Nuevos tiempos requieren nuevos liderazgos.

Las compañías necesitarán siempre ejecutivos y directivos capaces de entender los nuevos tiempos.

Las compañías tiene la misión de generar riqueza y valor y oportunidades de empleo, siempre y cuando el pesado y burocrático Estado no se entrometa.

La pandemia de covid-19 nos obligó a todos los seres humanos a readaptarnos a nuevas formas de trabajar, de producir y de ser útiles en la cadena económica. La pandemia dejó sin actividad a millones de personas en el globo, quebró industrias, pero al mismo tiempo fue un generador de nuevas oportunidad, de resilientes que se readaptaron y hasta hicieron fortuna.

La clave fue la creatividad e innovación. Y por supuesto de la mano de la tecnología. Trabajos antes imposibles, reuniones no presenciales y decisiones basadas en big data son hoy comunes en la nueva economía.

En ese marco de plena dinámica, de movimiento permanente, millones de personas se desplazan de diferentes partes de la cadena económica. Se reinventan y buscan formas de ganar dinero, de sobrevivir a la competencia.

Esa resiliencia da paso a una Industria 4.0.

La complejidad de la nueva sociedad movilizada, con nuevas herramientas de tecnología da paso a una unidad entre lo físico y digital. Ya nunca más nada será totalmente físico y todo lo contrario: a partir de ahora la mayoría de la vida económica será digital. Hasta de metaverso estamos ya hablando; vale decir una forma de “vivir” dentro del mundo digital. Los viejos imperios industriales económicos cayeron en la obsolescencia. Nacen los nuevos ricos, los nuevos colosos de la industria, los nuevos capitanes digitales porque los nuevos procesos productivos/logísticos y de transformación en servicios hay nuevos modelos de negocio que serán la emergencia de una nueva realidad económica basada en lo que denominamos la Internet de las Cosas (IoT), que no es otra cosa que la total digitalización de activos, su control y gestión.

Y todos esos procesos arrojan segundo a segundo datos. Crean millones de datos: información útil para entender los mercados, sus demandas, los nuevos productos que la gente busca y las nuevas formas de ganar dinero; y entender los costos para ser minimizados y las formas de maximizar ganancias. El mundo digital abrió una revolución económica sin precedentes en los últimos cinco años que se proyectará por los próximos cien.

La Industria 4.0 es pensar, planificar y actuar basado en lo digital (data y proyecciones de producción con procesos plenamente automatizados), exigen, consecuentemente, organizaciones acorde a la nueva realidad. Son la nueva organización inteligente para conseguir resultados logrando transformar, con sus productos o servicios, a la sociedad y lógicamente generar dinero para la sociedad (accionistas). Y esa dinámica requiere personas mejor preparadas para asumir retos.

Estas nuevas tecnologías van a llegar a un resultado: la total automatización/digitalización de todos los procesos productivos (desde alimentos hasta extracción de minerales o hidrocarburos). La plena participación de máquinas complejas y de inteligencia artificial (robótica colaborativa).

Pero los nuevos modelos de gestión de organizaciones inteligentes requerirán herramientas de planificación de la producción, visión artificial, realidad virtual, inteligencia operacional, IoT, y las denominadas KET (Key Enabling Technologies).

Siendo así los procesos productivos tendrán una nueva forma de “hacer las cosas”: a través de data precisa, máquinas de alta complejidad y con muy poca participación humana, que hasta en la toma de decisiones será coadyuvada por ese big data en los nuevos complejos industriales.

Para ello debemos estar preparados, la pandemia fue un pantallazo de lo que puede ocurrir: grandes fábricas se dirigen desde ordenadores desde la casa, pocas personas cumplen pequeños turnos en industrias que solamente van a calibrar o recalibrar máquinas que producen tomando en cuenta big data.

Entonces las compañías producirán mejores cadenas de valor y requerirán nuevos líderes enfocados en automatización, conectividad y globalización.

Esta nueva Industria 4.0 tendrá resultados palpables: menos costes de producción, mayor rapidez en proporcionar resultados visibles, trazabilidad de operaciones,  interconexión permanente, eficiencia en procesos, reducción de uso de energía en procesos y liderazgo basado en inteligencia artificial con permanente ciberseguridad.

Las empresas y personas deben adaptarse a esta nueva realidad de la Industria 4.0 y los nuevos ejecutivos deben estar preparados, permanentemente, en adquirir conocimiento y tomar decisiones con el uso de tecnologías de análisis de datos, estadística, modelado y simulación, a través de una completa transformación digital, en nuevos modelos de gestión y con organigramas flexibles enfocados a producir eficientemente.

Esos serán -y ya son- los hybrid jobs basados en una nueva mentalidad (mindset) que planifiquen, organicen, dirigen y controlen las compañías.

Esta nueva Industria 4.0 está ya transformando procesos productivos, modelos de gestión organizacionales en construcción, biomedicina, banca digital, agricultura, empresas dedicadas a tecnologías de gestión de grandes volúmenes de datos, etc.

Países con mayor competencia serán aquellos que fomenten y estimulen procesos educativos altamente tecnológicos a sus nuevas generaciones, tengan impuestos bajos para empresas y emprendedores que inviertan y con legislaciones flexibles atractivas a la economía. Ese tipo de países serán caldo de cultivo para nuevos ejecutivos y directivos de compañías altamente eficientes de la nueva era industrial 4.0. Los otros países seguirán en el hoyo del dogmatismo ideologizado.

@BorisSGomezU


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