamiento.

Si finalmente se miden oficialismo y oposición, tal como acordaron durante las negociaciones de ambos bandos en Barbados, la sociedad civil organizada tiene la oportunidad de exigir a los candidatos que incluyan en su programa electoral las preocupaciones ambientales cruciales del país. En los últimos 40 años, Venezuela ha perdido más de 7 millones de hectáreas de cobertura natural, según el informe de Mapbiomas Venezuela. Además, el acceso a la información para investigaciones de cualquier tipo es prácticamente inexistente, lo que representa una barrera significativa. A pesar de los esfuerzos para hacer frente a las amenazas ambientales, no se han implementado políticas claras de conservación. Por lo tanto, es crucial que la agenda del futuro presidente aborde estos problemas urgentemente. Hasta el momento, esto no ha sucedido, lo que plantea un desafío aún mayor.

Explica Melèndez: “Para 2024, hay temas que no deberían escapar del interés de la población ni de los candidatos a la silla de Miraflores, por ejemplo, la necesidad de recuperar los espacios deforestados de la Amazonía y la firma de Venezuela del Acuerdo de Escazú para garantizar la protección de los defensores ambientales. También están los retos de protección de la biodiversidad que incluyen el necesario combate al coral invasor unomia y su continua expansión, así como la conservación de especies en peligro de extinción como el oso andino.

Biólogos, antropólogos, activistas, ingenieros y otros expertos hablaron con Mongabay Latam sobre los desafíos ambientales de Venezuela durante el 2024. Meléndez los sistematiza en cuatro puntos:

1. Amazonía: Luchar contra la minería ilegal y el crimen organizado.

2. El grave problema de la deforestación de enormes áreas de la Región Guayana que han sucedido en los últimos años.

3. La imperiosidad de suscribir y cumplir el Acuerdo de Escazú que obliga a los países latinoamericanos a informar y consultar a sus ciudadanos sobre políticas y emprendimientos ambientales. También obliga a los Estados  a proteger a los ambientalistas algo que según informes muy respetados en Venezuela no sucede de manera suficiente.

4. El desafío de la preservación en Venezuela Diversas organizaciones de la sociedad civil venezolana están llevando a cabo proyectos con el objetivo de proteger tanto a especies en peligro de extinción como de combatir organismos invasores que representan una amenaza. para la flora y fauna local. Sin embargo, estas iniciativas necesitan de acciones urgentes que les permitan seguir adelante y alcanzar las metas establecidas para el año 2024. La falta de financiación y apoyo por parte del Estado impide el progreso de estas labores de conservación. El Proyecto sobre el peligroso coral invasor Unomía, del equipo de la Fundación La Tortuga que desde 2021 estudia la existencia de dicho coral  paralizó sus actividades en el tercer trimestre de 2023 por falta de financiamiento. Otro tanto sucede con el Proyecto Oso Andino Guaramacal, que depende de una acción gubernamental para lograr su mayor meta de 2024: la conexión protegida entre los parques nacionales Guaramacal-José Gregorio Hernández (en Trujillo, al occidente del país) y Terepaima-Yacambú (en Lara, en el centrooccidente).


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