¡La libertad se impondrá! El virus chino ha logrado atemorizar y en efecto hasta ahora causar cerca de un cuarto de millón de “muertes contabilizadas”. Pero les aseguramos que ha hecho aún mucho más daño en muertes “no contabilizadas”, las cuales no han sido adjudicadas, directa o indirectamente, a la actual pandemia. Cuando se comparen, serenamente, cifras estadísticas de las acostumbradas muertes en cada país durante los meses transcurridos, se constatarán los verdaderos diferenciales de aumento en decesos por la pandemia.

La contabilidad que lleva la Universidad John Hopkins hasta el momento de escribir este artículo, de acuerdo con lo que es informado por los distintos organismos de salud de los países es de 3.329.740 casos de contagios confirmados en todo el mundo. Basados en esta cifra, Estados Unidos ha registrado, aproximadamente una tercera parte del total, es decir 1.100.000 contagiados. Esta cifra está distorsionada y afectada por una sencilla realidad, y es que el conteo por masificación de pruebas que resulten positivos en Estados Unidos va sumando casos, aun asintomáticos, mientras que en la mayoría de los otros países no se hacen test o ni siquiera se cuentan apropiadamente los casos sintomáticos.

Según las estimaciones de la División encargada de Población de Naciones Unidas, Estados Unidos es el tercer país mas poblado del planeta. En cifras redondas tiene 330 millones de personas. Muy largo por debajo de China y la India, con poblaciones redondas aproximadas de 1.440 millones y 1.380 millones. Asia tiene 60% de la población mundial, África 17%, Europa 10%, Latinoamérica y el Caribe 8% y Norteamérica 5%, aproximadamente.

Más allá de las dolorosas muertes ya producidas directamente por la pandemia en Estados Unidos, se deberán considerar los efectos sobre la población económicamente activa de este país, con más de 30 millones de desempleados declarados hasta ahora, y sus efectos sobre la economía global. Así mismo, a dichas muertes ocasionadas directamente durante la pandemia, las pérdidas de salud en términos globales, es decir las secuelas de morbilidad general provocada a la humanidad. Esto aún está por comprenderse y ponderarse cabalmente.

Con base en esta realidad poblacional mundial se pueden visualizar rápidamente varios aspectos: 1) Los casos contabilizados como positivos o de contagios fehacientemente comprobados no nos arrojan un panorama nítido de lo que ha estado pasando realmente en cada país y en el mundo. Ello porque no ha habido, en general, mediciones de contagios proporcionales a las poblaciones de cada una de las localidades. Tampoco existen las mismas densidades poblacionales en estas. 2) Cada región, país o localidad no fue igualmente impactada durante el proceso de transmisión del contagio exportado desde China. Como por ejemplo Nueva York. Ello porque este es un fenómeno  semialeatorio, de acuerdo con los viajantes y su interacción social sobre cada ciudad donde se arribó, sus medios de transportación interna y otros. Muchos de los contagiados ni siquiera se enteraron de que tenían la enfermedad. La atravesaron prácticamente asintomáticos. Ello quiere decir que no se estuvo enfrentando la expansión al principio del contagio, porque era prácticamente imposible sin la información responsable de China. 3) Se ha estado enfrentando la amenaza en distintos sitios bajo supuestos o criterios homogéneos según otros países o localidades que no se corresponden con las situaciones específicas de cada país, para hacerlo de la forma más realista y efectiva. El caso de Estados Unidos es un aleccionador ejemplo. El presidente Trump ha tenido razón en encarar la situación sin dejar que sus conciudadanos quedaran prisioneros del miedo, expresando reiterativamente que no era, ni es ni será igual atacar la situación en Alaska que en Nueva York. Mantener en cuarentena a una población del Estado Nacional con 330 millones de habitantes con cincuenta estados era y seguiría siendo un grave error. 4) Controlar las localidades muy densas y muy cercanas, aún pertenecientes a uno, dos o más estados es lo procedente. Controlar los viajantes entre estas al colocar control de alcabalas con test de obligatorio cumplimiento para los viajeros internos. Luego se podrían ir abriendo vuelos internacionales, y exigiendo control a las aerolíneas. Estas deberán controlar con tests desde los países de origen antes de abordar hacia el país destino.

El punto es que donde había que poner el acento del tema cuarentena, y evitar contagio es en la población vulnerable. El mantenimiento de suspensión de actividades masivas donde es imposible o inefectivo controlar accesos mediante tests esta indicado. Así es como se evitarían mayor numero de contagios.

El tiempo ha permitido que se tengan ya tratamientos tempranos como transfusiones de plasma de quien haya padecido el virus y haya desarrollado anticuerpos (como señalamos en articulo anterior). Prometedores medicamentos en la atención temprana de la enfermedad (Remdesivir), que deberán ponerse en masiva producción, distribución y aplicación en todos los países.

La vacuna contra el virus chino está en proceso de desarrollo, y una vez más el mundo libre ha luchado y está venciendo antes que aceptar quedar entrampado como rehén del miedo. Hoy nuestra conciencia sobre la necesidad insoslayable de alianzas regionales- occidentales son fundamentales también para resolver el secuestro que sufre la nación venezolana.

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@gonzalezdelcas


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