Probablemente este sea el primer artículo que escribo en materia deportiva durante el transcurrir de mi vida y lo hago consciente de que soy un neófito en la materia, aunque eso no me exceptúa de analizar los pésimos resultados obtenidos por la Vinotinto cuando apenas comienza la eliminatoria para el Mundial de Qatar 2022.

Estas líneas las escribo apartado de apasionamientos, pero dejando claro que el fútbol se ha convertido en una nueva pasión en Venezuela, una nación que nos ha robado el madurismo en todos sus componentes políticos, económicos y sociales, y que también al tener “intervenida” instituciones deportivas como la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), nos pretende llevar por el despeñadero de los mismos errores que han hundido al país en la más espantosa crisis de hambre y miseria, en donde algunos fanáticos todavía insisten en “defender” sin explicar a ningún venezolano, cómo se puede sobrevivir con un salario mínimo de un dólar mensual.

Y lo anterior se deriva porque suponemos que para esos panegíricos la culpa de las dos derrotas de Venezuela, por Colombia y Paraguay con marcadores de tres goles por cero (visitante), y un gol por cero (anfitrión), respectivamente, no son culpa del “técnico” ni los jugadores sino de las sanciones y lo que llaman el “criminal bloqueo” de Estados Unidos contra nuestro país, sobre lo cual, obviamente, también debió haberse sumado China cuando impidió que Salomón Rondón, el máximo referente nacional en este deporte, saliera de la nación asiática.

¡Claro! Para los maduristas que ni siquiera ellos sepan el nombre del actual presidente de la FVF, o quienes integran la “junta interventora” de tal “institución”, nada tiene que ver con que estos hayan seleccionado un técnico extranjero para que dirija la Vinotinto, a pesar de que hablan de “nacionalismo”, “patria”, “bolivarianismo”, “identidad”, y cualquier semántica que la convierten en bazofia de sus letrinas políticas, en donde poco les importa que la misma sea esparcida en los espacios del fútbol, u otros deportes muy arraigados en Venezuela como el beisbol y el baloncesto, porque en definitiva, los que ahora son los “presidentes” de esas organizaciones solo deben ser practicantes del felatorismo revolucionario que les exige la cúpula que nos ha llevado al más completo desastre humanitario.

En tal sentido, no solo basta con pedir la salida del actual director técnico de la selección venezolana de fútbol, sino que el presidente de la República, si quiere realmente que la Vinotinto no sea el espejo en que se encuentra destruido el país, y por ende, volvamos a convertirnos en el hazmerreír del fútbol suramericano, debe pedir de inmediato la renuncia de la junta interventora de la FVF, así como solicitarle a los nuevos integrantes de un grupo institucional de este deporte que designen a Richard Páez –siempre y cuando él acepte– como el técnico inmediato que nos permita reconstruir el andamiaje y la estructura de ataque y defensa cónsona con lo que fue una selección que se ganó el respeto de sus similares, que incluso llegó a derrotar a Argentina y Brasil, y cuyo origen estuvo en ese sentido de identidad nacional, convicción futbolística, y generación de un pensamiento que estuviera conforme con las exigencias de jugar de tú a tú contra otras selecciones.

Lamentablemente, por muy buenas que sean las intenciones del actual director técnico portugués con nuestra Vinotinto, aquí no se puede improvisar y menos experimentar, porque los resultados son inmediatos, y lo más curioso, no se puede echar la culpa a otros de tus propias responsabilidades como se hace en la política.

¿Será que eso es lo que desea el Ejecutivo para con nuestra selección nacional en estas eliminatorias? La verdad me cuesta creer que estén pensando en también echarle la culpa al “imperio” si Venezuela continúa perdiendo juegos en esta eliminatoria y teniendo un técnico al frente de su preparación que al parecer solo quiere mostrar la capitulación futbolística, a pesar de tener un excelente conjunto de jugadores nacionales e internacionales.

O regresa Richard Páez o la Vinotinto será la imagen de la Venezuela destruida por el madurismo. Las autoridades del Ejecutivo Nacional tienen la palabra.


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