En Estados Unidos el día de las elecciones es establecido estatutariamente «el martes siguiente después del primer lunes del mes de noviembre». Mañana, pues, tendrá lugar el enfrentamiento electoral de mayores consecuencias en la historia moderna de este país y sus resultados tendrán repercusión en el hemisferio occidental y en el mundo libre. Estados Unidos de América fue la primera república constitucional en la historia del mundo moderno. Si por un sortilegio político mágico estas elecciones de mañana conducen a esta nación a ser gobernada por una autocracia, el continente, ni el mundo funcionarán como hasta ahora.

¿Es Estados Unidos una democracia o una república? La distinción y la disputa comenzó desde sus inicios. Solo los muy radicales la llamaron inicialmente una «democracia». John Adams, en una carta dirigida a John Taylor, le decía: «Recuerden, la democracia nunca dura mucho. Pronto se desperdicia, se agota o se mata a sí misma. Nunca hubo una democracia que no se suicidara. No se puede decir que la democracia es menos vanidosa, menos orgullosa, menos egoísta, menos ambiciosa o codiciosa que la aristocracia o la monarquía».

El orden constitucional y la democracia en Estados Unidos han sido puestos a prueba por eventos como la Guerra Civil, dos guerras mundiales y el permanente conflicto racial. Los peligros que hoy enfrenta esta nación son de otro orden, pero no menos peligrosos. Una encuesta reciente de NPR / Ipsos destaca que 64% de los encuestados cree que la democracia estadounidense está en peligro de colapsar. Dos tercios de los encuestados están de acuerdo con la falsa afirmación del expresidente Trump de que «el fraude electoral facilitó la victoria de Joe Biden en las elecciones de 2020». Más de 60 tribunales de todas las jerarquías y la Corte Suprema de Justicia, abrumadoramente dominada por conservadores, rechazaron la «gran mentira» de que la elección le fue robada al expresidente Trump. Menos de la mitad de los republicanos responden que están dispuestos a aceptar los resultados de las elecciones de 2020. Joe Biden y Barack Obama han reconocido en diversas ocasiones que la democracia está en juego en estas elecciones.

En 2020 más de 81 millones electores votaron por Biden, mientras que 74 millones votaron a Trump. Biden ganó con 306 votos electorales frente a los 232 de Trump. Aún así, millones de republicanos, a quienes Trump les insufló la «gran mentira», como se ha dado en llamar, por primera vez en la historia de esta democracia dudan, y la duda ha debilitado las instituciones y con estas las bases del edificio de la democracia. Las elecciones de mañana están supuestas a despejar este peligro que se cierne sobre las otrora sólidas instituciones, pero Donald Trump y la mayoría de la jerarquía republicana han encontrado que estas fisuras de la sociedad son artimañas admisibles que han sirven para lograr beneficios políticos a costa de las instituciones.

Mañana también se decidirá hasta dónde alcanza la influencia de la ignorancia en la política de la primera potencia mundial. En nuestra entrega de la semana anterior decíamos que en la esencia de la ignorancia republicana de Estados Unidos subyace el pánico conservador por el futuro inmediato y están compelidos por la idea de detener o retrasar el dinámico curso de la sociedad que anuncia como inexorable que la actual mayoría blanca muy pronto se convertirá en la primera minoría demográfica de la sociedad americana.

Ignorancia y «crisis» 

La revista Político, en su edición del miércoles pasado, analiza la supuesta «crisis económica» y concluye: La economía de Estados Unidos está creciendo. Los precios de la gasolina son más bajos y los salarios están aumentando. Los votantes, sin embargo, siguen de mal humor. Los resultados sugieren que la sombría visión de los votantes sobre la economía está cristalizada. Eso fue subrayado por otras preguntas en la encuesta que muestran que los votantes tenían más probabilidades de haber oído hablar de la inflación del país que de la disminución de los precios de la gasolina o los recientes aumentos en los salarios y el récord de desempleo de 3,7. El aumento del PIB del tercer trimestre siguió a 2 trimestres de disminución. 58% de los votantes dijo que no había escuchado que el PIB había aumentado, según la encuesta. Los hombres demócratas fueron los más propensos a haber escuchado la última estadística de crecimiento, con 58%, y las mujeres republicanas fueron las menos probables, con 28%.

Una pluralidad de votantes, 43%, dijo que los temas económicos son la principal prioridad que tendrán en cuenta al elegir candidatos, por encima del aborto, la atención médica y la educación. Hubo diferencias partidistas entre los votantes y su conocimiento de los indicadores económicos recientes. 54% dijo que no había escuchado mucho o nada sobre la disminución de los precios de la gasolina, incluido 59% de los votantes independientes y 60% de los votantes republicanos. 70% de los votantes dijo que no había escuchado nada del aumento de los salarios, incluida la mayoría de los demócratas, republicanos e independientes. El pasado mes de octubre se crearon más de 261.000 puestos de trabajos.

Alrededor de la mitad de los encuestados dijeron que creen que el expresidente Donald Trump y los republicanos del Congreso cuestionarán los resultados de las elecciones de mañana. 32% adicional piensa que la administración Biden cuestionará los resultados y 33% cree que los demócratas del Congreso lo harán.

Lo absurdo parece prevalecer por primera vez en estas elecciones. Los candidatos republicanos a senador, a gobernador y a fiscal general del estado de Arizona niegan la legitimidad de las elecciones de 2020 o las de mañana, a menos que ellos ganen. Así ocurre en muchos otros estados. El reciente asalto con intento de asesinato a Paul Pelosi y a su esposa Nancy Pelosi, la mujer más poderosa de Estados Unidos, ha sido tomado a burla por Donald Trump, su hijo y otros líderes republicanos. Tras el ataque, los usuarios de las redes sociales, entre ellos el propio Trump, su hijo y connotados dirigentes han compartido una variedad de afirmaciones falsas e inmorales con respecto al incidente.

Republicanos han prometido acabar con el Seguro de Salud creado por Obama que beneficia a millones de las clases más bajas, no obstante, inmigrantes latinos en Florida y en otros estados, los más favorecidos, votan mayoritariamente por los republicanos que han prometido eliminar este beneficio social y dejar sin protección a millones, a sabiendas de que ellos lo ignoran. La política de los republicanos corre por las alcantarillas y lo absurdo es que nadie sabe a ciencia cierta si esta inmoralidad será gananciosa en las elecciones de mañana.

Un nuevo triunfo demócrata en las dos cámaras del Congreso tendería a resolver la crítica situación en la cual se encuentra la democracia de Estados Unidos. Un triunfo republicano ahondaría la división y le daría validez a la «gran mentira» y en consecuencia la crisis se profundizaría y las dudas sobre las instituciones se elevaría a extremos impredecibles de inestabilidad.

A diferencia de nuestras constituciones latinas, la de Estados Unidos le otorga un inmenso poder al Congreso, sin el cual es poco menos que imposible que el partido de gobierno pueda imponer su agenda programática.

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