La guerra de agresión de Rusia a Ucrania desnudó dos problemas en materia energética: a) que Europa era dependiente del gas de Rusia y que alimentaba la maquinaria militar rusa con dólares por compra de gas; b) que Europa pudo, en gran medida, en plena guerra de agresión rusa a Ucrania ser resiliente y dejar de depender del gas ruso manejado por una élite de matones.

Interesante leer el informe sobre el estado de la Unión de la Energía de 2023, que evalúa la respuesta europea ante la crisis energética ocasionada por Rusia.

Para el invierno (que están ya en puertas a partir del 1º de noviembre) Europa hizo grandes esfuerzos para lograr tener reservas de gas (están a 90% de la capacidad de almacenaje), pero teniendo en cuenta que antes de esta crisis (la guerra de agresión de Rusia a Ucrania, reiteramos) el gas estaba normalmente en 20 euros/megavatio-hora y ahora supera 40 euros/MWh.

Naturalmente, el ser altamente dependientes del gas ruso puso a los europeos en una tarea titánica: traer gas a Europa de cualquier parte del mundo, incrementar uso de renovables, incrementar uso de nucleares, volver a reclasificar a nuclear y gas como “verdes” para evitar mayores delaciones en su transición energética.

Rusia utilizaba su gas como arma contra Europa. Les subía el precio, cortaba suministro y bueno, todas esas artimañas para tenerlos acorralados. En algún momento el presidente norteamericano Trump les reclamó a los alemanes (la principal economía europea) de estar a merced y prisioneros del gas ruso (julio 2018).

Veamos: en 2021, 45% del gas utilizado en Europa era proveniente de Rusia. En Alemania era del 52%, por ello el enojo constante de los analistas de inteligencia norteamericanos con Alemania por su dejadez y alta dependencia del putinismo ruso (de 155.000 millones de metros cúbicos en 2021 a 80.000 millones en 2022 a 40.000-45.000 millones en 2023).

Y como parte del plan de dejar de adquirir gas ruso: en 2022, 39% de la electricidad se generó mediante energías renovables.

La crisis los obligó a ser más eficientes en el uso de electricidad y estimular la industria de renovables: 2022 nueva capacidad solar fotovoltaica (+ 41 GW), incremento del 60% respecto a 2021 (+ 26 GW). La nueva capacidad eólica terrestre y marina fue de 45% superior a la de 2021.

En lo que va 2023 el gas ruso no llega ni al 17% del consumo europeo. Es nada. La estructura militar rusa perdió una millonada de dólares que le impidieron, a la larga, lograr su plan de invadir y conquistar Ucrania. las importaciones de gas La UE redujo su demanda de gas en más de un 18 % en comparación con los cinco años anteriores, lo que supuso un ahorro de unos 53 000 millones de metros cúbicos de gas.

La vieja maquinaria militar rusa, que requería alta cantidad de tecnología y dólares, está empantanada en una guerra de empate en la frontera ucraniana.

El fuerte del suministro de gas europeo es la industria del liquid natural gas (GNL) y las negociaciones conjuntas y coordinadas de los europeos a suplidores de todo el globo les permitió agregar: 44.750 millones de metros cúbicos de demanda.

El Plan REPowerEU  junto a una “nueva camada” de legislación europea estimularon a que Europa evitara las interrupciones del suministro de energía de Rusia y consiguiera gas desde todo el mundo.

Finalmente, Europa está actuando de forma coordinada en lo que es transporte, almacenaje y uso de gas natural en sus fronteras. Además de la actualización y modernización de sus sistemas tecnológicos de generación, transporte y distribución de electricidad y modernización de sus estructuras de oil & gas.

A Dios gracias, el invierno que se viene no será tan fuerte y el gas ruso no será necesario, al menos de momento.

Obviamente deben estar alertas y siempre creativos. Esto no termina aquí. Rusia va a seguir insistiendo en sus guerritas de conquista. Europa no debe depender nunca de Rusia, en tanto en ese país no haya un cambio de estructura de democracia y libertad. Tenía un par de amigos colegas de la industria, un par de amigos rusos, con los que solía chatear en alguna ocasión y compartir datos sobre la industria energía. Hace meses dejaron de chatear y se alinearon al putinismo; los entiendo: están bajo la presión de un régimen que combina lo peor de todo.

Europa debe continuar teniendo: a) una estrategia conjunta en compra de LNG; b) una estrategia conjunta de continuar estimulando renovables; c) promover inversiones en gas natural, que ya es “verde” para ayudar a la transición energética; d) planificar su futuro sin tomar en cuenta gas ruso, sino más bien alianzas con proveedores de otras partes del globo (Estados Unidos, Qatar, etc).

@BorisSGomezU


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