Escuchamos a diario expresar a descorazonados connacionales que indican al régimen de Nicolás Maduro Moros de hacer lo que le viene en gana cuando observamos hechos lamentables como la detención ilegal del tío del presidente encargado de la república, Juan José Márquez, quien le acompañaba en el viaje de regreso a Venezuela proveniente  de Portugal.

Sin duda, puede sentir desazón el parroquiano cuando observa cómo Maduro le va cercando el entorno  a Juan Guaidó al ir  sometiendo a resguardo carcelario  a sus colaboradores y encima Diosdado  Cabello mofarse  de tal atropello, lo cual sin duda  saca de sus casillas  al más tranquilo.

Esas son medidas desesperadas que muestran  la incapacidad del régimen por proveer al común de los ciudadanos de un gobierno que satisfaga de la mayor felicidad al pueblo tal como es su deber. Maduro y su banda de  asaltantes de los bienes comunes no tienen retorno a épocas prosperidad ya que se han trazado su irremediable partida.

Están incursos todos en graves delitos de lesa humanidad según la Convención de Palermo para los derechos humanos, como es exponer a muerte a cientos de niños y miles de personas de la tercera edad en Venezuela.

Ahora Raúl Castro, ante el avance semana por semana  de las sanciones que aplica el mandatario y para evitar que la cúpula perversa de delincuentes se le distancien, les asegura que Trump es un perro que ladra pero no muerde, cuando el neoyorquino ha demostrado que en cada decisión inhabilita mundialmente a gran parte del grupo del entorno y administración corrupta que se encuentra al mando y estos lo recienten hasta públicamente.

El presidente de Estados Unidos expresa reiteradamente su incondicional apoyo a los venezolanos en cuanto a su aspiración y accionar por retomar la senda de la democracia, todo ello sin pausa pero sin prisa.

Como muestra es el envío de una comunicación al Congreso de la Unión el pasado jueves 5 de marzo en la cual solicita la renovación por un año más de la declaración de emergencia nativa por la grave crisis humanitaria en Venezuela,.

Indicó que el régimen de Maduro es una amenaza contra la seguridad de los venezolanos y la política exterior de la potencia, ello sin hacer mayor aspaviento.

Esta extensión aspira el gobierno federal  a mantener la vigencia de la Orden Ejecutiva 13.692 decretada el 8 de marzo del 2015 por el entonces presidente Barack Obama.

Junto con esta instrucción legal también se han dictado seis iniciativas, todas en defensa de los habitantes de la nación suramericana, los derechos humanos de los connacionales e intereses comunes.

La posición del mandatario norteamericano va más allá; él ha motivado apoyos bipartidistas en el Congreso para proteger los activos en  territorio norteño de acciones legales como consecuencia de los impagos de la deuda contraída por ex ejecutivos  comunistas de la industria petrolera nacional desde la sede central de Caracas.

También arrojó un manto de protección frente a los ambiciosos evitando demandas judiciales que lleven a quedarse con una eficiente corporación que vale 10 veces más que el valor de  sus acreencias con un alto rendimiento de sus instalaciones aportando rentabilidad para el beneficio de los accionistas verdaderos, como es el caso de Citgo.

En conversaciones a cuyo contenido hemos logrado acceder de muy buena fuente, la solución de la crisis política venezolana obliga a la recuperación internacional de las propiedades que Pdvsa desarrolló en otras nacionalidades.

Zona insular del Caribe se vio beneficiada con el capital de Pdvsa con instalaciones industriales para impulsar la economía de tales islotes y que ahora sus autoridades “a la mala”, aprovechando la crisis de gobernabilidad en la tierra del norte de América del Sur, pretendan apropiarse de las mismas apoyados en jueces  locales complacientes olvidándose de los genuinos propietarios, los  pobladores de la ribera marina y los hijos de Bolívar asentados en tierra firme, amén de la deuda pendiente de su cancelación por millones de dólares en suministro de combustible.

Dichas facturas se la deben a los oriundos caribeños y se la retornarán a los históricos genuinos pudientes quieran o no; ya no es época de condonar.

Todos exigen le regresen el alimento y las medicinas, algo que a los vecinos deudores nada les importa.

Hoy pretenden mostrar como éxito de misión política local en las islas de Cuba, Jamaica y la República Dominicana instalaciones petroleras en su suelo como una genialidad de la ingeniería y comercialización autóctona, cuando todo es consecuencia de la piratería y el pillaje a quienes hoy solo se refieren como una muestra numérica de su negativa política migratoria la deportación, como también exigirles visados y dinero, protocolos nada amigable.

”Escampará y veremos”, como expresara el dfunto  presidente  Carlos Andrés Pérez.

 


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