Decía Paco Umbral que la lectura de Nietzsche era una lectura de juventud, que era la edad ideal para leerle. En mi juventud cayó en mis manos el Así habló Zaratustra y desde luego fue una lectura muy interesante.

Nietzsche defendía que hay que destruir para volver a construir, que hay que eliminar los valores imperantes para crear unos surgidos de la propia persona. Se le acusó de llevar al nihilismo, ya que la persona se podría quedar en la fase de destrucción de los valores sin llegar a conseguir pasar a la faceta de la construcción.

Una de sus principales ideas es que esa fase de la construcción de valores debe surgir de la esencia de la naturaleza de la persona. Es decir, una vez que uno se libra de valores impuestos, surgiría de la naturaleza propia una nueva forma de ver las cosas. Éste sería un camino difícil, puesto que habría que pasar de una actitud más gregaria, más aceptada por la sociedad, a visiones más individualistas, donde cada uno aporta su forma de pensar.

Los valores que prevalecían en la época de Nietzsche eran los del cristianismo, por eso sus ideas parecen dirigidas contra éste. Sin embargo, considero que Nietzsche va contra aquellas ideas que impiden al individuo desarrollarse por ser adoptadas “automáticamente” y que pueden ir en contra de su desarrollo personal.

En ese sentido, hoy en día no serían los valores cristianos los que principalmente irían en contra del desarrollo personal, sino otros, como el materialismo, que es una ideología imperante hoy en día.

Siguiendo con el concepto de desarrollo personal de Nietzsche, éste llevaría al “superhombre”, que es aquel que habría superado esos principios gregarios y que estaría en disposición de crear sus propios valores. Esto no significa, claro, que el hombre debiera convertirse en un eremita, aislado del resto de la gente. Al contrario, al estar en disposición de crear sus propios valores y puntos de vista, conseguiría hacer sus relaciones con el resto de personas más fructífera e interesante.

En mi opinión, las ideas de Nietzsche no son incompatibles con el cristianismo. El arrepentimiento, por ejemplo, puede ser una virtud importante, gestionada en su justa medida, aunque pueda ser negativa si se aplica sistemáticamente.

La cuestión fundamental es que cada uno debe tener sus criterios y puntos de vista y que esto no debe llevar al caos o al enfrentamiento entre nosotros, puesto que las personas que alcancen esta situación, serán lo suficientemente maduras como para aceptar otros puntos de vista y aprender de ellos. Se producirían sinergias entre este tipo de personas, por decirlo de alguna manera. No se debería confundir libertad individual con egoísmo.

Otro concepto importante en la filosofía de Nietzsche es el de superhombre. Éste sería un objetivo, una meta, en la que el hombre mejora y se supera a sí mismo. En cierto modo sería una razón de ser para las personas, ya que implicaría poner al ser humano como un fin, un tipo de persona que está aún por descubrir.

Las visiones gregarias son útiles para el desarrollo de la sociedad, puesto que se consigue que todos remen en la misma dirección. Pero pueden ser negativas en cuanto que ahogan la individualidad de la persona y que pueden llevar a la sociedad al error colectivo, puesto que todas piensan de la misma manera.

La vida política actual, que genera bastantes frustraciones, refleja la victoria de la visión gregaria. Los políticos no se atreven a enfrentarse a la opinión pública, sino que hacen todo lo posible por adaptarse a ella e intentar ganarse su favor. Ningún político es capaz de aportar ideas propias, porque, si lo hace, automáticamente sería eliminado, por atreverse a ir en contra del pensamiento común.

Surgen pequeños grupos de pensamiento, o partidos políticos, en los que lo importante es que una idea sea apoyada por un número importante de personas, independientemente de la calidad o acierto de la misma.

La filosofía de Nietzsche es, por supuesto, mucho más de lo que expongo en estas líneas, ya que esto es tan solo una interpretación personal de la misma. Él era profesor de filosofía griega en Alemania, y seguramente llegó a comprender la esencia de nuestra sociedad occidental.

Pero sin duda sus ideas abren una vía muy interesante sobre cómo afrontar la vida, una vía de autoafirmación, que consiga que se lleve una vida más plena y llena de maravillas aún por descubrir, tanto a nivel individual como para toda la sociedad.

 


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