Por Gloria Marina López*

Cualitativo es un término que proviene del latín qualitativus; por una parte, comprende el sustantivo “qualitas”, el cual es sinónimo de “calidad”, y por la otra, comprende el sufijo “tivo”, que se emplea para indicar una relación pasiva o activa. El enfoque cualitativo referido a la investigación le da mucha importancia a los significados subjetivos e intersubjetivos que forman parte de aquellas realidades de las que son objeto de estudio.

El origen de los métodos cualitativos nos remonta al siglo XIX, con el auge de la sociología y la antropología, tiempo en el que esta metodología empezó a desarrollarse de forma progresiva. Tiene antecedentes muy remotos en la cultura grecolatina, y en las obras de Heródoto y Aristóteles se conocen varios aspectos de esta metodología. Para Barrantes (2014) lo cualitativo está orientado a revelar cuáles son las características y las propiedades del objeto de estudio centrado en la calidad y, además, depende de la percepción sociocultural o de la percepción subjetiva del objeto.

En el enfoque cualitativo se concibe el respeto por la realidad tal como es expresada e interpretada por los sujetos y la creatividad de los propios investigadores en las diversas maneras de actuación en el contexto, buscando escoger bien las instancias y los informantes para evitar las distorsiones de la realidad y los datos sesgados (Alvira, 2002).

Cabe decir que la creatividad está basada en la realidad y es con ella que enfrentamos las situaciones que se nos presentan en la vida y ante las que damos respuestas ingeniosas y efectivas, ya que implica, por una parte, establecer relaciones de conocimiento que otros no visualizan, y por la otra, establecer nuevas preguntas y generar respuestas originales.

Lo cualitativo se propone evaluar, ponderar e interpretar información obtenida a través de entrevistas, registros, memorias, entre otros, basado en la apreciación e interpretación de las cosas en su contexto natural.

Así como el enfoque cualitativo nos aporta elementos interdisciplinarios para la comprensión de los problemas desde lo antropológico, sociológico, psicológico, histórico, etc., nos apoya en la creación de vínculos entre actores (llámese géneros, grupos etarios, pobladores o autoridades, entre otros) o agentes capaces de unificar el entramado sociopolítico y el epistémico.

Cabe preguntarnos si la enseñanza de esta metodología requiere una forma diferente a la de otros métodos de investigación. Betancourt (2007), a ese respecto, señala que se debe diferenciar entre aspectos pragmáticos y paradigmáticos; los pragmáticos son aquellos que inciden en el desarrollo de unas competencias prácticas determinadas que facilitan el desarrollo de una técnica o análisis concreto dentro de una investigación, y los paradigmáticos son la manera en que llegamos a conceptualizar la realidad, indagar la construcción del conocimiento científico y desarrollar planteamientos y acciones participativas que permitan llevar a cabo investigaciones cualitativas.

Entonces, podemos referir que no existe un saber objetivo porque el ser humano, quien es el sujeto que investiga, no es un sujeto imparcial, pues termina por interpretar la realidad investigada limitado por una serie de creencias, valores, principios, prejuicios, supuestos, deseos, intereses y motivaciones, que trae consigo y que condicionan la comprensión de esa realidad que él trata de intervenir.

Desde esta perspectiva, la metodología cualitativa implica el tener una visión de la realidad socialmente construida desde la totalidad de la experiencia humana vivida y una epistemología que toma como base del conocimiento social la interpretación de los significados construidos y compartidos en un grupo humano, siendo el investigador un sujeto posicionado, en relación dialéctica con este contexto (Ballesteros y Mata, 2014).

Lo que sí debe quedar claro es que este tipo de conocimiento no se adquiere en su totalidad a través de la lectura de los libros de texto, sino que supone, en la mayoría de los casos, un cambio radical en cuanto a un concepto de conocimiento hipotéticamente establecido y aceptado.

Es esta circunstancia la que motiva la necesidad de repensar el significado y la aplicación práctica de la enseñanza de este enfoque desde lo teórico hasta la forma de investigar. En conclusión, el mejor aprendizaje es a través de la práctica, bajo la enseñanza abierta, respetuosa de las individualidades y flexible, que favorezca la reflexión integrada dentro de ese proceso de aprendizaje, con relaciones de confianza docente-estudiante, con elevada conciencia de las emociones, intereses y motivaciones y elevada claridad del rol a desempeñar en el proceso de la investigación.


* Docente de la Universidad Metropolitana


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