En un principio hablar de energía generada por renovables era poco menos que un sacrilegio, dado que la tecnología no estaba a la vanguardia. Ahora ocurre exactamente lo mismo con el “hidrógeno verde” al que le hemos dedicado ya varias columnas. La industria del hidrógeno verde va a prosperar en tanto y en cuanto la tecnología vaya avanzando. Y como van las cosas la tecnología si va para adelante.

Ya hemos repetido que el hidrógeno verde es una molécula que se puede utilizar como combustible para transporte automotriz, aéreo, ferrovías, etc hasta uso de generación eléctrica e industrial sin que su uso genere GEI  ni CO2.

Volvemos a recalcar que el hidrógeno verde debe ser producido desde “fuente limpia” vale decir renovable (eólica o solar) en plantas de electrólisis que estén en las mismas instalaciones e infraestructura de las centrales de generación renovable (parques eólicos, fotovoltaicos, etc.),

Una vez que los costes sean equilibrados, las inversiones cobrarán sentido y empezará, de la mano de la tecnología, a generar rentabilidad.

El axioma es que el mundo -y la humanidad- siempre van a necesitar energía, entonces generar energía desde renovables -hidrógeno- será una verdad de Perogrullo en breve tiempo.

Existe la previsión de inversiones para llegar -y superar- 8,2 GW de generación eléctrica para hidrógeno, con electrolizadores, para empezar un 2030 con menos emisiones de GEI gases de efecto invernadero.

Hay una revolución imparable con la generación de energía vía renovables.

Y esa revolución es la electrificación, para dejar de lado -o por lo menos reducir- el uso de fósiles.

Y en el marco de esa revolución entra el hidrógeno verde como elemento central en la descarbonización de la economía para la transición energética.

En América Latina sin duda Chile está a la vanguardia en hidrogeno verde.

Hay mucho potencial en México, siempre y cuando la actual administración populista deje de hostigar a los inversionistas privados del sector renovable, se abra la regulación y se permita la modernización del sector.

Algunos expertos indican que para 2030 el hidrógeno verde será más barato que el producido desde el gas natural, dado que los costes y la tecnología habrán alcanzado su punto de equilibrio con proyectos e inversiones principalmente en Europa y Estados Unidos y con el compromiso de grandes corporaciones petroleras -sí, corporaciones petroleras invirtiendo en renovables y en transporte eléctrico ya no es una sorpresa, son simples negocios- de manera que estimaciones indican que podrían haber inversiones de más de 80 000 millones de dólares en ésta industria (entre tecnologías, licencias, infraestructuras, etc.).

La previsión es que el hidrógeno verde podría cubrir el 24% de la demanda mundial de energía hasta 2050, siendo el primer paso producir hasta 40 GW hasta 2024 en plantas de electrólisis.

El desafío está en marcha y será la tecnología la que pueda aportar la llave final a la industria del hidrógeno. Las renovables son para el hidrógeno parte de una ecuación perfecta que va a solucionar, en gran medida los problemas que la humanidad está enfrentando: la necesidad de energía barata, la descontaminación del ambiente y la posibilidad de desarrollos tecnológicos que permitan nuevas máquinas que nos ayuden al transporte, industria, aviación, comercio etc.

@BorisSGomezU

 


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